sábado, 9 de agosto de 2025
PERÚ: ¡Ni un paso atrás!
Una vez más, Gustavo Petro - otrora integrante del grupo terrorista M -19, secuaz de Pedro Castillo y enemigo acérrimo del Perú - ha demostrado que su vocación por la improvisación no conoce límites, ni siquiera las fronteras nacionales. Su más reciente y alucinada acusación (producto de su adicción al alcohol y a las drogas) contra el Perú, por aparentemente “ocupar” territorio colombiano en la Amazonía, constituye el último episodio de una estrategia desesperada: crear conflictos externos para desviar la atención de la crisis interna que carcomesu desastrosa administración. Su disparatada denuncia –difundida irresponsablemente a través de su cuenta de X, constituye una grave falta de tacto diplomático que pone en riesgo las relaciones binacionales. Al acusar al Perú de “violar el Protocolo de Río de Janeiro” por la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto, Petro ignora deliberadamente que ese territorio se encuentra bajo la soberanía y jurisdicción peruana, conforme a lo establecido en el Tratado de Límites de 1922 y los trabajos demarcatorios de la Comisión Mixta Demarcadora de Límites de 1929. Lo más preocupante no es solo la inexactitud de las acusaciones, sino el patrón de comportamiento que revela. Como se ha hecho de público conocimiento, Petro ha convertido la irresponsabilidad en su método de (des)gobierno. Tras la humillación ante Donald Trump - con bajada de pantalones incluido, tal como lo detallamos en su momento -, el desastroso Consejo de Ministros televisado que expuso las fracturas internas de su Gabinete y la cascada de renuncias ministeriales, era obvio que necesitaba urgentemente una cortina de humo para desviar la atención publica. ¿Y qué mejor distracción que un conflicto territorial con el país vecino? En efecto, la polémica decisión de trasladar la conmemoración de la batalla de Boyacá a Leticia no obedeció a razones patrióticas, sino a un cálculo político mezquino, propio de los regímenes izquierdistas como el que lidera. Petro busca de esta manera vestirse de “defensor de la soberanía nacional” precisamente cuando su autoridad se desmorona internamente. Por el contrario, la defensa peruana ha sido categórica y fundamentada en el derecho internacional. El Ministerio de Relaciones Exteriores ha recordado que el Perú ejerce soberanía legítima sobre Santa Rosa desde hacemás de un siglo, respaldado por tratados internacionales vigentes. Esta firmeza del Gobierno de Dina Boluarte contrasta notablemente con la ligereza con que Petro maneja los asuntos de Estado a través de redes sociales. No es la primera vez que este ha mostrado una preocupante tendencia a inmiscuirse en asuntos de países vecinos cuando enfrenta dificultades domésticas. Así, tras el fracaso de su intento de llamar a una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución colombiana y reelegirse indefinidamente - intentando emular a los dictadorzuelos de Cuba, Nicaragua y Venezuela - y tras la ignominiosa caída en el Perú del régimen filosenderista del delincuente terrorista Pedro Castillo que pretendía el mismo objetivo, el ex guerrillero Petro, junto al otrora zapatista mejicano López Obrador, encabezaron la oposición internacional al Gobierno Constitucional de Dina Boluarte, calificándola de “usurpadora” y estar al frente de un “régimen golpista”, interviniendo groseramente en los asuntos internos de otro país, una falsa narrativa repetida hasta la saciedad desde entonces por los parásitos caviares y la prensa basura que le sirve de caja de resonancia para sus intentos desestabilizadores, pero de nada les ha valido. Hoy por lo visto, trata de repetir esa desgastada formula. De esta manera, a su apoyo al destituido y procesado Pedro Castillo por su fracasado golpe de Estado, Petro ha puesto en entredicho la demarcación de la frontera peruano-colombiana. Pero sus graves acusaciones de que el Perú habría “ocupado” territorio de Colombia con la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto, en la provincia de Ramón Castillo (Loreto), lo cual Petro no reconoce, son refutadas por la propia historia, ya que el Perú y Colombia firmaron y ratificaron dos tratados que delimitaron las fronteras de ambos países poniendo fin a toda controversia. El primer instrumento jurídico es el “Tratado de Límites y Navegación Fluvial entre Colombia y el Perú”, del 24 de marzo de 1922 que establece las demarcaciones entre ambas naciones.Dicho tratado consagra que el lado izquierdo del río (Amazonas) quedaba para Colombia y la porción derecha para el Perú. Luego de seis años (1928) fue ratificado por los Congresos de los dos países. Tras el conflicto peruano-colombiano en 1932, en agosto de 1934 se firmó el “Protocolo de Amistad y Cooperación entre la República del Perú y la República de Colombia”, denominado Protocolo de Río de Janeiro, que consagró la naturaleza jurídica del tratado de 1922 y que también fue ratificado por ambos países.Adicionalmente, en 1986 se conformó la “Comisión Mixta Permanente para la Inspección de la Frontera Peruano-Colombiana”, que se encargó de implementar el trabajo de campo del tratado de límites.Con estos antecedentes históricos y atendiendo el clamor de la población del entonces centro poblado Santa Rosa, ubicado en la provincia Mariscal Ramón Castilla de Loreto, el mes pasado se creó el distrito Santa Rosa de Loreto.Dicha creación se oficializó con la Ley 32403, publicada el 3 de julio pasado. Esta norma establece los límites del referido distrito y precisa que se dictará las disposiciones correspondientes a fin de designar a sus autoridades políticas y administrativas.También dispone que la municipalidad provincial de Ramón Castilla deba constituir una junta de delegados vecinales de carácter transitorio, hasta que se elijan e instalen las nuevas autoridades. Pero tras la creación de este distrito, Petro señaló una aparente “acción unilateral” del Perú que incluso “puede hacer desaparecer a Leticia como puerto amazónico quitándole su vida comercial”. Manifestó que su “gobierno usará antes que nada, los pasos diplomáticos para defender la soberanía nacional” pero no descarto la guerra. Estas afiebradas imputaciones de Petro fueron secundadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, que se pronunció señalando que “la denominada ´Isla de Santa Rosa´ es una formación surgida en el curso del río Amazonas, con posterioridad a la única asignación de islas realizada entre los dos países en el año 1929”, reiterando la posición colombiana de que “la Isla de Santa Rosa no ha sido asignada al Perú”. Como era obvio, las absurdas acusaciones de Petro merecieron la firme respuesta del Gobierno peruano, en la persona del canciller Elmer Schialer, así como de la Mesa Directiva del Congreso, legisladores de diversas bancadas y otras autoridades. Mediante un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores expresó a nombre del Gobierno peruano “su más firme y enérgica protesta” respecto a las declaraciones del Gobierno de Colombia sobre los derechos soberanos y actos de jurisdicción que el Perú ejerce desde hace más de un siglo”. Subrayó que la reciente creación del distrito de Santa Rosa de Loreto “se encuentra bajo la soberanía y jurisdicción peruana” y en el marco de los instrumentos jurídicos binacionales. A todo ello, el canciller Elmer Schialer, lamentó las expresiones de Petro y dijo que esto obedecería “a que no fue informado adecuadamente sobre la situación real, histórica y jurídica de nuestra frontera común en esa parte del territorio”. En comunicación con RPP desde Nueva York (Estados Unidos), durante su viaje a Japón para acompañar a la presidenta Dina Boluarte, sostuvo que en esa parte de la frontera la isla La Chinería (donde se ubica el distrito de Santa Rosa) fue asignada al Perú. “Cuando el rio Amazonas cambio de curso, dividió la isla peruana en dos, denominándose a la parte separada como Santa Rosa” asevero. “El Perú ha creado correctamente el distrito de Santa Rosa en suelo que siempre fue peruano, por lo que no se ha tocado un milímetro de territorio colombiano como se afirma ligeramente... El Perú no cederá ni un milímetro de su territorio”, manifestó. Por su lado, la Mesa Directiva del Congreso rechazó enérgicamentelas acusaciones de Petro que pretende desconocer la soberanía peruana respaldada por los tratados de 1922 y de 1934, vigentes y ratificados por ambos países. Señaló que la creación de distrito de Santa Rosa de Loreto se enmarca en las competencias del Congreso, respaldando asimismo el pronunciamiento de la Cancillería. Similar postura expresaron parlamentarios de diversas bancadas, entre ellos Alejandro Muñante (Renovación Popular), Héctor Valer (Somos Perú), Elvis Vergara (AP) y la bancada de Honor y Democracia. Por su parte, el exministro de Relaciones Exteriores, Miguel Rodríguez Mackay, señaló que con su ridícula acusación, el mandatario colombiano utiliza al Perú para crear “una cortina de humo frente al desastre de su política gubernamental interna” apunto.“Un tratado como Salomón-Lozano de 1922 y el protocolo de 1934, son instrumentos jurídicos de naturaleza pétrea y Petro los ha vulnerado en la relación bilateral y a osado decir que el Perú es un país invasor”, indicó a Correo.Sostuvo que Petro no se da cuenta del daño que le hace a las relaciones bilaterales de Perú y Colombia, que no están en su mejor momento desde la caída de Castillo, por lo que se trabaja para mejorarla. Asimismo, anotó que el tratado de 1922 es un instrumento jurídico bilateral que establece las demarcaciones entre Perú y Colombia, mientras que el Protocolo de Río de Janeiro suscrito en 1934, consagra la naturaleza jurídica del tratado de 1922, el cual fue ratificado por los Congresos de ambos países, por lo que no hay nada que reclamar. Esperemos que las autoridades peruanas mantengan la serenidad frente a sus amenazas y continúen defendiendo su posición a través de canales diplomáticos apropiados. La historia y el derecho internacionalestán del lado del Perú; no se necesita de patéticos espectáculos mediáticos para defender lo que legítimamente les pertenece. Por lo menos, es una magnífica oportunidad para acelerar la compra de los nuevos aviones para la FAP ya que la defensa de la Patria está en peligro ¿No os parece?... POR CIERTO, CON LOS TERRORISTAS NO SE NEGOCIA. (Como era de esperar, y ello a nadie ya puede sorprender, los parásitos caviares y la izquierda retrógrada se han colocado del lado de Petro desde el primer momento, dándole la razón en todo y demostrando su traición a los intereses peruanos una vez más. Peor aún, un infeliz de esos - Gonzales Posada es su nombre - ha tenido el atrevimiento de criticar la decisión soberana del Gobierno peruano de enviar tropas a Santa Rosa. De seguro esperaba que su amado Petro invadiera la isla para apoderarse de ella. ¿Recuerdan que, al inicio de su nefasto régimen, Castillo pretendió regalar el Mar de Grau a Bolivia? De seguir en el Poder, de seguro le entregaba a su “camarada” no solo Santa Rosa, sino también todo Loreto ¿Hasta dónde puede llegar la ruindad de estos malnacidos?)
martes, 5 de agosto de 2025
PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN: El Santuario de Wariwillka (Junín)
Se trata de un sitio arqueológico ubicado en el distrito de Huancán, provincia de Huancayo, en la región Junín, Perú. Fue un importante centro ceremonial y administrativo que data del Horizonte Medio y fue utilizado por las culturas Wari y Wanka. El nombre "Wariwillka" proviene de las voces quechuas "wari" (antiguo) y "willka" (sagrado o santuario). El santuario, según tradiciones recogidas por los españoles, era sede de la pacarina o fuente de donde surgió la primera pareja que dio origen a la nación Wanka, conocidos por ser bravos guerreros y que ofrecieron una férrea resistencia a los Incas. Al respecto, el cronista español Pedro Cieza de León, que pasó por la zona hacia 1545, fue el primero en describir el santuario, recogiendo la información de los lugareños que consideraban a Wariwillka como el lugar de origen del pueblo Wanka, la etnia dominante de la zona: “Estos indios cuentan una cosa muy curiosa, y es que afirman que su origen y nacimiento procede de cierto varón (de cuyo nombre no me acuerdo) y de una mujer que se llamaba Urochombe, que salieron de una fuente, a quien llaman Guaribilca, los cuales se dieron tan buena maña de engendrar, que los guancas proceden de ellos; y que para memoria de esto que cuentan hicieron sus pasados una muralla alta y muy grande, y junto a ella un templo, a donde, como cosa principal, venían a adorar”. En 1931, Federico Gálvez Durán identificó el santuario descrito por Cieza y señaló además la presencia tiahuanacode en Wariwillka y en general en todo el valle del Mantaro. Instaló además un museo en el poblado de Huari. Posteriormente Isabel Flores Espinoza describió el lugar (1959), publicando, adicionalmente, láminas que reproducen la cerámica del sitio, de clara filiación Tiahuanaco-Huari. Cabe precisar que los Wankas formaron una nación muy numerosa y aguerrida. En el santuario se adoraba al dios Huamani, bajo forma de un ídolo de piedra negra enterrado a medio cuerpo, al que los feligreses daban ofrendas y hacían consultas (oráculos). Cuando los incas conquistaron la región, mandaron construir un gran templo al Sol, aunque permitieron que continuara funcionando el santuario de Wariwillka, al que reconstruyeron con una arquitectura mixta (inca-wanka). Cuando los españoles arribaron al valle en 1534, el ídolo fue destruido por el sacerdote español Vicente de Valverde, ya que según la interpretación cristiana, era una representación del demonio. El lugar desde entonces fue abandonado, quedando cubierto de herbazales y maleza. Así lo encontró Pedro Cieza de León cuando pasó por el lugar hacia 1545. Si bien los extirpadores de idolatrías del siglo XVI lo clausuraron definitivamente, los lugareños continuaron furtivamente realizando sus rituales de origen prehispánico. En cuanto al santuario, tiene una forma irregular tendiente al cuadrilátero. Por cierto, la edificación existente sería solo parte de un conjunto mucho mayor cuya magnitud aún falta determinar. Los restos se extienden desde una meseta hasta la orilla del río Mantaro. En el extremo sur se ve una muralla de cerca de 46 m de largo, y de 5 m de espesor; su máxima altura llega a 5,30 m. Sus paredes son de piedras canteadas e irregulares, dispuestas en hiladas y unidas con argamasa de barro. En la parte inferior de la misma muralla hay unos huecos o “respiraderos” de 0,30 m de lado, con una profundidad no conocida; se supone que dan entrada a un subterráneo. En su parte superior, el conjunto forma una especie de plataforma rectangular limitada al este y el oeste por paredes semejantes a las descritas. Los muros servían de celdas para las víctimas del sacrificio al dios huanca. La cerámica asociada con estas estructuras es de estilo típicamente Wari. Dentro de esta construcción se encuentran 2 imponentes árboles de molle, y también se ubicaba una piscina de purificación, de la que aún se encuentra una escalera de piedras bien conservada que pasa por el costado del santuario, el que nos lleva a un manantial en el lado sureste del cual se dice que los Wankas recogían agua sagrada y que ha sido identificado como la fuente o pacarina del que habla Cieza de León. En la actualidad este manantial sigue abasteciendo de agua a los pobladores del anexo de Huari. Cuenta la leyenda que si los miembros de una pareja beben juntos del agua que brota del manantial, pero uno de ellos es infiel al otro, entonces este muere. En el interior del templo se han descubierto el cuerpo de una mujer de aproximadamente 20 años atada a un ave de rapiña, en la zona conocida como las celdas. También se encontró en el año 2009 la osamenta de un niño de aproximadamente 8 años junto a los huesos de posiblemente una llama bebe o un perro, el descubrimiento lo efectuó el arqueólogo estadounidense Steven Wirtz. En cuanto a los molles de Wariwillka, considerados como árboles sagrados por los antiguos wankas de acuerdo a un escrito de Cieza de León del siglo XVI, son árboles centenarios de la especie Schinus molle ubicados en el Santuario Arqueológico de Wariwillka y son considerados como árboles patrimoniales desde el año 2023. Cieza describió unos molles sagrados que existían en el interior del santuario, en número de tres a cuatro. Se han conservado en el santuario dos molles que fácilmente se suelen identificar con los que vio el cronista español hacia 1550, aunque no hay certeza si efectivamente sean los mismos. Estos árboles son muy apreciados por los lugareños como patrimonio de la nación Wanka.