sábado, 1 de noviembre de 2025
PERÚ: La cola del lagarto
 Como sabéis, a pesar de estar inhabilitado para ocupar cargos públicos, el golpista y genocida Martín Vizcarra, cínico como ninguno - quien mato a más de 200,000 peruanos durante la pandemia del Coronavirus, superando incluso a su “camarada” Abimael Guzmán, y que fue vacado por incapacidad moral - insiste en mostrarse como candidato de ese remedo de “partido” llamado Perú Primero para las elecciones generales del 2026, buscando la impunidad de sus múltiples delitos de corrupción por los cuales seguirá siendo procesado, al rechazar esta semana la Corte Suprema el pedido del lagarto para anular su juicio . Y esta vez ha ido más lejos: de forma ilegal fue inscrito como precandidato a la primera vicepresidencia de la República. En efecto, este vil lagarto no solo acumula tres inhabilitaciones impuestas por el Congreso, sino que tampoco está afiliado formalmente al “partido” con el cual pretende postular, un requisito indispensable según la legislación electoral.  Como recordareis, este miserable sujeto fue sancionado por primera vez en abril del 2021, cuando el Congreso lo inhabilitó por 10 años para ejercer la función pública, al revelarse que, de una forma por lo demás cobarde, se vacunó contra el COVID-19 a escondidas, cuando usurpaba el cargo, mientras a su vez miles de peruanos morían en las calles. Al año siguiente, en mayo del 2022, el Congreso lo inhabilitó por cinco años. En esta ocasión, por sus comprobados vínculos con empresas privadas mientras se desempeñaba como ministro de Transportes y Comunicaciones durante el nefasto gobierno del conocido lobbysta y Traidor a la Patria, el judío Pedro Pablo Kuczynski (quien, por cierto, al descubrirse sus vínculos con Odebrecht, renunció al cargo para evitar ser vacado). La tercera sanción llegó en junio pasado: una inhabilitación por 10 años impuesta por haber disuelto el Congreso en el 2019. Con ello, Vizcarra acumula tres medidas que lo alejan de cualquier posibilidad de ocupar cargos públicos. Debido a ello, en junio, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) confirmó - mediante una resolución - el retiro de Vizcarra del padrón de afiliados de Perú Primero, como consecuencia de las inhabilitaciones impuestas por el Congreso. Pese a ese negro historial, el tribunal electoral de ese “partido” admitió provisionalmente su inscripción como precandidato a la primera vicepresidencia. Según la resolución del tribunal electoral de esa agrupación fantasmal, su participación queda supeditada “a una eventual decisión internacional favorable que restituya sus derechos políticos dentro del cronograma electoral”. Vizcarra espera que la caviarizada Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) se pronuncie sobre la medida cautelar que presentó para suspender las inhabilitaciones. La fórmula presidencial de Perú Primero está encabezada por un desconocido Mario Vizcarra, hermano del lagarto, quien postula a la Presidencia de la República. El documento de inscripción fue presentado por la secretaria nacional de juventudes del “partido”, Brigge Pozo Machado, y aceptado por el tribunal electoral de la agrupación el viernes 24 de octubre. El secretario general de Perú Primero, César Figueredo Muñoz, confirmó la precandidatura del procesado y explicó las ‘razones’ detrás de la decisión: “Estamos a la espera de una decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Para salvaguardar los efectos de esa decisión, hemos considerado [su precandidatura] porque podría quedar apto para postular. [...] Ahora mismo estamos en Piura, hemos estado en Áncash e Iquitos. Estamos viajando mucho y no tenemos ningún tipo de rechazo, más bien, muestras de afecto” asevero. Consultado sobre las actividades proselitistas que el lagarto realiza pese a sus impedimentos para postular, Figueredo sostuvo que este sigue activo dentro del “partido”. Sin embargo, el presidente del JNE, Roberto Burneo, advirtió que las candidaturas de personas inhabilitadas “no van a pasar”. “Invocamos a los partidos políticos, en general, a que evalúen bien cada una de sus candidaturas para que no se les caiga. Eventualmente, si es que, por ejemplo, están inhabilitados o tienen un registro de condena en primera instancia, cuando las presenten y califiquemos, esas candidaturas no van pasar y probablemente ya no tengan oportunidad de reemplazarlas”, dijo en diálogo con la prensa. Burneo explicó que el JNE conocerá oficialmente las candidaturas recién el 23 de diciembre. “Luego empieza nuestro trabajo de calificación”, precisó. Al respecto, especialistas en derecho electoral han sido contundentes al calificar esta estrategia como un “engaño a la población” y un “abuso de la ley”. Así, por ejemplo, el abogado José Manuel Villalobos, consideró que la precandidatura de Vizcarra es “un engaño a la población”. “Vizcarra está inhabilitado. La misma resolución [del partido] lo reconoce. La inscripción que le hacen es una inscripción condicional. Para mí, no debería haberse admitido. A la hora de la hora, al que van a inscribir es al accesitario y no a él”, afirmo. En su opinión, Perú Primero busca mantener la ilusión de que el golpista acusado de corrupción volverá a postular. “Perú Primero quiere mantener el engaño de que Martín Vizcarra va a postular, lo cual es imposible”, agregó. Villalobos también interpretó la estrategia como un reconocimiento implícito de que Vizcarra no podrá ser el candidato de la agrupación. “Con eso reconocen tácitamente que él no puede ser candidato presidencial. En el escenario de que sí le dan la medida cautelar, solo podría ser candidato a la vicepresidencia. Pero creo que el partido ya sabe que no se la van a dar. Lo han puesto de candidato a la vicepresidencia en las primarias para todavía mantener la duda, el engaño en sus electores”, afirmó. Por su parte, el abogado Roy Mendoza, también especialista en derecho electoral, consideró que la precandidatura de Vizcarra “es una estrategia electoral perniciosa”. “Se da un mensaje de manejo de las elecciones internas al margen de lo que establezca la ley, obedeciendo simplemente a una estrategia de marketing electoral” apunto. Mendoza agregó que, si bien las elecciones primarias son reguladas por los propios partidos, estos deberían realizar un control efectivo de los requisitos para la postulación. “Parece que lo que quiere Perú Primero es saltarse la valla en las internas. Que sus organismos; es decir, el órgano electoral central y los descentralizados, no hagan ninguna observación a la plancha y se la envían a la ONPE, que no tiene competencias para calificar. Pero evidentemente, la postulación de Martín Vizcarra ante el Jurado Electoral Especial no va a prosperar”, aseveró. En tanto, la abogada Silvia Guevara señaló: “Él [Vizcarra] conoce muy bien su situación jurídica, pese a ello decide postularse, con eso no hace más que generar una expectativa que no será posible que sea revertida a estas alturas, aunque se puede asumir ello como parte de una estrategia política más que un actuar conforme a derecho”. Además de su fórmula presidencial, Perú Primero también definió sus precandidatos al Congreso. La nómina muestra viejos y desgastados rostros vinculados directamente a Martín Vizcarra, quien se resiste a quedar fuera del tablero político, creyendo que así se salvara de la cárcel. Pero a pesar de sus desesperados esfuerzos y el apoyo de la prensa basura que sirve de caja de resonancia a sus despropósitos, su condena es inminente por más que jueces caviares intenten alargar su proceso ad infinitum como lo hacen con Villarán, esperando que pasen los años y prescriba sus delitos. Pero el lugar de este miserable es la cárcel. Él lo sabe perfectamente... Y allí terminara.  Como sabéis, las elecciones del 2026 serán las más complejas de las últimas décadas por la cantidad de partidos políticos, candidatos, nuevas reglas electorales y un Legislativo bicameral. En este contexto, lo mínimo que se puede exigir a los actores políticos es responsabilidad y respeto por la ley. Vizcarra en cambio, con su historial de mentiras y maniobras, no solo falta al respeto a las instituciones democráticas, sino que estafa a sus propios seguidores. La ciudadanía merece transparencia, no más cinismo de un vil sujeto especialista en ello.   
martes, 28 de octubre de 2025
LOS SECRETOS DEL T´ANTA WAWA: Ofrendas para los muertos
 Se trata de un vocablo indígena que se puede traducir al español como “niño hecho de pan”. Los turistas que visitan los pueblos andinos encuentran estos panes dulces hechos de forma artesanal en abundancia durante los primeros días de noviembre, ya que se acostumbra consumirlos en el Día de los Muertos, llevándolo a los cementerios como ofrendas a los que partieron. En efecto, los t’anta wawas fueron originalmente un regalo para los niños que habían muerto. Mientras las tumbas de las niñas recibían el pan en forma de bebé, los destinados a las tumbas de los niños tenían forma de llamas. Posteriormente se extendió al resto de sus seres queridos. Esta práctica de honrar a las familias en sus tumbas, trayendo su comida y bebida favorita para ellos se remonta a la época precolombina y continúa cada 1 de noviembre. En un paseo por los mercados cuzqueños por esa fecha, se puede descubrir la infinita variedad de diseños de t’anta wawas que existen. Aunque los cuzqueños lo saborean desde hace siglos - el Inca Garcilaso de la Vega, en sus Comentarios Reales de los Incas, ya explicaba que los panes de maíz eran parte de sus celebraciones y se llamaba “tanta” al pan común - es interesante conocer cómo se inició esta costumbre. Como sabéis, el brindar ofrendas a los muertos es antiquísima. En el Antiguo Egipto, por ejemplo, se solían depositar panes y levadura en las tumbas de algunos faraones. El pan servía como una ofrenda de honra y respeto. En el Antiguo Perú, la situación era un tanto distinta. En los funerales Incaicos las ofrendas consistían en frejoles, frutas, guisados y hojas de coca. Lógicamente, si bien los Incas horneaban pan, hechos a base de maíz, no existe evidencia que lo consumieran durante un funeral, ni que lo dejaran como ofrenda a sus difuntos, como comenzó a partir del dominio español en el siglo XVI. De todas formas, los Incas, como otras culturas antiguas, mantuvieron la creencia de honrar a sus muertos. Ellos sabían bien que, de no hacerlo, se creaba una enemistad o distancia entre vivos y muertos, la cual ocasionaba según creían, grandes repercusiones, como sequías, plagas, hambrunas, mala fortuna, maldiciones y demás. “Los indios eran muy agoreros” anotaron los cronistas acerca de sus costumbres y supersticiones. Los españoles, por su parte, también tenían un día especial para honrar a sus muertos. Lo hacían, de acuerdo a la fe cristiana, el 1 de noviembre de cada año, el cual denominaban como El día de Todos los Santos, donde se honraba a los muertos (aunque la costumbre apareció en Europa alrededor del año 373 DC, el Papa Gregorio III instituyó oficialmente esta celebración en el año 731 DC). Con la Conquista del Perú, se produjo un sincretismo o fusión cultural, donde los indios siguieron adorando de forma encubierta a sus ídolos paganos “reconvertidos” en vírgenes y santos, tal como sucedió por ejemplo con Pachacámac, “metamorfoseado” en el Señor de los Milagros. Por ese motivo es que, a partir de 1535, cuando fueron adoctrinados por los sacerdotes para convertirse al catolicismo - a través de la persuasión y casi siempre por la fuerza - estos se resignaron a honrar a sus muertos el 1 de noviembre, adaptándolo a sus costumbres y tradiciones. Es así como entre los años 1570 y 1650 se empezaron a hornear panes dulces en forma de bebé para la festividad del Día de los Muertos. Esta costumbre apareció en los pueblos andinos, mayormente en el Cuzco. Los investigadores aseguran que entonces se inició el rito popular de “bautizar” a los t´anta wawas. Para entonces, los curas obligaban a los indígenas a bautizar a sus recién nacidos. Estos, que desconfiaban de los sacerdotes, acostumbraron orquestar una parodia de bautizo durante el 1 de noviembre. Un indio se disfrazaba de cura y “bautizaba” a los t’anta wawas en los mercados y en las numerosas plazas de cada pueblo. Aunque esta tradición se celebraba entre bromas y carcajadas, era una manera sutil de burlarse de los curas y un tácito acto de rebelión ante los españoles. Lo hacían por orgullo propio y para reafirmar su identidad indígena. Dicha actitud también se manifestaba en la decoración de los t’anta wawa. Nótese que la mayoría de estos panes son decorados con vestimenta indígena. De una forma u otra, luego de “bautizados”, la población acababa por devorarlos.  Si bien la costumbre del “bautizo” aún se practica, no es tan frecuente como antaño. Actualmente para ese día, los panaderos andinos se esmeran en confeccionar t’anta wawas con los más variados diseños, formas y colores. Otras comunidades indígenas realizan exhibiciones y concursos, y también se aventuran a hornear t’anta wawas de más de 12 metros de largo. Por cierto, estos panes son tradicionales no solo en el Cuzco, sino también en otras ciudades andinas del Perú, como Puno, Huancavelica, Huancayo y Ayacucho. Asimismo, son usadas como fetiches en ritos de curación de enfermedades psicosomáticas como el “animu qarkusqa” (pérdida del ánimo) para lo cual el t´anta wawa se elabora usando ropas del enfermo... De que sea o no efectivo, vaya uno a saber.    


