viernes, 7 de septiembre de 2012
MESSI ES DE OTRA GALAXIA: El D10S llega a Lima con la albiceleste para golear a Perú
Venga, a que esperaba comentar lo mejor de esta fecha de Eliminatorias y obviamente en esta oportunidad iba a tratar sobre la estrella del Barça cuyo juego cautiva y encanta a todos - quien como no podía ser de otra manera, con una clase magistral de fútbol le dio la estocada final a Paraguay en el 3-1 en Córdoba con un tiro libre genial, en una noche que indudablemente fue suya – cuando leí en el diario argentino La Nación una nota sobre el D10S que me pareció interesante y es por ello que he decidido publicarlo - entrecomillado claro está - con el que estoy ciento por ciento de acuerdo ¿vale?: “Messi estaba obsesionado por conquistar a su país de corazones blindados y miradas desconfiadas. Por razones que se escapaban de la lógica y quizás anidaban en sentimientos tribales, se lo observaba a Messi con sospecha. Él no se enojaba ni devolvían miradas con sorna, pero necesitaba el apoyo de todos. Y es que incomprensiblemente al mejor del mundo no lo respetaban en su país; no podía gambetear ese rol de intruso que se le había asignado. Pero todo comenzó a cambiar a partir de un día, un estadio, una provincia. Una helada noche santafecina de julio del año pasado, atribulado como nunca y silbado como ya no ocurrirá, Messi dejó la cancha de Colón luego de un oscuro 0-0 con Colombia. Cinco jornadas después, el 11 de julio, se marchó del estadio Mario Kempes ovacionado tras ganarle 3 a 0 a Costa Rica por una Copa América que todavía preparaba otra trampa. Pero Córdoba había sembrado la semilla del amor definitivo. El planeta lo reverenciaba, pero recién a partir de entonces podría comenzar a alinear algunas adhesiones por acá. Hasta que desembarcó Alejandro Sabella, la Pulga se ajustó la cinta de capitán y todo se volvió más meteórico aún: golazos, jugadas para el asombro, ovaciones y banderas de aliento con inscripciones de cada rincón de la Argentina. Ya a nadie le importó que no cante el himno. Messi ha triturado los pronósticos más agoreros. Y en Córdoba lo volvió a contener. Otra vez le endulzó los oídos. El no se persigna cuando pisa la cancha, no entra con el pie derecho, no hace una arenga visceral cuando termina el himno. Gobierna sin estridencias ni gestos ampulosos. Encara, esquiva, asiste, apunta y remata. Su compromiso con la selección albiceleste es incuestionable. Se sabe que Messi no tiene un don en la expresividad, pero igual atrapa. El imán es su narcótica manera de jugar a la pelota. Se trató de una versión menos eléctrica, más intermitente, pero igual de cautivante. Dos pelotas en los palos precedieron su fantástico tiro libre. La falta (y amonestación) se la había cometido Víctor Cáceres, que persiguió al D10s y padeció sus ocurrencias. Otra conquista, para llegar a 28 en su carrera albiceleste y apretar a Crespo (35) y Maradona (34) en el liderazgo histórico que luce Batistuta (56). Otro gol en partidos consecutivos, para estirar el registro a 10 en los seis últimos. Fabuloso. Y para castigar a una nuevo adversario, porque a Paraguay todavía no lo había podido ajusticiar en América del Sur .Nunca lo habían ovacionado tanto ni tantas veces en una cancha argentina. Córdoba se lo regaló. Lo golpearon bastante, especialmente en el primer tiempo. Siempre insistió, aunque por momentos se le escaparon algunos gestos de fastidio. Sabe como nadie el lugar que ocupa, por eso no se esconde y asume naturalmente su liderazgo. Sin ostentaciones luce esa cinta de capitán nunca tan bien merecida. Ahora toca enfrentar a Perú, un equipo del montón y que esta de comparsa en cada Eliminatoria. Es por ello que el triunfo de la albiceleste el próximo martes en Lima está asegurado de antemano y serán otros tres puntos para seguir comandando la tabla de las Eliminatorias”. Solo me queda agregar que esa noche iré al estadio con unos tíos porteños a un palco del Nacional - ellos con sus camisetas argentinas y yo con la del Barça - para disfrutar de la paliza que le van a dar a los dirigidos por Markarian. A que no hay duda alguna de ello :)