A que no acostumbro tratar sobre notas policiales pero en esta oportunidad hago una excepción debido a los graves actos de violencia acaecidos el pasado jueves por obra y gracia de una horda de criminales, quienes pagados por los comerciantes del denominado Mercado de La Parada que se niegan a ser trasladados al nuevo Mercado Mayorista de Santa Anita, desataron el caos y el terror. Nada justifica los actos vandálicos y criminales protagonizados por estos individuos de mal vivir, el jueves último, en las inmediaciones del mercado mayorista de La Parada. No existe ninguna razón que pudiera al menos atenuar las agresiones perpetradas contra policías que cumplían con su deber de proteger la seguridad de los ciudadanos. Por el contrario, ellos fueron víctimas de los demenciales ataques de hordas de delincuentes que causaron la muerte de dos personas y dejaron un saldo de 43 heridos, entre ellos ocho policías y un comerciante, así como le sacrificio de la valerosa yagua La Mar que murió como producto de los ataques de esos salvajes. Hay que destacar que los custodios del orden en todo momento actuaron con energía, pero a la vez con mesura. No hicieron uso de sus armas de fuego, ni siquiera en los momentos extremos en que bien les asistía el derecho de la legítima defensa. La acción de estos despreciables sujetos tiene el agravante de haber ocasionado saqueos en diferentes galerías comerciales y la destrucción de automóviles, cuyos propietarios nada tenían que ver con el problema planteado por los comerciantes de La Parada, que se niegan a ser trasladados al nuevo complejo mayorista de Santa Anita. El ataque contra la fuerza pública, desacato a la autoridad, atentado contra la vida y la salud de las personas, robo y daños a la propiedad publica y privada son delitos graves que merecen la más severa sanción, de acuerdo con la legislación penal vigente. Los luctuosos acontecimientos han puesto en evidencia, una vez más, que el viejo complejo de La Parada constituye uno de los lugares más peligrosos de la ciudad, donde actúa la delincuencia organizada que se aprovecha de la congestión propia de un mercado que atiende a una demanda cada vez más superior a su capacidad.Al margen de la resistencia ofrecida por los comerciantes para ser trasladados a un mercado más amplio y moderno, lo acontecido el jueves ha puesto sobre el tapete un grave problema de seguridad ciudadana.Allí peligran constantemente la integridad, la vida y los bienes de miles de comerciantes de las galerías de Gamarra, miles de compradores que diariamente van al propio mercado mayorista y los pasajeros del Tren Eléctrico, que estuvo a punto de sufrir graves e irreparables daños.Entonces, se justifican plenamente los pronunciamientos de rechazo al vandalismo y la delincuencia de las bancadas parlamentarias, la Cámara de Comercio de Lima y la Fiscalía de la Nación, además de otras instituciones y empresas.La ciudadanía respalda a la Policía Nacional del Perú y las firmes y enérgicas acciones formuladas por el ministro del Interior, quien informó que se aplicará todo el peso de la ley a los responsables de los hechos denunciados.Aunque se trate de una noticia negativa, también hay que resaltar la arriesgada y esforzada labor desempeñada por los medios de comunicación. Gracias a ellos se verá facilitada la identificación de los criminales que atentaron contra policías indefensos. Con toda razón, el presidente Ollanta Humala se sumó a la condena de los hechos comentados y anunció que el Gobierno revisa la normatividad que penaliza la agresión a los efectivos policiales y enviará una iniciativa al Congreso para que se sancione con mayor severidad esos casos.El Jefe del Estado destacó con énfasis que el Gobierno respalda las acciones tanto de la Alcaldía de Lima como de la de la Policía para mantener el orden y hacer cumplir la ley, y señaló que la población debe estar unida en el objetivo de apoyar a las fuerzas del orden en su lucha contra el crimen. Una cosa es segura, no hay marcha atrás y La Parada debe desaparecer.En esa tarea debemos apoyar la labor emprendida tanto por la Alcaldía de Lima como por la Policía. Que esos criminales y quienes los financian (que son los mismos que están detrás de la ilegal revocatoria a la alcaldesa Villarán y que coincidentemente también buscan que se le otorgue el indulto humanitario a un despreciable genocida como Kenyo Fujimori) sepan que les va a caer todo el peso de la Ley por sus repudiables delitos. A por ellos :(
Caricatura: La República