sábado, 11 de mayo de 2013
CORRUPCION Y PODER: Una relación más estrecha de lo que parece
El poder corrompe. Eso lo sabe todo el mundo. En el ser humano hay una inclinación a la corrupción que se manifiesta en sumo grado en los que detentan el poder. ¿Por qué precisamente ellos? Resulta que como tendencia general de todos los seres humanos, existe dentro de cada uno un perpetuo e inquieto deseo de poder y más poder, que una vez adquirido sólo termina con la muerte. La razón de esto reside en el hecho de que sólo es posible mantener el poder a toda costa, buscando la forma de mantenerlo, sea de forma lícita o no. para seguir disfrutando los privilegios que ello conlleva. Existe, por lo tanto, una relación estrecha entre poder y corrupción. Corrupción es el uso del poder en beneficio propio. El beneficio puede ser dinero, influencia, proyección, tratamiento especial. Es fundamental el secreto en las transacciones, porque son inmorales o ilegales. Pasiva o activamente, se echa mano de regalos, presiones, fraudes, sobornos y nepotismo. Corrupto es quien soborna o acepta ser sobornado, para garantizar beneficios para sí, para un partido o para el gobierno. El punto clave es el abuso de la posición de poder. ¿Cómo superar la corrupción? Para empezar, en una democracia avanzada con unas instituciones fuertes y sólidas (que no es el caso del Perú), desconfiar siempre del ser humano, porque este nunca será inmune al abuso del poder. Nada de dar cheques en blanco. Asimismo, es necesario evitar la concentración de poder. Precisamente la división de poderes fue pensada para evitar la posible corrupción. Luego, viene el control por parte de la sociedad, utilizando principalmente los medios de comunicación. Exigir siempre transparencia en todos los procedimientos. Por último - pero a su vez lo mas importante- castigar ejemplarmente a los políticos corruptos, ya sea con la pena de muerte, cárcel de por vida e inhabilitación perpetua - por sus graves delitos cometidos los cuales no merecen perdón alguno, y que a su vez sirva como una advertencia a futuras generaciones que terminaran de la misma manera si pretender seguir ese camino. Lamentablemente en el Perú eso no se da, con una desprestigiada clase política llena de chorizos de todo calibre a los cuales solo les interesa llegar a Palacio para satisfacer sus ambiciones y saquear las Arcas Públicas, para luego escapar del país presentándose cínicamente como “victimas de una persecución política” apelando a la mala memoria de los peruanos, esperando su oportunidad de retornar algún día al poder para cargarse todo lo demás. Ahí tenemos por ejemplo a Alan García - una rata inmunda que robo todo lo que pudo en sus dos periodos presidenciales y no satisfecho con ello cobraba miles de dólares a los capos del narcotráfico sentenciados a cambio de su libertad - y Kenyo Fujimori- un despreciable Genocida condenado a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad quien a través de la prensa basura exige ser indultado, cuando no tiene derecho alguno a ello - pero no son los únicos. Si miramos la historia tenemos al dictador Augusto B. Leguía - muerto a manos de sus carceleros en la Penitenciaria de Lima en una oscura celda infestada de roedores – cuyos delitos fueron ampliamente demostrados, pero que paradójicamente de nada le valió haber robado tanto para el triste final que tuvo. Si miramos mas atrás tenemos el vergonzoso caso de otro infame tirano - Manuel Ignacio Prado - quién huyo del país al estallar la guerra con Chile cargándose nada menos que todas las Reservas Nacionales con el pretexto de “realizar personalmente la compra de armamentos para la defensa de la Patria” el cual como es lógico, nunca ocurrió, con el trágico resultado que luego se dio. Actualmente, Alejandro Toledo está envuelto en un escándalo que debe ser aclarado lo antes posible. Es por ello que la lucha contra la corrupción debe ser implacable y sin pausa alguna hasta lograr su erradicación definitiva. Una tarea titánica que requiere el mayor esfuerzo de parte de cada uno hasta conseguirlo ¿No os parece? :)