martes, 16 de septiembre de 2014

HUELLAS DEL PASADO: Las cuevas de Toquepala

Ubicada en el Departamento de Tacna, en el sur del Perú, estas cuevas tienen unos diez metros de profundidad, cinco de ancho y tres de altura. En sus paredes se han encontrado pinturas rupestres, con diversas escenas de cacería, en las que se representa a cazadores acorralando y matando a un grupo de guanacos. Se calcula su datación en 7600 A.C. de acuerdo con los fechados radioactivos realizados por expertos en la materia. En 1963 los diarios de Lima dieron cuenta del descubrimiento de una cueva con pinturas rupestres en el asiento minero de Toquepala.  Es por ello que el Museo Nacional de Antropología y Arqueología de Lima, con el apoyo de la Southern Perú Copper Corporation, auspició las investigaciones arqueológicas en el lugar, donde se reafirmo la importancia del monumento, hallándose también varios instrumentos de piedra y algunos pinceles con perfil de hisopos, que serían las herramientas del hombre primitivo. Las paredes internas de la cueva y externas del abrigo están adornadas con diversas pinturas rupestres que representan animales y hombres con notable esquematismo naturalista. Los colores usados son el rojo, amarillo, blanco y negro. En cuanto al tamaño, son figuras pequeñas, de hasta 5 cm los hombres y 10 cm los animales. Representan escenas de cazadores acosando a guanacos con garrotes; en algunos casos parecen llevar arcos. Se ven animales muertos, algunos de los cuales han recibido el impacto de proyectiles o de lanzas. Algunas figuras aparecen superpuestas, las que al parecer fueron hechas en tiempos posteriores. Estas pinturas rupestres  presentan, como similares descubrimientos de otras partes del mundo, un alto sentido animista, para propiciar la caza y los alimentos. Los habitantes primitivos pensaban que tales imágenes se constituían en espíritus de animales reales, por lo cual, antes de realizar las faenas de caza, ensayaban lanzando vigorosamente sus proyectiles y lanzas sobre aquellas figuras. Este rito significaba para ellos augurio de buena cacería y abundante alimento recolectado; era como un pronóstico y un acto de magia. Cuando finalmente los animales emigraron de la zona, el hombre también continuó su trashumancia. Las cuevas quedaron abandonadas y posteriormente fueron ocupadas por las aves, cuyos huesos se hallaron regados en el suelo. Hoy se encuentran en grave peligro de deterioro debido a que están expuestas a las heces de murciélagos y aves. Además las pinturas sufren daño eólico, producto de los fuertes vientos en la zona. Lo indignante es no reciben ningún tipo de protección  por parte de las autoridades locales  “aduciendo falta de presupuesto”  ya que en su ignorancia, afirman que “no es prioritario”, a pesar que desde el 2004 fueron declaradas como Patrimonio Cultural de la Nación  ¿Hasta cuando la desidia y el desinterés de quienes tienen la obligación de preservarlos para la posteridad? A que no los entiendo :(