Ubicado en la intersección de las avenidas Abancay y Nicolás de Piérola. Recibe su nombre por encontrarse ahí la antigua sede de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos -considerada la más antigua de América-, también conocida como la «Casona» y que hasta las últimas décadas del siglo XIX fuera local del Real Convictorio de San Carlos, La universidad se instaló en dicho local a mediados de la década de 1870, quedando su anterior sede de la Plaza Bolívar ocupada por la Cámara de Diputados (actual Congreso de la República). No sería sino hasta 1966 que San Marcos abandonó dicho local - debido a los daños infringidos por un terremoto en la antigua edificación - trasladándose definitivamente al campus de la Ciudad Universitaria en la avenida Venezuela. De allí en adelante, La Casona estuvo en continua remodelación para devolverle su aspecto original y convertirse en un centro cultural. La construcción del parque se realizó a inicios de la década de 1920. Lo primero que nos llama la atención al visitarlo es la monumental Torre del Reloj, obsequio de la colonia alemana a la ciudad con motivo del centenario de la Independencia del Perú, en 1921. Se dice que originalmente el reloj tenía la particularidad de tocar las notas del Himno Nacional diariamente, tanto a las doce del día como a las 6 de la tarde, sin embargo, debido a su falta de mantenimiento, esta capacidad se perdió y hoy es muy difícil encontrar en el medio a un relojero que pueda repararlo. En 1987 y en el 2003, se hicieron reparaciones al mecanismo del fino reloj y se volvió a oír el Himno Nacional desde la torre, pero solo por poco tiempo, hoy solo marca la hora puntualmente todos los días. Lamentablemente al haber estado ubicado originalmente allí la Universidad de San Marcos , el parque se convirtió en un escenario de continuas manifestaciones sociales y revueltas estudiantiles durante gran parte del siglo XX. Tras la partida de esos indeseables, se esperaba que se convirtiera en una zona de paz y tranquilidad pero ello no fue así, ya que al continuo deterioro de la zona, hubo que agregar la invasión que sufrió por parte de miles de vendedores informales convirtiéndolo en un lugar sumamente peligroso para transitar por allí. Su decadencia era total, hasta que durante la década de los noventa, el parque fue finalmente renovado, construyéndose en él un par de piletas ornamentales así como un cerco perimetral, para proteger sus monumentos, entre ellos - aparte de la Torre del Reloj - los dedicados a destacados políticos e intelectuales como Hipólito Unanue y Bartolomé Herrera. Lamentablemente ha vuelto a ser noticia por la realización de violentas protestas organizadas por los tontos útiles del MOVADEF con el pretexto de derogar la Ley Pulpin, así como el retorno de la delincuencia por sus alrededores. Como si ello no fuera suficiente, últimamente ha sido literalmente “invadido” por centenares de gatos tal como ocurre desde hace un tiempo en el Parque Kennedy de Miraflores abandonados por sus dueños. Si bien los felinos se logran confundir con los árboles y transeúntes que visitan cada día el concurrido parque, su cada vez mayor número no deja de llamar la atención. Demostrando su insensibilidad, la Municipalidad de Lima ya habla de tomar “acciones radicales contra los gatos” pretendiendo envenenarlos en masa ¿Y la delincuencia, que? ¿Porque ellos votaron por Castañeda dejaran que continúen haciendo de las suyas? Venga ya, qué se puede esperar de esa gente :(