martes, 24 de marzo de 2015
AL RESCATE DE RADIO FILARMONIA: Su existencia está amenazada
El primero de enero de este año, Filarmonía cumplió 31 años. Pero la falta de presupuesto hace peligrar la existencia de la única emisora cultural que subsiste en el Perú. Es por ello que Martha Mifflin, su fundadora, apela a la colaboración de los oyentes. No hay un momento en su vida que no esté relacionado con la música. A los cuatro años se inició en el piano y a los once ya era campeona nacional de acordeón. Cuando tenía 35 años salió al aire con Musiciana, un programa radial de música clásica que está por cumplir 41 años, y una década después fundó radio Filarmonía, la única emisora cultural que sobrevive en el país. Hoy, a sus 75 años, Martha hace lo imposible para evitar que por falta de presupuesto, radio Filarmonía – su vida, su todo – naufrague y pase a ser parte del pasado. En efecto, casi llegando al extremo derecho del dial, en el 102.7 de la Frecuencia Modulada, se encuentra Filarmonía, La radio fundada un primero de enero de 1984 navega en solitario al ritmo de sus sinfonías, oberturas, líricas y réquiems. Pero la historia de esta radio no comienza en ese punto del dial. Alguna vez, hace más de 30 años, Filarmonía fue Sol Armonía, y su ubicación estaba en el 88.9 de la Frecuencia Modulada. La historia de radio Filarmonía es también la historia de Martha Mifflin. Y viceversa. Así de simple. Martha recuerda a su padre como “un director de orquesta frustrado”, un hombre que ponía sus discos e imaginariamente dirigía a una orquesta - también imaginaria - que tocaba las piezas que salían del tocadiscos. Sus más antiguas reminiscencias relacionadas con la música, la hacen retroceder unas siete décadas, y aunque no puede precisar cómo ni por qué, ella se recuerda, pequeñita, escuchando Radio Selecta. Desde entonces y hasta ahora, nunca se rompió su vínculo con la música clásica. Su pasión por ella la llevo a fundar Musiciana, un primero de abril de 1974. Martha Mifflin encontró el nombre de su programa en un par de libros franceses que halló en los archivos de la Biblioteca Nacional. El significado que sus autores le daban a la palabra era algo así como “amor a la música y a todas sus manifestaciones”.Con Musiciana se paseó por diferentes radios durante diez años. Estuvo en Selecta, en Radio Unión, en Radio Miraflores, en Radio del Pacífico. Siempre con su colección personal de 250 discos bajo el brazo. Siempre interesada en dar la mayor cantidad posible de información a los oyentes, siempre tratando de explicar qué es una sinfonía, qué movimientos tiene, quiénes fueron Mozart, Schubert, Bach, Chopin, los grandes maestros. A mediados del 83, Martha Mifflin consideró que era el momento de dar el salto, de fundar una radio que se dedique exclusivamente al género de la música clásica. Junto a una veintena de amigos fundaron entonces la Asociación Filarmonía. Todos apoyaban la causa y acordaron dar un aporte económico para comprar los equipos y pedir la señal al Estado. Ocurrió que uno de los miembros de la asociación era sobrino de Alejandro Miró Quesada – director de El Comercio - quien ofreció prestar la frecuencia de Radio el Sol, en los 88.9, para que sea usada. Así nació Solarmonia, un primero de enero de 1984, con muchas expectativas por delante. Sin embargo, su principal problema fue que la radio contaba, básicamente, con el archivo personal de Martha, así que luego de dos o tres meses, las piezas comenzaron a repetirse. Las quejas llegaron y Martha Mifflin respondía con sinceridad: es lo que hay. Una amiga le contó que en la embajada de Bélgica había muchos discos enviados como donación y que nadie los recogía. La emisora fue por ellos. Por imitación, las embajadas de Suiza, Gran Bretaña, Francia e Italia hicieron lo mismo. Actualmente, la emisora cuenta con más de mil horas de música en todos los soportes. El año 2000 la continuidad de la radio estuvo en riesgo. Miró Quesada había decidido prescindir de su frecuencia. Por consideración, le ofreció a la asociación Filarmonía la adquisición de la misma, pero el grupo no pudo conseguir el dinero. Cuando las esperanzas se marchitaban y se comenzaba a pensar en el cierre definitivo, el gobierno le otorgó una frecuencia a IRTP para que se la conceda mediante un convenio a la radio fundada por Mifflin. Así, en una nueva frecuencia -102.7 FM - y con un nuevo nombre, la radio continua brindando su selecta programación. Lamentablemente la plata no le llega sola - menos aún cuando se trata de cultura - y hoy se encuentra en una situación muy crítica. El apoyo de las empresas se ha retraído en los últimos años y Filarmonía no cuenta con el presupuesto necesario para funcionar este año. “Estamos a tiempo de que las empresas comprendan que la música clásica no es un accesorio o reservada solo para las elites. Y no solamente te alimenta el espíritu, cosa que también es verdad porque te da paz, tranquilidad, te hace tener mejores sentimientos y te acompaña, sino también te instruye”, afirma Martha. Su diagnóstico sobre la situación de Filarmonía es duro: estamos en un estado crítico. Pero recuerda que si bien es cierto que la radio ha atravesado varias crisis, siempre ha sabido sobrevivir. Ello también está en manos de los oyentes, que con sus donaciones o formando parte del Círculo de Amigos de radio Filarmonía tienen la posibilidad de mantener con vida esta historia. Tratándose de música, de cultura, quizá esta posibilidad debería convertirse en un deber. En una hermosa obligación :)