sábado, 28 de marzo de 2015
VARGAS LLOSA: Entre la ficción y la realidad
Venga ya, no cabe duda que este menudo elemento sigue viviendo en su mundo de fantasía y se ha creído el cuento de ser el “garante”(?) del gobierno del señor Humala y cada cierto tiempo abre la boca y suelta cada roca, pretendiendo darnos clases de como gobernar - como si alguna vez hubiera tenido experiencia en ello - cuando ni siquiera pudo vencer a Kenyo Fujimori en las elecciones de 1990. Lleno de resentimiento contra los peruanos que “osaron” no elegirlo, abandonó el país y asegurando ser “victima de una persecución política”, renegó de su nacionalidad peruana y adopto la “española” (aunque por más que le pese, para los que si nacimos en la península, nunca dejara de ser un sudaca) recorriendo el mundo y hablando pestes del país donde nació en cuanto foro sea posible. Vaya miserable. Si quería combatir a la dictadura fujimorista debería haberlo hecho dentro del país y no desde la comodidad de su autoexilio. Solo regresó al Perú tras la caída de ese régimen criminal y aunque no volvió a la política activa, se da el tiempo de opinar de diversos temas de actualidad. Si en su juventud fue un admirador incondicional de Fidel Castro - quien lo diría - posteriormente renegó de ello y termino abrazando posiciones de ultraderecha, siguiendo fervientemente las instrucciones de la Casa Blanca, atacando implacablemente todo lo que alguna vez había creído. Bien dicen que los que cambian de bando son los peores, ya que para demostrarlo, acaban adoptando posiciones extremistas. Es por ello que no nos sorprende su cerrada defensa del neoliberalismo y la criminal política exterior norteamericana, “justificando” sus guerras de agresión - ya sea en Irak, Ucrania o Siria, así como el genocidio del pueblo palestino a manos de los sionistas - en nombre de la “libertad”(?) Si, “libertad” para atacar, invadir, saquear, destruir y aplastar países enteros, asesinando a quienes consideran sus enemigos y reemplazarlos por marionetas a quienes puedan manipular a su gusto. Como es lógico, para ese descerebrado, los “malos” de la película son Rusia, China, Irán y Venezuela por ejemplo, quienes han cometido el “delito” de no prestarse a ese juego infame y por el contrario, están dispuestos a hacerle frente en todos los sectores. Para Varguitas eso es un “crimen” intolerable y es por ello que suelta repetidamente su lengua viperina para atacarlos a la menor ocasión. En el caso del Perú, debido a su odio a Fujimori (ya que este le arrebato en 1990 un triunfo que creía “seguro”) tras conocerse los resultados de las elecciones del 2011, en los cuales pasaron a segunda vuelta Ollanta Humala y Keiko Fujimori, a quienes había calificado repetidamente como “el cáncer y el sida de la política peruana”, tuvo que tragarse sus palabras y se ofreció como “garante” del candidato nacionalista para evitar la llegada de la hija del genocida a Palacio y que libere al monstruo de su padre (quien cumple una condena de 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad). Con el triunfo del señor Humala, Vargas Llosa adopto inicialmente una posición distante en el cual había decidido no atacarlo, pero tampoco defenderlo (debido a que desconfiaba de el por su amistad con Hugo Chávez) pero de un tiempo a esta parte, ha comenzado a criticarlo soterradamente y con mayor razón aún, cuando se trata de Venezuela, donde ambos tienen posiciones irreconciliables, Como sabéis, Venezuela en estos días esta bajo un feroz ataque mediático por parte de los voceros del Imperio en España y América Latina, tras el fracaso de la intentona golpista por parte de la derecha fascista del pasado 12 de febrero - que pretendía bombardear la sede del gobierno y otras dependencias oficiales en Caracas - y el posterior anuncio del despreciable Criminal de Guerra Barack Hussein Obama de declarar a Venezuela como “una amenaza a su seguridad nacional” - a pesar de que este país no tiene armas de destrucción masiva ni arsenales atómicos - como preludio a una invasión militar. Lo triste de todo es que en vez de alzar su voz de protesta por este atropello a una nación soberana, ese pobre infeliz vomita su odio contra la Revolución Bolivariana, criticando a la pareja presidencial peruana por no haber recibido a un grupo de familiares de golpistas venezolanos - que purgan condena por sus delitos - cuando no tenían porqué hacerlo. Que este mercenario de la política siga gritando y vociferando todo lo que quiera, que nadie le va a hacer el menor caso. Por lo visto su senilidad le esta pasando factura :)