sábado, 12 de septiembre de 2015

PERÚ: La “institucionalización” de la barbarie

Venga ya, por lo visto en este país de paletos, la gente esta soliviantada y es que debido a la inseguridad ciudadana que se percibe en sus calles cada vez mas peligrosas debido a la delincuencia - así como a la inacción de la policía en combatirlo - han decidido hacer justicia con sus propias manos y castigar a quienes logren atraparlos, colocándose con ello al margen de la Ley. En efecto, el ajusticiamiento popular dejó de ser exclusivo de las rondas campesinas del interior del país y ahora se trasladó a los barrios marginales de la capital, en donde los ladrones que son capturados infraganti son severamente castigados y golpeados, en algunos casos hasta la muerte. Sucede que una polémica decisión judicial que supuso a finales de agosto la liberación de 52 delincuentes ha provocado la aparición de una campaña en Facebook de justicia popular al margen de las autoridades del país. En efecto, 'Chapa tu choro' (un peruanismo que significa agarra al ladrón) es un movimiento social que tiene como objetivo el linchamiento público y espontáneo de delincuentes antes de que sean detenidos por la policía. En las redes sociales se han creado múltiples variaciones de grupos afiliados al movimiento, como 'Chapa tu choro y déjalo paralítico', 'Chapa tu choro y quémalo vivo', 'Chapa tu choro y déjalo parapléjico' entre otros, Todas las 'filiales' del movimiento se distinguen en los brutales métodos de castigo que proponen. Al respecto, el presidente del Poder Judicial, Víctor Ticona Postigo, ha criticado a quienes toman la justicia por su cuenta y solicitó que no cometan crímenes en respuesta a la inseguridad ciudadana: "En un Estado de derecho la llamada justicia popular está excluida jurídica y moralmente", declaró. El funcionario explicó que el traspaso de opciones jurídicas a manos de personas incompetentes debilita la institucionalidad del país. La impulsora de esta campaña, la fujimorista Cecilia García - quien con este acto de barbarie busca una curul en el 2016 - señaló por su parte que las personas “actúan en legítima defensa agarrando en las calles a los delincuentes de manera proporcional”. Mientras tanto, numerosos videos del grupo subidos en Facebook y YouTube evidencian que en muchos casos los 'voluntarios' actúan de manera inadecuada, quienes actúan con gran violencia propinándole golpes, patadas y latigazos, tratando de matarlos antes de la llegada de la policía, ya que saben que serán liberados al día siguiente debido al poco monto de su robo - que pueden ser carteras y celulares - y es que al salir en libertad, el ladrón castigado obviamente buscara venganza. Esa situación indigna a sus victimas, quienes no se sienten protegidos por la Ley y se ven obligados a tomar esta clase de medidas extremas. Si bien es cierto que tanto la policía como el Poder Judicial están profundamente desacreditados, eso no le da ningún derecho a los promotores de esa campaña a actuar por su cuenta, convirtiéndose en jueces y verdugos. Como bien escribió Raúl Tola en su columna de La República. “Hace siglos los humanos llegaron a un acuerdo. Para vivir en sociedad se crearon leyes y se entrego a un tercero la potestad de enjuiciar y castigar los crímenes. ¿Qué pasaría si por un momento suspendiéramos esta lógica - que resultó en el Estado de Derecho - y nos dejáramos llevar por nuestros instintos más básicos y primitivos, como proponen los simpatizantes fujimoristas de esa campaña de violencia generalizada? ¿Tendrían derecho a vengarse los familiares de una víctima inocente al que confundieron con un ladrón? ¿Podrían ahora secuestrar y matar a quienes participaron del linchamiento que lo mató? ¿Hasta dónde llegaría este encadenamiento de violencia y salvajismo? ¿No terminaríamos matándonos entre todos?” Y no le falta razón (A mi modo de ver, esa campaña esta mal enfocada y debería estar dirigida contra aquellos ladrones de saco y corbata que saquearon al país y se burlan de todos los peruanos, pretendiendo volver con sus votos a Palacio en el 2016, como aquella rata que ilustra nuestra nota y que ya debe de estar temblando con la captura en el Ecuador de su correligionario, el narcotraficante aprista Gerald Oropesa, quien de seguro tiene mucho que decir acerca de su estrecha relación con Alan García. A estos si hay que colgarlos ¿no os parece?) :)