Patético espectáculo que nos brinda Keiko Fujimori y los integrantes de la mafia homicida quienes de una forma por lo demás mezquina, se niegan a aceptar la realidad e insisten en no querer dialogar con el presidente electo Pedro Pablo Kuczynski, si es que antes no pide “perdón” (?) por los “agravios” expresados en campaña en contra de la hija de un despreciable genocida, condenado a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. Venga ya ¿Desde cuando decir la verdad es un delito? Si hablamos de ellos, los cometidos por Fujimori y esa banda delincuencial aliada del narcotráfico llenarían muchas páginas y juicios al por mayor para todos sus integrantes, sin excepción, así como poner a esa agrupación mafiosa al margen de la Ley y expulsarlos sin demora del Congreso. Los criminales no tienen ningún derecho a querer dárselas de victimas como si uno no conociera su oscuro pasado. ¿En que mundo creen que viven? Como sabéis, esos descerebrados insisten que el señor Kuczynski retire su opinión de que el fujimorismo y su candidata representaban una amenaza para la democracia, “para conversar con ellos”. Precisamente, esa actitud implica una negación de la democracia. Al respecto, diversos analistas políticos cuestionaron la exigencia fujimorista a Pedro Pablo Kuczynski de que pida perdón por haber recordado los actos de corrupción y crímenes que el régimen fujimorista cometió contra los derechos humanos en la década de 1990 y haber advertido que en esa agrupación que hoy se siente “ofendida” hay elementos comprometidos con ese régimen y otros investigados por vínculos con el narcotráfico y el lavado de activos. Sinesio López consideró que si de perdón se quiere hablar, quien tendría que pedirlo no es PPK sino Keiko Fujimori, por haber mantenido como secretario general de su partido a Joaquín Ramírez, investigado por el Ministerio Público por lavado de activos y, además, en la mira de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). “Los que tienen que pedir perdón al país son los fujimoristas porque no puede ser que estén estrechamente asociados con el narcotráfico. Hay un secretario general que es investigado en la DEA, que es investigado en el Poder Judicial, en la Fiscalía hace dos años; Keiko lo sabe y sin embargo trabajó con él, conociendo el caso y apañando sus delitos, por lo que en realidad ella es la que debe pedir perdón al país, no PPK quien no debe someterse a esa ridícula exigencia porque es una humillación. Eso sería permitir que se piense que una denuncia es una ofensa, la ofensa es de ella a todo el país y en todo caso las disculpas deben venir de ella” afirmó. Por su parte, el abogado Carlos Rivera, del Instituto de Defensa Legal (IDL), calificó como poco cívica y nada democrática la actitud del fujimorismo y criticó que pretenda someter la felicitación a PPK a un pedido de disculpas públicas y coincidió con López al señalar que quien debería pedir disculpas es la cabecilla de esa banda delincuencial por las serias denuncias de carácter delictivo que hubo contra el secretario general de su partido. ¿No constituía todo eso un claro ejemplo de que con su triunfo el Perú volvería a convertirse en un narcoestado como lo fue en la infame década de los noventa, en el cual Keiko Fujimori fungía de Primera Dama de la dictadura, mientras su madre era torturada brutalmente con descargas eléctricas en las mazmorras del SIN ? “No sé si les pasará con los días, pero me parece que es una actitud de soberbia política y tengo la impresión que eso ha ocurrido porque en el balance interno que hicieron es que ya han tenido la presidencia en sus manos y no consideraron la remontada de PPK en las últimas semanas. Se puede entender que el fujimorismo aún esté en fase de negación de la realidad por el gran dolor que les produjo una derrota inesperada, pero la manera como lo están exteriorizando los deja como los malos perdedores que son” aseveró. Exigir por ese motivo que se pidan disculpas por llamar dictadura a la régimen criminal que disolvió el Congreso y descabezó el Poder Judicial, saqueando las Arcas Públicas del Estado a mas no poder y asesinando a miles de inocentes mediante sus escuadrones de la muerte - so pretexto de “combatir” al terrorismo - refleja lo que sería un gobierno de Keiko Fujimori: un régimen donde el robo sistemático a las Arcas del Estado, la corrupción generalizada a todo nivel y la impunidad para sus crímenes volverían a hacer de las suyas. Es por ese motivo que con la mafia no se negocia y por el contrario, hay que seguir combatiéndolos sin descanso ni pausa alguna. Si quieren guerra la van a tener y volverán a perder :)