sábado, 23 de junio de 2018

CUANDO EL BARCO SE HUNDE: Las ratas son las primeras en escapar

Hace un par de semanas nos referimos a la patética situación que se vive al interior de este gobierno con fecha de caducidad, dirigido por un improvisado como Martin Vizcarra que no sabe adonde va y cuya única meta es mantenerse en Palacio el mayor tiempo posible que pueda, esperando llegar hasta el 2021, pero para su decepción nadie quiere acompañarlo en esta sinuosa travesía ya que todo el mundo - menos el, obviamente - esta consciente que no lograra terminar su mandato. Solo y abandonado a su suerte, muchos buitres esperan ese momento para hacerse con los despojos y ‘ganarse algo’ en el caos que sobrevendría. Precisamente por estos días, han salido en diferentes medios una serie de declaraciones de aquellas ratas que están abandonando un barco que se va a pique irremediablemente, tratando desesperadamente de distanciarse de ese apestado de la política, a quien ahora no dudan en cuestionarlo abiertamente no solo por no haber renunciado a su cargo de vicepresidente tras a forzada renuncia del conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski (envuelto en sonados casos de corrupción al quedar al descubierto sus profundas conexiones con Odebrecht), sino que haya nombrado como Primer Ministro al que coordino con la oposición para provocar la ignominiosa caída de quien acompaño en su plancha presidencial y con la cual gano las elecciones del 2016. No es de extrañar por ello que varios de esos oportunistas y vividores de la peor especie - Carlos Bruce, Guido Lombardi, Juan Sheput y Mercedes Aráoz por citar solo algunos - no dudan en clavarle el puñal por la espalda al gobierno del cual nominalmente aun forman parte, queriendo dársela de ‘moralistas’ cuando todos conocemos su negro pasado de traición a los múltiples remedos de partidos y movimientos a los cuales pertenecieron y que abandonaron presurosos para subirse al coche de quien gano las elecciones. Ahora estos tránsfugas, fieles a su retorcido ‘estilo’ están buscando con sus ojos codiciosos a quien aparece en los primeros lugares de las encuestas para ‘integrarse’ en sus filas. El pretexto esgrimido para dar un paso al costado es que afirman que han sido ‘marginados’ por el Ejecutivo y no los toman en cuenta para nada: “En realidad, al Gobierno no le importa tener a la bancada de Peruanos Por el Kambio como oficialista”, manifestó al respecto el (la) congresista Carlos Bruce, al comentar que ni Martín Vizcarra y ni su Primer Ministro César Villanueva tienen la más mínima intención de coordinar con la bancada oficialista. “No nos reunimos hace un mes con nadie del Ejecutivo. Para el caso de la Ley de Medios no hubo debate”, anotó toda alborotada, tras afirmar que incluso en Palacio “coordinan directamente con el fujimorismo. A ellos apoyan, con ellos discute y coordina. Parece ser que la tesis de una negociación para que Vizcarra llegase al gobierno sacando a Kuczynski paso por una alianza entre el fujimorismo y Villanueva”, agregó. Similar posición es la Juan Sheput, quien dijo que el problema de fondo no es que “sean oficialistas o de oposición”, sino que hasta el momento en Palacio no han definido de qué lado están. “Por ello Villanueva no puede salir a enfrentar al fujimorismo en nada, porque le debe su poder al ellos”, subrayó. Sheput agregó que aunque no han tomado una posición colectiva respecto a su relación con el Ejecutivo, admitió que “hay es una manifestación de malestares personales” que los obligará a tomar una postura colegiada como bancada. Y el desenlace final parece tener ya un destino inexorable, porque Vizcarra, desde el inicio, marcó distancia con Kuczynski, y este tampoco respaldó a su ‘vice’ cuando asumió la Presidencia. En este grupo de descontentos se cuenta también al congresista Guido Lombardi, quien le da la estocada final a la relación con Palacio, al señalar en una entrevista que la bancada de PpK “ya no es más de gobierno”: “Más de un congresista ha hecho llamadas de carácter oficial y formal a la Presidencia del Consejo de Ministros y no ha habido ni siquiera la cortesía de responderlas. Aparentemente, el Gobierno siente que no necesita contar con la bancada de Peruanos por el Kambio, y es una decisión de ellos, no nuestra” asevero. Quien no podía quedarse atrás en estas interesadas críticas es una despechada como Mercedes Aráoz (mas conocida como ‘Miss Bagua’ por su responsabilidad en una masacre ocurrida en el 2009 cuando era ministra de Alan García, un crimen de Lesa Humanidad que no ha prescrito) quien señaló que existe un distanciamiento y falta de comunicación con el Ejecutivo, principalmente porque el titular de la PCM tiene más relación con el fujimorismo que con la bancada oficialista. “En el Congreso hemos visto que Fuerza Popular coordina mucho más con el Premier, en particular, y (con) varios de los miembros del gabinete. Eso es un problema, porque nosotros sí representamos el grupo con el que salió elegido el presidente (Martín) Vizcarra”, sostuvo. “Aparentemente, no confía y cree que no necesita trabajar con nosotros. Ese es un error, porque somos su bancada y el partido que ha llevado a la plancha presidencial - hoy representada por Vizcarra - al poder”, manifestó quien es su vicepresidenta, la cual por cierto ambicionaba el cargo que seria suyo si Vizcarra hubiese renunciado a suceder a Kuczynski, tal como se lo insistieron enfáticamente por esos días, pero como el otro no dio su brazo a torcer, de allí el resentimiento que le tiene. No es precisamente la unidad lo que ha caracterizado la relación entre la bancada oficialista y el Ejecutivo desde el cambio de mando en el 2016. Ya desde el primer Gabinete, liderado por el impresentable operador de psicosociales Fernando Zavala (mas conocido como el Vladimiro de Palacio) se escuchaban críticas sobre la falta de coordinación entre el Ejecutivo y su insignificante grupo parlamentario. En los últimos días, sin embargo, el quiebre ha sido más que evidente. Si bien es cierto las pocas curules de PpK - que comenzó con 18 congresistas y ahora cuenta con 14 - hicieron desde el inicio saber que el apoyo en el Legislativo sería reducido, no tener siquiera un grupo parlamentario pequeño deja al precario inquilino de Palacio sin una representación que defienda y negocie sus propuestas y proyectos en el Congreso. Como sabéis, un gobierno sin fuerza propia termina por diluirse antes de lo que uno se imagina y a este que nominalmente aún le quedan tres años, va a ser muy difícil que los cumpla. Tal vez sea lo mejor para todos :)