sábado, 12 de enero de 2019

EL COLAPSO DE LA MAFIA: Entre las ruinas del fujimorismo

Tanto la caída del cuestionado Fiscal de la Nación Pedro Chávarry, como el rechazo a la excarcelación de Keiko Fujimori -cabecilla de aquella banda criminal que aun controla el Congreso - confirman el hundimiento total de una opción política autoritaria que en medio de grandes escándalos de corrupción, termino enterrada en su propio lodazal. Era evidente en el caso del primero como vil escudero de la mafia, tal como se advirtió en distintos espacios, que destituir a los fiscales del Caso Odebrecht (que llevo a la cárcel a Keiko Fujimori y colocado una soga al cuello de Alan García) simplemente iba a acelerar el final de Chávarry porque catalizaría los esfuerzos para sacarlo del Ministerio Público, debido a que como integrante de la misma organización criminal, intentó proteger a como de lugar a los anteriormente citados, y por lo cual debe ser ahora acusado y procesado. Chávarry ya había perdido el respaldo ciudadano incluso antes de perpetrar la infame remoción de los fiscales, pero la jugada realizada en concordancia con las mafia criminal aprofujimorista que lo alentaba incesantemente para realizar ese paso, acabo por cometer un suicidio político que le impedirá seguir ejerciendo el cargo en representación exclusiva de los intereses de sus ‘protegidos’. Antes que un error, sin embargo, lo del 31 de diciembre fue una medida desesperada ordenada por Alan García, quien está aterrado por la información que vendrá en breve desde Brasil sobre sobornos pagados a políticos peruanos. La respuesta a ello fue contundente. Por un lado, una rápida reacción del precario inquilino de Palacio Martín Vizcarra (el mismo del affaire Kuntur Wasi e integrante de ‘Los Cuellos Blancos de Choquehuanca’, no hay que olvidarse de ello ni por un minuto) al plantear al desprestigiado Parlamento una situación de emergencia y reestructuración del Ministerio Público que incluía la salida de Chávarry, con la posibilidad de una cuestión de confianza si era rechazada, lo que implicaría su disolución. Por el otro, la movilización ciudadana que se manifestaron en las calles en rechazo a las sucias maniobras del aprofujimorismo, constituyó un KO institucional al manejo mafioso en el Ministerio Público. Asediado por todos lados y con la hipócrita posición tomada interesadamente por la mafia (que a su vez lo blinda en el Congreso) de dar “un paso al costado” a Chávarry no le quedo mas que retroceder en su intentona, quedando sumamente debilitado por lo que su salida del cargo - al cual se atenazaba como una garrapata - era cuestión de días, tal como efectivamente ocurrió luego. La inevitable caída de este impresentable peón de intereses oscuros, es también el de la banda homicida al cual servía fielmente, cuya descomposición es irreversible. En relación a Keiko Fujimori - la hija de un despreciable genocida condenado en un proceso ejemplar a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad - esta se creía intocable ya que se sabia protegida por jueces y fiscales que evitaban que este tiparraca respondiera por sus múltiples delitos ante la justicia … pero eso se acabo. Esposada como cualquier delincuente de su calaña y acusada de liderar una organización criminal dedicada al lavado de activos para su campaña electoral, fue sentenciada a 36 meses de prisión preventiva, hoy se encuentra recluida en el penal de Chorrillos en espera de su juicio que se iniciará este año, por lo cual terminara largos años tras las rejas. No cabe duda que su arrogancia la perdió. Venga ya, de seguro hace un año atrás jamás se le cruzo por la cabeza que hoy terminaría en la cárcel. En efecto, en ese tiempo se creía la persona más poderosa del país. Aunque había perdido la presidencia a manos de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), su amplio triunfo en la primera vuelta de las elecciones generales del 2016 le había conferido el control del Congreso, con una mayoría de 73 parlamentarios sobre 130. Esto le dio una fuerza descomunal que empleó para desestabilizar al gobierno, llegando a producir la caída del lobbysta, tras conocerse su implicación en el escándalo Odebrecht. La ofensiva total lanzada contra el gobierno estuvo motivada por su gran frustración en la derrota, mezclada con unos rumores sobre un fraude electoral que según ella le había “arrebatado” el triunfo que daba por seguro. Si bien nunca ha mostrado pruebas que corroboren sus palabras, sigue firmemente convencida de aquello. De ahí el odio y la envidia que ella y su banda delincuencial llamada Fuerza Popular (FP) han destilado reiteradamente con su papel obstruccionista en el Congreso haciendo valer su mayoría en complicidad con el APRA. Pero ese poder del que hacia gala de una manera grosera, prepotente y vulgar no iba a durar mucho ya que la renuncia de Kuczynski paradójicamente significo el principio del fin del fujimorismo que termino dividido, con la expulsión de su hermano menor Kenji y un grupo de tránsfugas que pasaron a apoyar a Kuczynski a cambio del otorgamiento de un ilegal indulto “humanitario” al monstruo de su padre. Desde entonces la sangría continua imparable y tras la ren corruptos>. Aun así,seguirán en lo suyo.Pero la cereza del pastel que termino por hundir a Keiko, fue la revelación que Odebrecht financio con dinero sucio su campaña electoral, por el cual se decreto su captura inmediata e internamiento en prisión. La tesis era que Fujimori se había servido del partido para disfrazar una donación de la "Caja B" de Odebrecht, disponiendo que el dinero entrara a la campaña en pequeñas cantidades, gracias a aportantes y eventos públicos falsos. Durante las audiencias para definir el pedido de prisión preventiva, el fiscal presentó las confesiones de la cúpula de Odebrecht y varios testimonios protegidos. Uno de estos provino de un miembro de la élite fujimorista, que había tomado parte en la operación de encubrimiento de fondos. De su teléfono se extrajo un chat donde Keiko aparecía coordinándose con sus asesores y congresistas más leales para atacar al fiscal que la investigaba. Tomando todas estas pruebas en cuenta, el juez Concepción Carhuancho dictó su prisión preventiva por 36 meses. No nos engañemos. La entrada en la cárcel de Keiko como la renuncia de Chávarry no significan que esta banda homicida aún derrotada,dejará de seguir amenazando a la democracia, ya que como gato panza arriba intentara hasta el ultimo momento arrastrar al Perú junto a el. Tienen aun al Congreso - y la prensa basura adicta a ellos - como caja de resonancia de sus viles acciones por lo que hay que tomar enérgicas medidas para neutralizarlos. La bestia aun respira y solo falta darle el tiro de gracia con la disolución inmediata del Parlamento y la ilegalización del fujimorismo de manera definitiva al tratarse de una organización criminal,decretando como apología al delito quien defienda su legado de odio,con cárcel efectiva para quien se atreva a realizarlo ¿A que esta esperando Vizcarra para hacerlo? :(