martes, 17 de marzo de 2020

TOQUE DE QUEDA EN EL PERÚ: Una historia para el olvido

Como sabéis, durante el estado de emergencia por 15 días decretado por Martín Vizcarra para intentar frenar el avance del Coronavirus en el Perú, se anunció a mediados de semana una nueva medida mucho mas restrictiva, como es el toque de queda, que a muchos peruanos les ha traído oscuros recuerdos de épocas que creían ya superadas. Ante todo, conviene saber ¿qué es un toque de queda? es una medida que un gobierno establece en situaciones excepcionales. Implica la prohibición total del derecho de libre circulación en las calles en un horario determinado, generalmente en horas nocturnas. Su cumplimiento es reforzado por instituciones policiales y de fuerzas armadas. ¿Qué pasa si uno sale en toque de queda? es una medida que un gobierno establece en situaciones excepcionales. Implica la prohibición total del derecho de libre circulación en las calles en un horario determinado, generalmente en horas nocturnas. Su cumplimiento es reforzado por instituciones policiales y de fuerzas armadas. Durante un toque de queda está terminantemente prohibido salir a la calle “de toque a toque”, es decir, dentro del horario establecido por la medida. Por lo tanto, los ciudadanos no podrán hacer compras, ir al hospital o a su centro de labores hasta que el toque acabe. El incumplimiento de esta orden podría llevar a una detención, años de cárcel o incluso un disparo. Según cuentan quienes lo vivieron en carne propia, la primera vez que los peruanos experimentaron un toque de queda fue en 1975, cuando gobernaba el país el general Juan Velasco Alvarado cuyo gobierno se debatía en una grave crisis producto de su política económica socialista implantada tras el golpe militar de 1968. El autoproclamado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas fue incapaz de hacer frente a aquella situación, agravada por el delicado estado de salud de Velasco. Aquella época una protesta policial hizo estallar el conflicto que a la larga provoco la caída del régimen. Miles de policías acataron un paro y dejaron a Lima sin resguardo, lo que desembocó en una serie de saqueos e incendios de locales emblemáticos como el Centro Cívico de Lima, así como la sede del diario Correo - ambos ubicados en la céntrica avenida Garcilaso de la Vega - que dejaron como saldo decenas de heridos. Sucede que el 5 de febrero de ese año, la Guardia Civil de entonces se había declarado en huelga y cientos de efectivos se atrincheraron en el cuartel de Radio Patrulla de La Victoria. El Ejército envió tropas hacia el local policial para tomar sus instalaciones, y mientras detenían a los agentes rebeldes, la ciudad se vandalizaba. Saqueos en el Centro de Lima se registraron durante la mañana y tarde, y las personas cargaban con lo que podían, entre alimentos, ropa y artefactos. Como respuesta, el Ejército envió tanques y vehículos blindados a patrullar, intentando frenar los saqueos, sin resultado alguno Por ello, mas tarde ese mismo día, se decretó un toque de queda en Lima y Callao. El resultado de esta crisis social fue 86 personas fallecidas, 162 heridos y más de cien locales saqueados; El segundo toque de queda se realizo en 1976, durante la dictadura del felón Francisco Morales Bermúdez, quien en contubernio con la CIA, había depuesto a Velasco. Resulta que a mediados de ese año se produjo una fuerte devaluación monetaria que origino grandes protestas y obligó a suspender las garantías constitucionales, imponiéndose nuevamente el toque de queda. Así, durante varios meses, los habitantes de Lima debían recogerse a sus domicilios antes de las 12 de la noche. Cabe recordar que por ese tiempo, un paro nacional ocurrió el 19 de Julio de 1977, impulsado por la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP) de orientación comunista, que reclamó un aumento general de sueldos y salarios, de acuerdo con el alza del costo de vida. Lima quedó paralizada durante 24 horas, de un modo nunca antes visto. Luego vinieron diversas movilizaciones nacionales y una sangrienta represión; El tercer toque de queda ocurrió el 9 de febrero de 1986 bajo el mandato de Alan García, cuando se decretó el estado de emergencia en Lima y Callao para hacer frente a Sendero Luminoso. Por la noche se estableció un toque de queda nocturno que iniciaba a la medianoche y culminaba a las 6 de la mañana del día siguiente. A su turno, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas hizo público un comunicado informando que el Ejército se había hecho cargo del control del orden público en las ciudades de Lima y Callao, suspendiendo las libertades de tránsito y reunión, y la inviolabilidad del domicilio. El estado de emergencia fue decidido luego de una serie de explosiones de bombas simultáneas en las madrugadas de los días 20, 22 y 24 de enero y 3 de febrero. Las bombas afectaron a entidades bancarias, locales del partido gobernante (APRA) y restaurantes. Una de las bombas detonó a sólo 100 metros del Palacio de Gobierno. La medida se prolongó hasta el 28 de julio de 1987, convirtiéndose en el toque de queda más largo de la historia del Perú. Conviene recordar que desde 1983, el terrorismo mantenía en constante estado de emergencia a ciudades del sur del Perú como Ayacucho, Apurímac y Huancavelica; El cuarto toque de queda sucedió el 5 de abril de 1992, cuando Kenyo Fujimori - quien había llegado al poder en unas cuestionadas elecciones en 1990 - dio un autogolpe de Estado instaurando una sangrienta dictadura con el pretexto de combatir al terrorismo, decretando la disolución del Parlamento y asumiendo todos los poderes. La medida implicaba un toque de queda en todo el país y la persecución y detención de los políticos y figuras que estaban en contra del régimen. La historia de oprobio y horror que siguió a continuación - como el saqueo generalizado de las Arcas Públicas por Fujimori y sus secuaces, una corrupción campante en la administración publica nunca antes vista, viles negociados con grave perjuicio de los intereses nacionales, así como el asesinato masivo de decenas de miles de peruanos a manos de comandos paramilitares y las “fuerzas del orden” - llego a su fin con su cobarde fuga del país en el año 2000, su posterior captura y condena a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. De seguro la asociación del toque de queda con dichos regimenes, ha motivado a Vizcarra a que no se le denomine así ahora que lo ha vuelto a implantar luego de varios años, pero de que es un toque de queda, lo es. ¿No os parece? :)