sábado, 27 de junio de 2020

HUGO BLANCO: Terrorista convicto y confeso

Venga ya, pareciera que el país andino - que padece una etapa difícil debido al avance del Coronavirus, el cual gracias a la incompetencia y la improvisación mostrada por el vizcarrismo va dejando a su paso miles de muertos - pareciera experimentar un eterno déjà vu ya que tras haber sufrido años de violencia extrema tanto por parte del terrorismo mesiánico de Sendero Luminoso y el MRTA, como del terrorismo de Estado patrocinado por el fujimorismo, no ha aprendido nada de su sangriento pasado y vuelve por la misma senda de muerte y destrucción, ensalzando a asesinos de policías, financiando, premiando y promoviendo documentales nada menos que a través del Ministerio de ‘Cultura’, que no es otra cosa que una clara apología al terrorismo. Como consta en documentos oficiales, el 14 de noviembre de 1962 una banda terrorista emboscó a un grupo de policías, entre ellos a un guardia civil, a quien dieron un balazo en el hombro, y otro en el tórax. “El guardia Briceño, tirado en el suelo y con el cuerpo ensangrentado, impotente para hacer nada, dio un último grito, en la misma cara del asesino: ‘Eres un maldito comunista. Algún día pagarás este crimen’.Pero no tuvo tiempo de decir más, una barreta de fierro le perforó el cráneo. Terrible final para un agente que solo cumplía con su deber. El cuadro era desgarrador: Su asesino se quedó sosteniendo la barreta ensangrentada con la sonrisa del sádico que goza con el dolor y la muerte” (extracto del libro “Las guerrillas del Perú y su represión” publicado en 1966) ¿A quien nos estamos refiriendo? Nada menos que a Hugo Blanco, quien presentándose como “un líder agrario” asalto la comisaría de Pucyura, ubicada en la provincia de La Convención (Cuzco) asesinando a sangre fría a un policía, una de sus muchas victimas durante sus andanzas como cabecilla terrorista por aquellos años. Condenado a muerte por ese atroz crimen, su sentencia fue conmutada por Belaúnde Terry tras una intensa campaña mediática internacional que abogo por la vida de ese criminal y se le impuso 25 años de prisión, pero tras el golpe de Estado por parte de Velasco Alvarado en 1968, fue deportado del país al igual que muchos de sus cómplices que se hacían llamar “guerrilleros”. Se volvió mediático - vestía poncho, sombrero y calzaba ojotas como los campesinos - el cual tras retornar al Perú (1980) por su elección como diputado y senador, fue investido como el “combatiente” que nunca fue. Siempre fue un asesino y por este motivo, no puede ser ejemplo de nada. Hay quienes pueden preguntarse - y con razón - que ello ocurrió hace muchísimos años, entonces ¿porque revivirlo ahora? Sucede que el (des)gobierno vizcarrista integrado por parásitos comunistas que llegaron al poder sin haber sido elegidos por nadie, buscando ‘homenajear’ a uno de los suyos por quien guardan gran admiración, no encontraron mejor manera que ensalzar su obra desquiciada y sus ideas retorcidas financiando con dinero del Estado un vomitivo documental propagandístico titulado “Hugo Blanco / Río Profundo”, acerca de ese despreciable sujeto que hoy goza de la mas completa impunidad, cuando debería estar recluido de por vida en una cárcel junto a Kenyo Fujimori, Abimael Guzmán y Víctor Polay. Cabe recordar que Hugo Blanco fue parte de un movimiento subversivo en la década de los 60 que, so pretexto de lograr ‘justicia social’ para las masas campesinas maltratadas en el Cuzco, tomó las armas y con la ayuda de elementos criminales llegados ex profeso desde Cuba, pasó su accionar de una práctica política a una abiertamente delincuencial. A pesar de este negro pasado, el vizcarrismo no dudo ni un segundo en financiar el citado documental y declararla ganadora del ‘Concurso Nacional de Proyectos de Distribución de Largometraje 2019’ a pesar de no tener ningún merito artístico ni veracidad alguna, donde por lo demás, no se dice absolutamente nada acerca de sus execrables crímenes cometidos tanto por el sujeto en cuestión como por la banda de asesinos que el dirigía. “Estamos de acuerdo con todos los que se reclaman leninistas en que la violencia revolucionaria tiene que ser producto del movimiento de masas (…) No debemos condenar a Sendero Luminoso que es un sector revolucionario (…) Creemos que la lucha armada es el único camino para que el pueblo tome el poder (…) ¿Están dadas las condiciones para la lucha ahora? (…) Creemos que sí. Y creemos que en algunos lugares donde sea posible y necesaria, esta autodefensa armada debe impulsarse. Existen condiciones. La única condición ausente es que falta una dirección apropiada (…) Tarea importante es, como he señalado, coordinar la lucha contra la represión.” Se trata de una abierta ‘justificación’ al terrorismo que ensangrentó al país escrita por Hugo Blanco, reproducido en esta ocasión como para que no quepa duda alguna acerca de su pensamiento homicida. Según el Tribunal Constitucional, “aunque la libertad de expresión no debe considerarse un derecho limitado” es necesario interpretar posibles restricciones para considerar que el comportamiento sea merecedor de pena. Una interpretación es que la exaltación se refiera a un acto terrorista o a quien haya cometido el delito. Entonces, ¿cómo Vizcarra premia a este terrorista, financiando y difundiendo en las escuelas publicas ese aberrante documental que, obviamente, además lo encumbra? Lo peor de todo es que además busca trasladar peligrosamente a niños y jóvenes una imagen bucólica de quien manifiesta “que la lucha armada es la única vía para que el pueblo tome el poder” tratando con ello de lavarles el cerebro buscando implantar el marxismo que solo ha traído hambre y miseria en los países donde pudo imponerse. ¿Esa es la meta del vizcarrismo? ¿Implantar una dictadura comunista en el Perú sin haber sido electos por el voto democrático? No sorprende por ello el gran rechazo que ha generado esa burda maniobra del régimen golpista que gasto alegremente S/ 119,322 para financiar dicho documental. Así por ejemplo, en un comunicado los Almirantes y Generales de las Fuerzas Armadas, Fuerza Aérea, Marina de Guerra y Ejército peruano, han condenado esta campaña desinformativa y de claro tinte político financiada por el Estado: “Rechazamos tajantemente la posibilidad que el citado material sea difundido con apoyo de gestión estatal, especialmente en los ámbitos educativos, confundiendo a la juventud y niñez sobre nuestra historia y las duras lecciones que nos dejaron pérdidas de vidas, retraso en el desarrollo y extrema violencia terrorista”, dice el comunicado. Además, afirman que el rechazo se debe a que el personaje en cuestión participó en actos delictivos y asesinatos de los miembros de la por entonces Guardia Civil (hoy, Policía Nacional del Perú) y sobre todo en actos terroristas y de subversión. “Ajenos al sentimiento de los peruanos que han sufrido décadas de violencia y terror, revertidas con mucho sacrificio de toda la sociedad, en particular de nuestras Fuerzas Armadas y Policiales”, consideran con indignación. Finalizan el documento diciendo que este material podría confundir a la población joven y a los niños sobre lo que verdaderamente sucedió en la historia peruana y piden a las autoridades rectificarse. “Instamos a las autoridades nacionales y en particular del Ministerio de Cultura, a rectificar su soporte al citado material y evitar la notoria intención de manipular la historia con ese tipo de acciones” Por su parte, la Asociación de Oficiales Generales de la Policía Nacional del Perú (Adogen PNP), también sacó un documento donde, de igual manera, rechazan el documental. “Expresamos nuestra indignación y rechazo por la difusión de esta película, acerca de un execrable personaje que con extrema violencia y transgrediendo los derechos humanos de innumerables personas, fue causante del sufrimiento de muchos peruanos, violando las leyes y la Constitución de la República, escribiendo páginas de dolor en la historia de nuestra patria” dice el comunicado. Los militares retirados también se pronunciaron en redes sociales donde comentan su “Total indignación y rechazo al documental auspiciado por el Ministerio de Cultura donde resaltan la figura del autoproclamado guerrillero Hugo Blanco, abyecto individuo que asesinó y torturó a los integrantes de la hoy PNP y a muchos peruanos. Este documental atenta contra la dignidad y el respeto de millones de ciudadanos y personifica a hombres que traicionaron al Perú al estar al servicio de intereses extranjeros, buscando implantar ideologías aberrantes que solo ha traído dolor a millones de ciudadanos” escriben. Por cierto, ante esta grave afrenta que hace el ministro de Cultura a los policías que fueron vilmente asesinados por ese miserable y sus secuaces, los ministros del Interior, Gastón Rodríguez y el de Defensa, Walter Martos, deberían renunciar como una forma de protesta, pero lamentablemente hasta el momento no dicen una sola palabra ¿Por qué guardan un silencio cómplice y no se pronuncian al respecto? ¿Dónde está el Comando Conjunto? ¿Existen los comandantes generales? ¿Porque permiten que Vizcarra y sus secuaces sigan haciendo de las suyas y aprovechen el caos originado por la destrucción de la economía, para cumplir el sueño de Hugo Blanco de implantar el comunismo en el Perú? ¿A que están esperando para intervenir y acabar con esta pesadilla? (Una muestra más de sus reales intenciones - previa campaña mediática durante los últimos días en la prensa oficialista satanizando a las clínicas privadas - fue su amenaza de expropiación ante el excesivo cobro que realizan a pacientes con Covid-19, recordando épocas pasadas que se creían ya superadas. Por lo visto, este vil sujeto busca un pretexto para tratar de imponer a como de lugar su agenda comunista para quedarse mas allá del 2021 ¿Se esta repitiendo la historia?) :(