sábado, 5 de septiembre de 2020
PERÚ: La estrategia del fracaso
El impacto del Coronavirus en el Perú es innegable: 7 millones de contagiados, mas de 71 mil fallecidos, hospitales colapsados y una economía destruida, son el resultado de las improvisadas medidas tomadas por el régimen golpista de Martín Vizcarra, reportó esta semana Bloomberg, la acreditada compañía estadounidense de asesoría financiera, con base en un informe del propio Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), demostrando meridianamente el fracaso del vizcarrismo en toda su magnitud. “La economía del Perú ha colapsado a un ritmo récord en el segundo bimestre del año conforme la pandemia clausuraba negocios y ponía fuera de trabajo a casi la mitad de la población urbana. El producto bruto doméstico sucumbió 30.2% comparado al año anterior, el mayor desplome de cualquier economía en el mundo. Esto sobreviene a una caída del 3.5% en el primer cuarto del año, situando a su economía oficialmente en recesión, convirtiendo al Perú en una de las naciones que el Banco Mundial espera se encuentre este año entre las más afectadas del planeta”, escribió Bloomberg en su reciente informe global. “Una de las cuarentenas mas estrictas de la región llevó a gran parte de su economía a un virtual estancamiento a mediados de marzo. Si bien algunas industrias como la minería y la pesca intentaron recuperarse luego de que el gobierno alivió las restricciones en mayo, los sectores de servicios y minoristas están rezagados y muchas de las pequeñas empresas que conforman la columna vertebral de la economía se han ido a la quiebra” añade. “No es tan fácil que la actividad económica regrese cuando ha tenido una caída tan brutal”, afirma Miguel Jaramillo, investigador de Grade, un grupo de expertos con sede en Lima, antes de la publicación del demoledor informe. “Muchas empresas han quebrado y ello seguirá ocurriendo. Es ingenuo pensar que hemos tocado fondo como intentan hacernos creer desde el oficialismo. El desastre recién ha comenzado” aseveró. “De otro lado, la industria hotelera ha sido la más afectada por la pandemia, al contraerse casi un 90% en comparación con el mismo trimestre del año pasado, mientras que la construcción se desplomó un 67%. A su vez, el comercio minorista cayó un 45% y la minería un 37%. La cantidad de personas en empleo activo se redujo en casi un 40% con respecto al año anterior y en un 50% en pueblos y ciudades del interior del país” agregó Bloomberg. Por si ello no fuera suficiente, añadió que el Perú tiene uno de los más altos índices de mortalidad por el virus, convirtiéndose en uno de los epicentros de la pandemia a nivel global y ocupando el primer lugar en el mundo con el mayor número de muertos alcanzados por millón de habitantes. Otro “logro” de Vizcarra, sin duda alguna. Consciente de su caída en las encuestas - que es lo único que realmente le importa, pensando en su ilegal reelección a pesar de estar inhabilitado para ello - ha decidido lanzar una multimillonaria campaña publicitaria a través de aquella prensa prostituida y servil a sus intereses, malversando cientos de millones de soles para salvar de la quiebra a esas empresas que les son útiles tanto para sus ‘cortinas de humo’ como para sus virulentas y vomitivas campañas mediáticas dedicadas a desacreditar a sus opositores. Para ellos si que hay dinero, a manos llenas. Pero si se trata de comprar medicinas y equipar hospitales públicos con respiradores, balones de oxígeno, camas UCI, medicinas, mascarillas, uniformes, etc., o pagar sus millonarias deudas que tiene con la ONP, si que no hay plata. Prefieren ver a la gente morir en las puertas de los hospitales clamando a viva voz por un balón de oxigeno o largas filas de ancianos obligados a hacer colas bajo el frío y la lluvia desde horas de la madrugada, para llegar a alguna ventanilla del Banco de la Nación donde les repetirán la consabida frase “no hay fondos, vuelva usted mañana” de la víspera, cuando intentan cobrar sus ridículas pensiones que no le alcanzan para nada ¿Se puede ser tan miserable? Tratándose de Vizcarra, por supuesto. Dicha campaña propagandística - infame por donde se le mire y de pésima calidad por cierto - titulada “El Covid no mata solo”, lo hace en medio de la miseria generalizada en la que se encuentra el país debido a su incapacidad manifiesta, tratando de ‘compensarlos’ con bonos populistas y canastas de alimentos que no llegan a quienes realmente los necesitan. Como tampoco resulta aceptable la bajeza de Vizcarra de humillar a los peruanos en dicha campaña, advirtiéndoles: “Si te reúnes en casa de familiares, pregúntales cómo les gustaría que sea su funeral”; o esa otra canallada: “Si vas a visitar a tus abuelos, pregúntales dónde quieren que pongas sus cenizas” ¿Qué clase de mente enferma está detrás de todo ello? Hay que ser un pobre diablo y un infeliz para burlarse de quienes han perdido un ser querido, responsabilizándolos enteramente de la tragedia, cuando la culpabilidad es enteramente suya al no poder ser capaz de hacer frente a la pandemia. Por más avisos que haya - enriqueciendo con ello a los propietarios de los grandes medios de comunicación - para que obedezcan sus órdenes, nadie le hará caso y con mayor razón cuando de una manera soez, hiere los sentimientos de la ciudadanía. Son 250 millones de soles perdidos en una publicidad inservible. Esperamos eso si que a la brevedad posible se frene esta afrenta al pueblo peruano, basta ya de tanta perfidia, ya es bastante con tolerar la incompetencia y la corrupción con la que se maneja este (des)gobierno para además permitir esta burla al dolor de los peruanos. Entretanto, las finanzas atraviesan una crisis sin precedentes; la clase media ha pasado al estrato de pobreza; y los pobres a la condición de extrema miseria. De por sí, una bofetada a esta sociedad muy enfadada. Pero existen otras razones que indignan más al ciudadano. En plena crisis sanitaria y económica, Vizcarra designo como embajador ante la OEA al impresentable ex premier Vicente Zeballos, como si ese vil sujeto tuviera algún merito para ello, cuando su lugar es la cárcel. Un dispendio que costará al país US$ 12,000 mensuales, fuera de los fondos necesarios para alquilar alguna gran mansión en Washington DC, y “gastos de representación” que, por lo general, acabarán siendo parte de su grosero e indebido ingreso fijo. Otra indecencia vizcarrista, que explica su desprecio por los peruanos - que ni tienen que comer - y sus ganas de premiar con corruptelas a sus mediocres amiguetes, aquellos parásitos comunistas que harán hasta lo imposible por no dejar el poder en el 2021. A estar atentos con los movimientos reptilescos de esta peste :(