sábado, 14 de noviembre de 2020

PERÚ: El triunfo de la Democracia

Venga ya, existen muchos motivos para estar contento, y que el Congreso estuvo por primera vez a la altura de las circunstancias y saco del cargo al golpista Martín Vizcarra, quien fue vacado por incapacidad moral y ahora deberá enfrentar a la justicia por sus múltiples delitos que no lo salvaran de terminar en la cárcel. Se dice que ese vil sujeto al enterarse del resultado de la votación, intento perpetrar otro golpe de Estado esa misma noche, pero no contó con que las FF.AA. no quisieron prestarse al juego en esta ocasión y se quedo prácticamente solo. Al saberse perdido, únicamente le quedo escenificar un patético espectáculo en el patio de Palacio de Gobierno, donde rodeado por algunos incondicionales que no tardaron en huir, no le quedo mas que aceptar los hechos consumados y abandonar raudamente la sede del Ejecutivo. Ahora que la democracia retornó al Perú, tras haber sido secuestrada por una mafia no elegida por nadie, toca al flamante Presidente Constitucional Manuel Merino y a su Primer Ministro Antero Flores-Aráoz rescatarla del desastre en la que el vizcarrismo la dejo. Por cierto, es absolutamente repudiable como la prensa prostituida y servil al régimen caído - desesperados porque se les acabo la ‘mamadera’ del Estado para sobrevivir porque están prácticamente quebrados - intentaron manipular a la opinión pública entrevistando únicamente a ‘las viudas de Vizcarra’ (quienes también se quedaron sin su ‘mermelada’ y que ahora no saben como van a financiar su campaña) los cuales se dedicaron a pintar un cuadro apocalíptico del Perú. A su vez, esos mismos medios a través de sus pseudoperiodistas de alquiler - que igualmente se quedaron “sin la suya” - azuzaron a través de la televisión para que la gente salga a la calle a protestar “contra el golpe” (?) sin importarles en lo mas mínimo el riesgo que ello conlleva debido a la pandemia del Coronavirus. Claro, sus sucios intereses están en juego ya que no podrán seguir recibiendo los millones que el vizcarrismo le entregaba alegremente para sus virulentas campañas mediáticas contra el Congreso y la oposición. Pero para su mala suerte, solo respondieron a su llamado aquellos grupos marginales a sueldo de siempre, quienes intentaron desatar el caos y la violencia en las calles - liderados por un judío sin oficio ni beneficio, que no tiene trabajo conocido y que es mantenido por su mujer, a la cual por cierto no duda en ponerles los ‘cuernos’ - quien ilusamente creía que había llegado su oportunidad de convertirse en ‘líder’ de las protestas, pero para su desilusión, aquellos parásitos comunistas que encabezaba - quienes no dudan en practicar el terrorismo como dignos admiradores de Abimael Guzmán y Hugo Blanco, para quienes son ‘luchadores sociales’- no tardaron en ser dispersados por las fuerzas del orden. Si bien en los días siguientes estos malvivientes intentaran seguir habiendo de las suyas destruyendo la propiedad publica y privada, fracasaran miserablemente en su intento de querer desestabilizar al país. Y es que a pesar de las nausebundas campañas que pretenden victimizarlo tras ser vacado, pasó lo que debía pasar: Vizcarra ha quedado como lo que siempre fue, un felón que traicionó a la Patria desde que empezó en el servicio público, cuando apenas tenía 25 años de edad. Según los múltiples testimonios y evidencias aportados por personas que están en la compleja situación de colaboradores eficaces de la justicia, este vil sujeto comenzó a robar cuando ocupaba un cargo público secundario; luego incurrió en actos calificados como cohecho cuando fue presidente regional de Moquegua; ha mentido reiteradamente en cuanto a sus relaciones con personajes intermediarios de la corrupción; complotó contra su jefe, PPK, en contubernio con la mafia fujimorista y luego, fiel a su retorcido estilo, los traiciono cerrando ilegalmente el Congreso anterior y trato de atornillarse al poder. Simultáneamente compró la línea editorial y noticiosa de los autodenominados “grandes medios de comunicación” usando el presupuesto de la República a través de una millonaria partida denominada “publicidad estatal” para intentar salvarlos de la desaparición. Pero ese ‘favor’ no era gratis, sino que significo su sumisión absoluta al régimen golpista para utilizarlos en sus pérfidos planes. Sin embargo, de nada le valió porque su ignominiosa caída arrastro a todos ellos consigo. Ha quedado demostrado hasta la saciedad su incapacidad para gobernar, el criminal desmanejo del Coronavirus - con 80 mil peruanos muertos debido a su total incompetencia - su deslealtad con los incondicionales de su círculo de poder íntimo y su asociación con periodistas venales y vendidos, empresarios corruptos, encuestadoras a la orden y ONG antiperuanas. Al escuchar su balbuceante autodefensa en el Congreso y contrastarla con los testimonios que lo incriminan, se ha podido concluir que el Perú ha estado en manos de un psicópata, de un tipo que los psiquiatras definirían como “un enfermo mental que sufre un trastorno de personalidad caracterizado por un comportamiento eminentemente antisocial, siendo frecuente la realización de actos en donde se infringen las leyes, ya sean robos, estafas o similares…”. Su arrogancia e incapacidad para pedir perdón lo ha mostrado también como un megalómano, aquel que sufre de una condición psicopatológica “caracterizada por fantasías delirantes de poder, relevancia, omnipotencia, grandeza y una hinchada autoestima”. Este individuo ha complotado de muchas maneras, perpetrando un golpe de Estado en septiembre del 2019, engañando sin rubor a los peruanos con obras que jamás siquiera inició, intrigó con fiscales, comandantes generales y ha tratado de extorsionar al país presentándose como el garante personalísimo de unas elecciones generales ahora heridas por sus intervenciones en la ONPE y el JNE para que mediante el fraude, asegurar el triunfo de su ‘candidato’ quien tendría la misión de ‘blindarlo’ de las múltiples acusaciones de corrupción que pesan sobre el, para evitar terminar tras las rejas. Creía ilusamente que todo lo tenía controlado pero su fulminante destitución por el Congreso, acabo con todos sus sueños y ahora su futuro es sumamente negro. El resultado fue sorpresivo para el, porque estaba confiado que la oposición no iba a lograr vacarlo - ya que había ‘comprado’ el domingo por la mañana los votos del partido de Acuña, repartiendo tres mil millones de soles en los gobiernos regionales y alcaldías controlados por APP - pero a la hora de la verdad, le dieron la espalda y probo de su propia medicina. Completamente derrotado, Vizcarra es una sombra de lo que era y su destino esta marcado. Tal como lo señale la semana pasada, la Justicia finalmente lo ha alcanzado. La nación ya no pudo ser engañada con sus psicosociales que pretendían hacer creer a los peruanos “de que la vacancia no era necesaria ya que faltaba poco para las elecciones y que lo mejor era esperar a que termine su periodo el 28 de julio” mientras se dedicaba en todo este tiempo a destruir las pruebas que lo comprometían y seguir infiltrando el Poder Judicial. Pero mira que ello no sucedió. La historia, que todo recoge y nada perdona, algún día escribirá el epitafio de este ser aborrecible: “Aquí yace un miserable que usurpó el gobierno de la patria. Dios no puede perdonarle” (A propósito ¿A que esperan los fiscales para ordenar su arresto inmediato? ¿O quieren que se fugue del país? A la cárcel con el delincuente) :)