martes, 9 de marzo de 2021

CONCENTRADORES DE OXIGENO: Una cuestión de vida o muerte

Gracias a la incompetencia criminal de los parásitos vizcamorados que hoy (des)gobiernan al país andino, hasta el momento más de 120,000 peruanos han perdido la vida debido a la pandemia del Coronavirus - con unos hospitales públicos colapsados carentes de todo - por lo cual se ha vuelto habitual ver en los telediarios kilométricas colas de gente portadores de balones de oxigeno vacíos esperando recargarlos con el vital elemento en las escasos centros de venta a unos precios prohibitivos, por lo que varias familias presas de la desesperación, han decidido recurrir a la adquisición o alquiler de concentradores de oxígeno. Y como podéis suponer, ante la gran demanda existente, se ha reportado un incremento considerable de los precios de estos equipos biomédicos. El aparato, a través de varios filtros (para partículas en suspensión, antibacteriano), por medio de una bomba neumática capta el aire circundante, y lo almacena en una cámara de retención. Electrónicamente se configura la relación de concentración de dioxígeno y se gradúa el volumen (en litros) por unidad de tiempo a ser administrado al paciente por medio de una cánula nasal. De un aproximado 20 % de promedio presente en la atmósfera, provee una concentración de hasta el 95 %. No requiere de ningún procedimiento especial para su funcionamiento, más allá de una regulación apropiada según las necesidades de cada paciente. Si bien los “portátiles” son los más comunes - alimentados con una batería recargable con una autonomía de entre 3 y 8 horas (dependiendo del modelo), que permiten al paciente salir de casa llevándolo como bolso o mochila - también existen otras versiones de más potencia y por tanto más voluminosos que son "fijos". Se conectan directamente a la red eléctrica y que son de uso extendido en hospitales y clínicas, aunque no en el Perú, obviamente. Al respecto, el médico neumólogo Alfredo Pachas consultado cual es preferible - concentrador o balón - indico que depende de la severidad del cuadro de COVID-19 y a la cantidad de oxígeno que requiera cada paciente. “Existen concentradores de 5 litros y de 10 litros, mientras que los balones pueden dar hasta 15 litros, pero la diferencia es que un concentrador nunca se acaba, porque es eléctrico. Excepto de que inesperadamente se vaya la corriente, siempre va a estar funcionando. En cambio, un balón hay que recargarlo cada cuatro horas con lo difícil que es conseguir un lugar donde hacerlo” señaló el neumólogo. Asimismo, dijo que la gravedad del Coronavirus en el organismo de una persona puede resultar impredecible. “Un paciente puede tener poca necesidad de oxígeno y utilizar cinco o diez litros, pero si se complica, va a necesitar 15 litros o más. Ahí un solo concentrador va a ser insuficiente, por lo que es recomendable tener dos de esos aparatos a su disposición”, manifestó. El especialista indicó que un paciente debe estar alerta cuando su saturación baja del 92%. “Debajo de 92%, ya necesita oxígeno de dónde sea, de concentrador o de balón. A medida que va bajando más su saturación, más oxígeno se le debe colocar. La idea es devolverle a una saturación siquiera de 94%. Lo ideal es 98%. Si sigue bajando su saturación, nuevamente se le sube el oxígeno y así llegar a 94%. Así va subiendo el oxígeno hasta que se estabilice el paciente. Lo que no sabemos es hasta cuánto va a requerir, si solo 5 litros, 8 litros o 10 litros. En esos casos el uso del concentrador es preferible al de los balones, ya que siempre un paciente va a tener oxigeno a la mano”, detalló. El médico neumólogo manifestó además que si a un paciente con Coronavirus se le pone oxígeno tempranamente, su pronóstico sería mejor. “Tener a la mano un concentrador es vital en ese caso, ya que no necesita recargarse a diferencia de los balones” aseveró. Lamentablemente, la gran demanda por los concentradores de oxígeno y la poca oferta disponible en el mercado, ha llevado que su precio se eleve desmesuradamente. Ante esta situación, la atención derivó en la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), entidad encargada de dar los permisos para la importación tanto de equipos como de insumos médicos. “Si bien es cierto que la Ley de los Productos Farmacéuticos, Dispositivos Médicos y Productos Sanitarios N° 29459, publicada en el 2009, y su posterior Reglamento, publicado en el 2011, fija que para la importación de dispositivos médicos es necesario tener un Registro en Digemidm en condiciones de emergencia sanitaria, como la que nos encontramos ahora, la ley debe flexibilizarse”, señaló el ministro Ugarte. “Sin embargo igual tienen que estar registradas por Digemid, porque tiene que haber un registro de lo que se importa. Si son concentradores deben tener condiciones de calidad que Digemid, como órgano regulador, tiene que registrar”, manifestó, pero insólitamente no hace nada al respecto para solucionar el problema. Por ello, ante las múltiples críticas recibidas por su ineptitud, el titular del sector negó cínicamente “que existan trabas para importarlas”, aunque lo cierto es que si las hay. “No hay ningún impedimento para que se pueda incorporar este tipo de suplemento médico para esta situación tan particular […] Pero sí queremos ser cuidadosos en que no sirva para la especulación”, señaló a modo de excusa, la misma utilizada por estos parásitos comunistas para evitar que los empresarios privados importen vacunas realmente efectivas y no esa basura china que trae el Estado, producto de oscuros negociados en detrimento de la salud publica, por lo que algún día Sagasti y sus secuaces vizcamorados tendrán que responder por sus crímenes ante la justicia. Mientras la gente siga muriendo por falta de oxigeno, es inconcebible que haya quienes por razones políticas impidan salvar la vida de los infectados por el virus. Simplemente abominable :(