martes, 19 de octubre de 2021

TORNAVIAJE. ARTE IBEROAMERICANO EN ESPAÑA: La América virreinal toma el Museo del Prado

“Nuestro objetivo es acercar al público español una historia ignorada sobre el arte iberoamericano”. Sobre esta premisa se erige la exposición Tornaviaje. Arte Iberoamericano en España, que llega al Museo del Prado para presentar el tráfico de obras artísticas entre España y América Latina tras la conquista del nuevo continente a través de más de un centenar de obras. Cabe resaltar que las propias colecciones reales con las que se conformó el Museo poseían inicialmente fabulosas obras de la América virreinal española colgando en los palacios junto a los cuadros de Velázquez y Rubens, pero con el paso del tiempo terminaron relegadas a otras colecciones. Si bien siguen hoy entre nosotros dispersos en diferentes museos de la península, muchas veces terminan por pasar desapercibidos, al ser considerados meras representaciones etnológicas o incluso se cree que fueron creados aquí. Hasta ahora, la pinacoteca madrileña había ignorado esta realidad y este es el motivo de esta muestra: “La tesis principal de la exposición es contar al público español una historia que ignora: que el trafico artístico no es unidireccional como nos habían contado, sino que se compone de un flujo de dos direcciones” dijo el director del Museo del Prado, Miguel Falomir sobre la muestra, que pretende que el público se familiarice con el arte virreinal de las que fueron sus colonias. Como sabéis, tras la conquista de América y hasta la Independencia llegaron a España más objetos desde América que desde Italia o Flandes, y lo hicieron en un flujo bidireccional, que se convierte en el hilo conductor que toma la exposición, cuya apertura estaba prevista para el año pasado y se vio pospuesta debido a la crisis sanitaria del Coronavirus. “No es que esta etapa haya estado menos estudiada, pero sí que es menos conocida por la ciudadanía en general", explica el comisario de la muestra, Rafael López Guzmán, Catedrático de Historia del Arte Iberoamericano en la Universidad de Granada. “Son obras que llegaron en la época virreinal, pero sobre todo en la Edad Moderna, y que poco a poco han perdido la historia de su relato: por qué llegaron, cuáles eran su funciones o su origen”, explica sobre las piezas, muchas de ellas pertenecientes a la antigua colección real, junto a la que se exhibieron en los mismos palacios que obras de Rubens o Velázquez. “Es precisamente de esta forma como las obras se han ido mezclando con nuestro patrimonio”, un punto de partida para el que el Prado aglutina estas obras con el fin de ofrecer una visión más completa de la circulación de estos objetos artísticos, que no gozaban de una especificidad concreta a la hora de ser estudiados y que ahora se reúnen en un amplio grupo con un significado completo. Elaborados por artistas indígenas, los objetos presentan materiales, temáticas y técnicas desconocidas que hablan desde las aspiraciones identitarias de las élites criollas a motivaciones documentales, devocionales y estéticas, y que llegan al Prado tras un minucioso trabajo de cuatro años de duración. “La exposición se divide en cuatro áreas temáticas que juegan con el concepto del tornaviaje”, explica el comisario sobre la estructura de la muestra. En la exposición, que permanecerá en las salas A y B del edificio de los Jerónimos hasta el próximo 13 de febrero, los visitantes pueden observar un total de 107 obras provenientes de más de 31 provincias españolas, de las cuales 26 han sido restauradas para la ocasión. En un relato que da a conocer la cultura de los virreinatos americanos poniendo en énfasis sus valores iconográficos y simbólicos, además de aquellos que les otorgaron las sociedades receptoras, la muestra se articula en torno a cuatro secciones diferentes. "Primero analizamos la geografía americana y cómo se organizaba, teniendo en cuenta el proceso de conquista", explica López Guzmán sobre la primera parte, Geografía, Conquista y Sociedad, que refleja el ideario de las élites criollas. La segunda sección, Imágenes y cultos de ida y vuelta, habla de los elementos devocionales que van y vienen de América, un eje en el que el culto y la catequización cobran un gran protagonismo, ya que justificaron la conquista a nivel ideológico, y de cuya sección destaca la obra Santa Rosa de Lima de Murillo. La tercera parte corresponde a Las travesías del arte, que atienden a aquellos objetos que vienen de América. Desde ajuares civiles particulares hasta eclesiásticos, y en la que el comisario destaca el Obrador Quiteño, plata con pedrería e incrustaciones que, datada de principios del XVIII, es la primera vez que se expone públicamente debido a su gran valor. La última sección, Impronta Indiana, habla de la "hibridación entre elementos culturales, configurando una historia del arte más plural, donde cobran relevancia las piezas realizadas con la técnica del encochado, un arte realizado con conchas a medio camino entre la pintura y el trabajo artesanal. Se dice que Alberto Durero - el artista más famoso del Renacimiento alemán, conocido en todo el mundo por sus pinturas, dibujos, grabados y escritos teóricos sobre arte - tras observar los objetos que habían traído a Carlos V desde el Perú, el nuevo país del oro, al ver un enorme sol enteramente del noble metal, ancho de una braza, una luna de plata del mismo tamaño (proveniente de los tesoros de los Incas) y dos habitaciones llenas de armaduras, armas de toda clase, indumentarias extraordinarias y extrañas, escribió: “estas cosas son más bellas que las mil maravillas. Son tan hermosas que se han tasado en cien mil florines y en mi vida he visto nada que me haya alegrado tanto el corazón como estos objetos. Porque he descubierto en ellos aspectos extraordinarios y me he quedado admirado ante el sutil ingenio de los hombres de países remotos. No sabría decir lo que sentí entonces”. Uno se pregunta al respecto luego de leerlo ¿Qué habrán sido de aquellas piezas? :(