martes, 6 de agosto de 2024

LOS HÚSARES DE JUNÍN: Legado de Libertad

El 6 de agosto de 1824, mientras Simón Bolívar huía cobardemente del campo de batalla - como siempre - los Húsares del Perú derrotaron inesperadamente a las fuerzas españolas en Junín, marcando un hito resplandeciente en la lucha la independencia del país andino, convirtiendo una inminente derrota en una victoria épica que preludió la libertad del Perú y de toda América. Este año, al cumplirse 200 años de su creación, los Húsares de Junín regresaron al Palacio de Gobierno como símbolo imperecedero de aquella gesta. Ante todo, cabe precisar que se le denomina húsares a una unidad militar de élite. Esta surgió en Hungría y estaba constituido por veinte jinetes. Con esta caballería hicieron frente al decadente Imperio otomano en varias ocasiones, ocasionándole continuas derrotas. Su gran desempeño sirvió de estímulo para que otros países adoptaran este tipo de formación. Con el tiempo y los cambios tecnológicos, los húsares, en algunos países, se transformaron en unidades de blindados. Sin embargo, en el Perú se transformaron en las guardias de honor de los presidentes. Desde entonces, la labor de los Húsares de Junín ha sido compartida por la Caballería Mariscal Nieto, la cual habitualmente ha custodiado el Palacio de Gobierno y solo por este año - debido a la celebración del Bicentenario de las Independencia - los Húsares han tomado la posta. Cabe recordar que el 18 de agosto de 1821, el Libertador José de San Martín formó la Legión Peruana de la Guardia, designando el escuadrón del capitán Pedro Benigno Raulet como base para formar dos escuadrones de húsares, que se integrarían a la Legión bajo el mando general de Guillermo Miller, teniente coronel. En 1822, estos escuadrones evolucionaron para formar el Regimiento de Caballería Húsares de la Legión Peruana de la Guardia con cuatro escuadrones. El cuarto escuadrón, bajo el mando del coronel Antonio Gutiérrez de la Fuente, se organizó en Trujillo. Al año siguiente, en el norte del país, se estableció el Regimiento Coraceros del Perú basado en el cuarto escuadrón. Posteriormente, este regimiento se fusionó con los restos de los húsares de la guardia y pasó a llamarse Húsares del Perú. Bajo el liderazgo del coronel Antonio Placencia, participaron en la batalla de Junín. La victoria conseguida ese entonces, marcó un momento decisivo para el Perú y Sudamérica. Como sabéis, el 6 de agosto de 1824, en la meseta de Bombón, Junín, se desarrolló una de las batallas decisivas para la independencia del Perú. Las fuerzas realistas, encabezadas por el general José de Canterac, se retiraban de la zona por estrategia, pero parte de la caballería del ejército libertador les dio alcance, por lo que Canterac mandó a repelerlos inmediatamente. El éxito parecía sonreír a España, ya que las formaciones de los insurgentes que entraron en combate sufrieron grandes bajas y presas del pánico, empezaron a retirarse, con Bolívar a la cabeza, quien en apresurada fuga ya se resignaba a la derrota. Sin embargo, una unidad no había participado aún en el combate: los Húsares del Perú. El mayor José Andrés Rázuri comunicó a esta formación la orden falsa de atacar. Liderados por el coronel Manuel Isidoro Suárez, los Húsares ejecutaron una maniobra audaz y veloz, atacando uno de los flancos de la caballería realista. Este movimiento, que tomó por sorpresa a los realistas, desorganizó y causó gran confusión en sus filas. La ofensiva de los patriotas obligó a los contrincantes a una retirada desordenada. Tras esta hazaña, Bolívar decidió renombrar el regimiento Húsares del Perú como Húsares de Junín en honor a su destacado desempeño en este conflicto bélico. La acción de los Húsares fue decisiva para la victoria del ejército libertador en la batalla de Junín. Sin necesidad de usar armas de fuego, valiéndose únicamente de sus sables y lanzas, la caballería patriota logró una de las victorias más trascendentales en la guerra de independencia. Este triunfo elevó la moral de las tropas independentistas y preparó el terreno para la contienda de Ayacucho, que se libraría el 9 de diciembre de ese mismo año, la cual sellaría la independencia del Perú y de gran parte de Sudamérica.