sábado, 19 de marzo de 2016
PEDRO PABLO KUCZYNSKI: Aquel que nunca ha dejado de traicionar al Perú
En estas elecciones generales en lo que hay mucho en juego, se presenta como candidato un ciudadano estadounidense (algo que por cierto, sólo puede ocurrir en el Perú), conocido lobbysta de empresas transnacionales y con un oscuro pasado que vale la pena recordar, para ponerlo en conocimiento de todos aquellos que piensan votar por el y que no tienen ni idea del infame papel que jugo este impresentable sujeto como ministro de Fernando Belaunde en su primer gobierno, al entregar las riquezas naturales del país al mejor postor. Su nombre y recuérdenlo bien, es Pedro Pablo Kuczynski. El escándalo que origino semejante acto de entreguismo (denunciado por diarios de la época como La Crónica, La Prensa o - quien lo diría - El Comercio, cuando si defendía los intereses nacionales, pero que pasado los años, terminó convertido en un inmundo pasquín fujimorista como lo es ahora) propicio el golpe militar del 3 de octubre de 1968 y la instauración de un gobierno revolucionario liderado por el general Juan Velasco Alvarado. Unos días mas tarde - el 9 de octubre - el Ejército tomó las instalaciones de la Brea y Pariñas que se encontraba en manos de la International Petroleum Company (IPC), empresa de propiedad de Nelson Rockefeller, que había explotado los yacimientos de forma fraudulenta, evadiendo millones de soles al fisco con la complicidad del gobierno belaundista. Ese mismo día, el general Velasco nacionalizó la IPC, terminando así con una ominosa historia plagada de episodios como la pérdida de la página 11, denunciada por el presidente de la Empresa Petrolera Fiscal, Carlos Loret de Mola, quien acusó al gobierno de Fernando Belaunde de coludirse con la empresa norteamericana para firmar un nuevo contrato lesivo a los intereses del Perú, que bajo el pretexto de la “nacionalización”, establecía el pago de precios irrisorios por el petróleo peruano. Pero el nuevo contrato no decía nada de la refinería de Talara ni del complejo industrial, que quedaban en manos de la empresa de Rockefeller. Tampoco decía ni una palabra de los impuestos que adeudaba la empresa desde el año 1924. Todo ello originó gran indignación nacional y precipitó el golpe. La toma de Talara - considerado un acto patriótico que el gobierno militar conmemoró bautizando el 9 de octubre como el Día de la Dignidad - provocó como era de esperar, la reacción inmediata de aquellos funcionarios vinculados a la transnacional. Entre ellos se contaban Carlos Rodríguez Pastor, gerente general del Banco Central de Reserva, y Pedro Pablo Kuczynski, uno de los gerentes de la entidad bancaria. PPK había sido colocado en el BCR gracias al padrinazgo de instituciones extranjeras como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, controlados por losEstados Unidos, los que presionaron al gobierno de Belaunde para obtener su nombramiento como gerente del instituto emisor. Para entonces, la IPC digitaba los fondos del Estado, mientras el fantasma de la inflación se cernía sobre los bolsillos de todos los peruanos. Tras la nacionalización, venía la disputa por la devolución de los impuestos que la empresa se había negado a pagar por la explotación de 1,263 pozos petroleros desde el año 1924, cuando los campos de Talara fueron entregados por el dictador Augusto B. Leguía, tras haber asumido la IPC los derechos de concesión de la London Pacific Petroleum. Desde su instalación, la IPC se negó a pagar el canon de la producción y otros impuestos establecidos por la Ley 4452, del 2 de enero de 1922, aduciendo que el denominado Laudo Arbitral de París, de 1922, la exoneraba de esos pagos. Velasco valorizó el adeudo de esos tributos en 700 millones de dólares de la época. Pero en medio de la turbulencia generada por el proceso revolucionario y gracias a sus testaferros enquistados todavía en el ente emisor, la IPC logró que el BCR le devuelva impuestos cobrados supuestamente en forma indebida, por 17 millones de dólares de la época, que hoy ascenderían a unos 105 millones de dólares, suma que fue derivada subrepticiamente a su filial de Nueva York, gracias a la intervención directa de Carlos Rodríguez Pastor y Pedro Pablo Kuczynski, quienes autorizaron la ilegal transferencia. Tras conocerse los hechos, Kuczynski, Rodríguez Pastor y otros cómplices fueron denunciados por Traición a la Patria por su servilismo en favor de la IPC y en contra de los intereses del Perú. Para evadir a la justicia, Kuczynski huyó del país a través de la frontera con Ecuador, escondido en la maletera de un auto, adecuadamente acondicionado para tal efecto. Ya en los Estados Unidos, Kuczynski fue premiado por su acto de traición con un puesto como jefe de Planificación y Política en el Banco Mundial. Pero su decisión sirvió para que los enemigos del gobierno acusaran al general Velasco de haberle pagado a la transnacional, iniciando una serie de campañas con el objeto de derrocarlo. Entretanto, PPK fungía de presidente del First Boston International y de director del First Boston Corporation. Y su suegro, William Casey, el jefe de la CIA, armaba una serie de complots contra el gobierno de Velasco, acciones que concluirían en 1975 con el golpe propiciado por el felón Francisco Morales Bermúdez. Unos años mas tarde en los Estados Unidos, PPK decidió adoptar la ciudadanía norteamericana, renunciando de ese modo a su nacionalidad peruana para ser director de un banco de ese país. No le importó que la Constitución de 1979, ya vigente entonces, estableciera claramente que la obtención de la doble nacionalidad, con excepción de la de España, concluía con la pérdida de la peruana. PPK ya se sentía un norteamericano y actuaba en consecuencia favoreciendo sus intereses. Su traición al Perú no concluyo en aquella oportunidad. Ni mucho menos. Con la restauración de la “democracia” en 1980 - previa prescripción de sus delitos por Belaunde - regreso al país como su ministro de energía y minas durante su segundo gobierno, a pesar de estar prohibido de asumir ese cargo por ley al tener la ciudadanía estadounidense. Como ministro impulsó la ley Nº 23231 - denominada la Ley Kuczynski - que no estuvo exenta de polémica, por las exoneraciones tributarias que concedía a las empresas petroleras extranjeras en perjuicio del Perú. En el 2001, volvió al gobierno con Alejandro Toledo quien lo nombro ministro de economía y luego en el 2004, Pdte. del Consejo de Ministros. Como buen lobbysta, continuo beneficiándose personalmente de las leyes que daba como político. Desde su puesto de ministro complotó con empresarios chilenos para que estos se hagan dueños de los recursos naturales del Perú al otorgarles ilegalmente todo lo que estos pedían, como por ejemplo, entregando como ministro de Economía y Finanzas, dinero publico a una empresa privada en la que participaba como accionista. En efecto, el Aeropuerto Jorge Chávez había sido entregado en concesión al Consorcio LAP. (Lima Airport Partnes) en noviembre del año 2000. y uno de los socios era Cosapi con 14.6% de las acciones, en cuya empresa PPK tenia el 25% de acciones. Como Director de Cosapi, Kuczynski organizo el Consorcio LAP para ganar si o si la Concesión del aeropuerto. Sin embargo, en el 2001 se presento un problema a Cosapi, ya que tras los atentados del 11 de septiembre los aeropuertos debían contratar seguros adicionales. Y estos seguros eran responsabilidad del concesionario LAP. PPK -que estaba en el Ministerio de Economía, entre el 28 de Julio 2001 y 11 de Julio 2002.- dictó apresuradamente decretos de urgencia para que el Estado asuma la cobertura de riesgos para operaciones aeroportuarias. Son los DU 113 (28-09-2001), 121 (27-10-2001),131 (DU 14-12-2001) y 028 (11-06-2002). Tres de ellos firmados por PPK como titular del MEF. Así, con dinero publico, PPK como titular del MEF financiaba a su propia empresa privada para un negocio diseñado por él mismo. Igualmente, intervino como ministro en la privatización de los puertos a favor de empresas chilenas, diseñando estrategias privadas para favorecerlas abiertamente en su expansión portuaria, y luego lo continúo aplicando, compartiendo sociedad empresarial como accionista y apoderado de empresas navieras chilenas, las mismas que como ministro ayudo a ganar. Asimismo, PPK siempre se ha mostrado partidario de permitir la exportación del Gas de Camisea a Chile - a pesar de las objeciones mostradas por especialistas en la materia - pretendiendo anular la prioridad de abastecimiento del gas al mercado nacional, para lo cual estaba originalmente destinado. Otra de las empresas estatales que esta en su mira es SEDAPAL y nunca ha dejado de señalar la “conveniencia” de privatizarlo. Como podéis notar, este siniestro personaje siempre esta pensando en la manera de perjudicar al Perú en todo lo que pueda, para favorecer sus oscuros intereses. En las elecciones del 2011 se presento como candidato y fracasó rotundamente en su empeño. Su complicidad con la mafia criminal aprofujimorista es más que evidente, al apoyar no sólo en la segunda vuelta de esos comicios a Keiko Fujimori, sino que en reiteradas oportunidades ha anunciado que esta a favor de indultar a su padre, condenado a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad. Hoy se autoproclama como una “alternativa” diferente a la candidata de la corrupción, cuando en el fondo es más de lo mismo. Con estos negros antecedentes ¿Cómo alguien puede pensar siquiera en votar por el? :(