sábado, 20 de enero de 2018

FRANCISCO I: Nada nuevo que decir

Con motivo de la cuestionada visita al Perú del Papa Francisco I, han salido a relucir graves denuncias que involucran a sacerdotes en miles de casos de pederastia que no reciben el castigo que merecen por sus abominables delitos ya que son protegidos por El Vaticano, que se niega a entregarlos para que respondan por ello, trasladándolos a otros países para que evadan a la justicia. El grado de impunidad que gozan es tan grande que muchos no han dudado en calificar a la corrupta y decadente Iglesia Católica como una organización criminal que avala y protege a esos monstruos. A nadie engaña el argentino Bergoglio con sus falsas declaraciones, si a su vez no permite que aquellos violadores de niños terminen en la cárcel, donde deben de estar. En efecto, desde que llegó al trono de San Pedro, Francisco I ha pedido ‘perdón’ hipócritamente varias veces a las víctimas de los abusos sexuales de miles de sacerdotes y por el silencio cómplice de la jerarquía eclesiástica a través de los siglos. Pero no va mas allá de ello, “Hoy el corazón de la Iglesia mira los ojos de Jesús en esos niños y niñas y quiere llorar. Pide la gracia de llorar ante los execrables actos de abuso perpetrados contra menores. Actos que han dejado cicatrices para toda la vida. Sé que esas heridas son fuente de profunda y a menudo implacable angustia emocional y espiritual. Incluso de desesperación. Muchos de los que han sufrido esta experiencia han buscado paliativos por el camino de la adicción. Otros han experimentado trastornos en las relaciones con padres, cónyuges e hijos. El sufrimiento de las familias ha sido especialmente grave ya que el daño provocado por el abuso, afecta a estas relaciones vitales de la familia. Algunos han sufrido incluso la terrible tragedia del suicido de un ser querido. Las muertes de estos hijos tan amados de Dios pesan en el corazón y en la conciencia mía y de toda la Iglesia”, se lamentó cínicamente en el 2014, cuando a su vez protege a los violadores. Es por ello que su palabra esta devaluada, porque nadie cree en lo que dice, ya que son declaraciones líricas para la platea porque ninguno de ellos han sido juzgados y condenados, debido precisamente a la protección que les brinda El Vaticano. De allí que estos múltiples escándalos sexuales lo persiguen una y otra vez adonde vaya y han provocado que su imagen se haya deteriorado principalmente en América Latina. De acuerdo un estudio de opinión pública que se aplica anualmente en 18 países de la región, la calificación a Bergoglio (quien por cierto fue informante de la sangrienta dictadura militar argentina, ‘gracias’ a lo cual un indeterminado numero de civiles terminaron siendo ‘desaparecidos’ bien en fosas comunes o arrojados al mar desde helicópteros, luego de ser brutalmente torturados en la ESMA) ha caído notablemente. De una nota de 7,2 que recibió en el 2013, cuando asumió el cargo, hoy tiene 6,8. Los resultados ponen de relieve la caída generalizada de la confianza en la Iglesia y la pérdida de fieles de la religión católica. Según los analistas, la principal razón de esta situación son los abusos sexuales sufridos por los niños a manos de los sacerdotes, los cuales no son castigados por ello debido a la oposición de la Iglesia. Es por ello que en una jugada política, viendo el creciente rechazo que genera en la región, Francisco I haya demagógicamente ordenado la intervención del Vaticano en congregación peruana Sodalicio de Vida Cristiana, para intentar acallar las criticas por su permisividad con los sacerdotes pederastas. “Francisco I dice que ‘llora’ por las víctimas, pero lo que queremos es que transforme esas lágrimas en acciones”, respondieron las victimas de esos abusos ante esa medida. Como sabéis, el caso emblemático en Perú es el de Sodalitium Christianae Vítae, el nombre original de la congregación en latín, con el cual fue creada en 1971. Su fundador, el pederasta Luís Figari, de 70 años, vive ‘confinado’ en Roma bajo protección de un decreto vaticano que le prohíbe regresar a Perú, donde desde diciembre enfrenta un pedido de prisión preventiva de la fiscalía, debido a las múltiples violaciones de niños de los que fue acusado. Lo indignante del cado es que El Vaticano no lo expulsó de la organización por considerarlo “mediador de un carisma de origen divino” (?) El Sodalicio, reconocido por Juan Pablo II en 1997 como una sociedad de vida apostólica de derecho pontificio, es dirigido por laicos y regenta varios colegios católicos en Perú. Desde su fundación, el Sodalicio ha concentrado sus esfuerzos de evangelización entre la elite peruana, pero también tiene presencia en toda América Latina y en Estados Unidos. Algunos medios han reportado que la organización cuenta con más de 20.000 seguidores. Hace más de un año tuvo que admitir debido a las presiones de los medios de comunicación que al menos cuatro de sus líderes laicos, entre ellos Figari, ‘cometieron abusos a 19 menores de edad y 10 mayores entre 1975 y 2002’, aunque en realidad se sabe que fueron muchos mas. Actualmente existen dos investigaciones judiciales contra sacerdotes por abusos de menores en Perú y un cura español está en prisión preventiva. Lo repudiable es que en su viaje al Perú no tiene previsto por ningún motivo recibir a las víctimas de abusos sexuales, una conducta que marcó sus visitas a Méjico cuando se negó a reunirse con las víctimas del líder de la congregación Los Legionarios de Cristo, el pederasta Marcial Maciel (muerto en el 2008). “¿Para qué pedir una audiencia con el papa? Las víctimas de Marcial Maciel se lo pidieron y la negó. También las víctimas de (el sacerdote chileno Fernando) Karadima. Sabemos de antemano que se negará”, dijo al respecto Pedro Salinas, autor del libro Mitad monjes, mitad soldados, que destapó el escándalo del Sodalicio en el 2015. La designación por ello de un comisario apostólico en el Sodalicio busca acallar las recriminaciones que las víctimas hacen al Vaticano, al que cuestionan que siga protegiendo al fundador de esa congregación. “Esta medida no tiene ningún valor porque refleja el doble discurso del Vaticano, debido a que no expulsa a Figari, protegiéndolo con un manto de impunidad. Solo se está curando en salud para evitar que en algún momento un periodista le pregunte sobre ello”, insistió Salinas, para quien la disposición de intervenir el movimiento religioso no tendría mayor repercusión en la búsqueda de justicia toda vez que en casos similares se ejecutaron las mismas medidas, pero al cabo de los años éstas no dieron ningún resultado. “Hay precedentes sobre intervenciones de comisariatos en casos como los del Sodalicio y no han sido nada efectivas. Esos comisarios han terminado coludidos con los depredadores principales, a esa gente nunca se las tocó”, denunció. Es imprescindible por ello que la justicia actué con prontitud para exigir la extradición del criminal y pueda ser ejemplarmente sancionado, así como quienes lo protegen. Las victimas importan... No a la impunidad :(