martes, 23 de enero de 2018

LAS TABLAS DE SARHUA: Arte sobre madera

Esta semana se informó que 35 piezas que estaban destinadas a ser exhibidas en el Museo de Arte de Lima - MALI- se encuentran en la mira de la Policía Nacional. ¿La razón? Sobre ellas pesa una investigación sobre presunta apología del terrorismo. Se trata de las 31 tablas de Sarhua (el arte de puntar y dibujar sobre el molle o el eucalipto), dos textiles y 1 retablo. Todos pertenecen al arte ayacuchano que fue enviado desde Estados Unidos al Perú como parte de una donación al museo limeño. La Policía y el Ministerio Público incautaron las piezas el pasado 17 de octubre. "Al hacer la visualización de los trabajos en pintura y retablo, se percató que las pinturas correspondían a hechos que podrían estar en los alcances de apología al delito de terrorismo", se lee en el documento de inteligencia policial difundido por un diario local. Posteriormente, se abrió una carpeta fiscal el 27 de octubre. Se puso el ojo entonces en "Con/Vida Popular Arts of Americas", entidad que donó las piezas y que es dirigida por la estadounidense Barbara Cervenka. Los polémicos cuadros representan escenas que vivió el pueblo de Sarhua, en pleno corazón ayacuchano, durante la época del terrorismo. Es así que representan escenas donde aparece Sendero Luminoso, el grupo terrorista más sanguinario de la historia del Perú, realizando charlas u organizando la lucha armada. Así también es recurrente la representación de la hoz y el martillo. Se trata entonces de ‘fotografías’ de la época, en un contexto en el que el grupo terrorista tenía ‘secuestrado’ a gran parte de la región. Para la policía se trataba de apología del terrorismo. Más claro, imposible. En respuesta a esta denuncia, el MALI salió a aclarar la situación. Mediante un comunicado defendió la muestra de arte y precisó que, si bien en un primer momento el Ministerio Público incautó las piezas, estas ya se encuentran en posesión del museo para una próxima exposición. “El Museo de Arte de Lima - MALI rechaza de manera inequívoca la apología a cualquier manifestación del terrorismo y las acciones de grupos sediciosos”, escribió la institución. El museo buscó dejar en claro el valor artístico de las piezas. “Reflejan acontecimientos reales que vivieron las comunidades ayacuchanas y que han sido plasmados en las obras de arte”.Tras la incautación, la DIRCOTE se comunicó con los directivos del MALI. Es así que la directora del Museo, Natalia Majluf y el Gerente General, Flavio Calda asistieron a declarar ante la Unidad de Investigación del Terrorismo. Posteriormente, el 28 de diciembre, se levantó la inmovilización y las piezas fueron entregadas al museo en la segunda semana de enero. El MALI aclara que por el momento no existe ninguna medida cautelar o de incautación de las piezas y que estas están en los depósitos del museo. Estas tablas forman parte de la tradición ayacuchana, provenientes de Sarhua, uno de los doce distritos de la provincia de Víctor Fajardo, donde es habitual que los compadres regalen una pintura a los que inauguran una casa. Esta costumbre ancestral fue recogida por Primitivo Evanán, un reconocido artista ayacuchano y principal referente de las tablas de Sarhua. A la par de organizar exposiciones en Lima y de ganar reconocimientos en todo el país, el artista fundó la Asociación de Artistas Populares de Sarhua. Justamente a esta agrupación pertenecen las piezas donadas al Museo de Arte de Lima. Por su parte, el ex comisionado de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Carlos Tapia, tiene claro que todo este embrollo tiene un solo beneficiado: Sendero Luminoso. "¿Si no se hubiera hecho todo este escándalo. ¿Alguien se volvía a acordar a Sendero Luminoso?". El también analista político señala que las autoridades no entendieron que "muchas comunidades campesinas hacen arte popular que tiene que ver con gráficos de recordar para recordar lo que sucedió en la época de la violencia. Sobre ello hay infinidad de retablos, pinturas, publicaciones". Para Tapia, el problema con las nuevas formas de senderismo, principalmente el Movadef, pasa por otros aspectos y no por exhibir los gráficos de cómo vivieron las víctimas aquellos años; al contrario, eso ayuda a que los demás ciudadanos conozcan los crímenes de lesa humanidad que hizo el grupo terrorista."Por hacer todos esos dibujos no quieren hacer propaganda a Sendero, todo lo contrario", enfatiza Tapia. Por lo pronto, las tablas de Sarhua aguardan en uno de los almacenes del MALI. Esperan a ser exhibidas por el museo en los próximos meses y así contar algunos de los episodios de terror que vivieron los ayacuchanos durante los años de Sendero Luminoso, pero sobre todo, aguardan a no ser olvidadas en la memoria de todos los peruanos: Por lo visto, quienes hicieron tal disparatada 'denuncia' terminaron de bruces en el suelo. La ignorancia si que es atrevida ¿no os parece? :)