sábado, 15 de septiembre de 2018
PERÚ: Los Cuellos Blancos de Choquehuanca
No cabe duda alguna que Martín Vizcarra, aquel precario inquilino de Palacio e integrante de esa organización delictiva - liderada por el conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski - tiene mucho que explicar. Y es que al conocerse que el grupete oficialista Peruanos por el Kambio (PpK) utilizo los “servicios” de José Luís Cavassa (sindicado a inicios de la década pasada como operador de Vladimiro Montesinos en la Oficina Nacional Procesos Electorales (ONPE) y hoy vinculado a “Los Cuellos Blancos del Puerto”) para alterar los resultados electorales del 2016 y posibilitar su acceso al poder, han surgido muchas voces que ponen en duda la ‘legitimidad’ de este gobierno, que es la vil continuación de la de Kuczynski, quien como sabéis, se vio obligado a renunciar para evitar ser ignominiosamente destituido en el Congreso por incapacidad moral al quedar al descubierto sus profundas conexiones con la constructora brasileña Odebrecht, quien lo soborno con millonarias sumas de dinero para ser favorecido durante la concesión de grandes obras publicas, con grave perjuicio de los intereses nacionales. Su vergonzosa caída posibilito que Vizcarra - el mismo del affaire Kuntur Wasi y los Audios de la Vergüenza - acceda al cargo en su reemplazo, pero su dicha no durara mucho, ya que el Congreso ha decidido reabrir el Caso Chinchero donde aparece seriamente involucrado al tratar mediante presiones de toda índole - siendo ministro de Transportes y Comunicaciones de Kuczynski - entregar a cambio de nada durante 40 años al consorcio chileno Kuntur Wasi la administración del aeropuerto Internacional de Chinchero a construirse en el Cuzco, para lo cual firmo una ilegal adenda favoreciéndolos en grado sumo, ya que no se les exigía que financien el 80% de su construcción tal como estaba estipulado en el contrato original, sino solamente el 20%, el cual tampoco iba a salir de sus bolsillos, sino mediante un crédito con entidades financieras que iba a ser pagado por el Estado, quien a su vez seria obligado a aportar el 80% restante para la construcción del citado aeropuerto, pero que las ganancias obtenidas se la iban a llevar íntegramente los chilenos. El escándalo que estallo ante este acto de traición obligo a cancelar el infame acuerdo y la renuncia de Vizcarra al MTC, quien fue nombrado como embajador en Canadá, esperando que la gente se “olvide” de ello. Pero mira que no fue así, porque al salir a la luz los negociados de Kuczynski con Odebrecht, que a la postre origino su caída, precipito su regreso para ocupar su puesto. Cuando se creía a salvo de toda clase de cuestionamientos en su contra, con mayor razón luego de que un fiscal venal y corrupto de una manera sospechosa archivo su caso a pesar de su culpabilidad meridiana en la trama, se dio con la sorpresa que el Congreso volvía a incluirlo en las investigaciones, por lo que amenazo con cerrarlo, tomando como pretexto que “no lo apoya” para sacar adelante su ridículo referéndum, cuando lo cierto es que no quiere que salga a la luz su felonía, así como su relación con cuestionados personajes. En lugar de quejarse, denunciar imaginarios complots y afirmar que acá no pasa nada porque Cavassa pagó sus impuestos a la Sunat por los “servicios” prestados a Peruanos por el Kambio (PpK), el oficialismo debería salir a explicar cómo así se les ocurrió contratar a una persona con semejantes cuestionamientos, que vienen desde los tiempos en que el impresentable José Portillo estaba al frente de la ONPE manejada por Vladimiro Montesinos para asegurar la ilegal reelección del genocida Kenyo Fujimori en el 2000. Es alucinante descubrir que la agrupación política que en la segunda vuelta de la campaña del 2016 apelaba a la “honestidad” y la “decencia” frente al pasado criminal del fujimorismo haya contratado los “servicios” de Cavassa, cuya cercanía nada santa a la ONPE se habría mantenido hasta estos días, al extremo de que fue uno de los factores para la suspensión del jefe del mencionado organismo electoral, Adolfo Castillo. No creo que a nadie del oficialismo se le vaya a ocurrir afirmar que “desconocían” quién era Cavassa, ya que desde hace 18 años cualquier peruano medianamente informado sabe muy bien los delitos que ha cometido. Habría que preguntarse cuál es el atractivo de los “servicios profesionales” que brinda Cavassa, como no sea adulterar los resultados electorales, para favorecer a Kuczynski a la hora del conteo en el ballottage del el 2016. No nos sorprendería si también fuera el nexo entre las dos organizaciones criminales de los Cuellos Blancos, el del Puerto y el de Choquehuanca, demostrando que “trabajan” en conjunto. Por lo visto, no solamente compraban parlamentarios para salvarse de la vacancia por evidentes hechos de corrupción, es evidente que también compraban votos y alteraban resultados electorales, teniendo al operador Cavassa “trabajando” para ellos. Como recordareis, cuando la ONPE finalizó el conteo del 100% de actas procesadas, se detalló que Kuczynski le ganó a la cabecilla de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, por una diferencia de apenas 41, 438 votos, un número fácilmente manipulable, con mayor razón para alguien con la “experiencia” de Cavassa. Así, Kuczynski pudo obtener sorpresivamente 8’580,474 votos - nadie lo esperaba - mientras que Fujimori se quedo con 8’539,036 votos. Visto los resultados, Cavassa hizo un buen “trabajo”. Al respecto, la exprocuradora anticorrupción Katherine Ampuero exigió por ello al Ministerio Público investigar la campaña electoral de Peruanos por el Kambio, tras la confesión de Cavassa de que trabajó para dicha agrupación política en esa justa electoral. “Ahora se deberá profundizar investigaciones vinculadas a la organización criminal los Cuellos Blancos del Puerto y aportes de campaña a Kuczynski”, escribió en su cuenta de Twitter. Por su parte, la vocera de Fuerza Popular, Úrsula Letona emplazó al congresista oficialista Gilbert Violeta, así como a la vicepresidenta Mércedes Araoz y al propio Martín Vizcarra, a responder “cuál ha sido la actuación que ha tenido José Cavassa en la campaña electoral de Peruanos por el Kambio. Todos sabemos muy bien los antecedentes del señor Cavassa, por eso nos queda la suspicacia. Nos tienen que decir qué hizo ese señor, con qué dinero se le pagó y de dónde salió ese dinero. A ellos (los integrantes de “Los Cuellos Blancos de Choquehuanca”) les toca decir la verdad”, manifestó. Para nadie es un secreto que ante tales revelaciones que lo pintan de cuerpo entero, salga un apresurado Vizcarra a la televisión y en una entrevista en la CNN, amenace con cerrar el Congreso “si siguen bloqueando las reformas planteadas por su Gobierno” para lo cual exige la realización de un referéndum, de ser posible en diciembre. “Dentro de las medidas está establecida la cuestión de confianza que, de no otorgarse, permite el cierre del Congreso. Hemos dicho que no descartamos ninguna medida para lograr el objetivo de luchar y destituir la corrupción que tanto daño ha hecho al Perú”, agregó el muy cínico, cuando el principal corrupto es el y cuya “legitimidad” esta puesta en duda (Por cierto, es lamentable ver en las calles a esos parásitos de la “izquierda” pagados por el gobierno y que se movilizan únicamente cuando se trata de atacar a sus adversarios. Si quieren ser creíbles alguna vez, deberían también marchar con sus pancartas exigiendo a voz en cuello la extradición de Toledo, así como el enjuiciamiento y prisión para Kuczynski. ¿Han pedido cárcel para ellos? ¿Se “indignan” por sus delitos cometidos? ¿Les parece bien que Vizcarra pretenda “presentarse” en las elecciones del 2021 cuando legalmente esta impedido de hacerlo? ¿No seria conveniente que estos ínclitos luchadores contra la corrupción reclamen que Kuczynski y su banda sean investigados bajo la Ley Contra El Crimen Organizado? ¿O no quieren enfrentarse con quienes realmente los “financian”?... Menuda panda de borregos) :)