martes, 8 de enero de 2019

PELEAS DE GALLOS: La barbarie como “herencia cultural”

La crueldad del ser humano con los seres a los cuales considera “inferiores” no conoce límites y con mayor razón si puede sacar un beneficio económico con su sufrimiento. Así como anteriormente hemos condenado las corridas de toros, las peleas de perros y la utilización de animales en los circos, toca referirnos en esta oportunidad a las peleas de gallos, a propósito de una ridícula marcha realizada esta semana en Lima de parte de “criadores y aficionados” - menuda panda de salvajes - contra un proyecto de Ley que busca su prohibición, por ser considerados espectáculos crueles contra los animales. Como sabéis, los gallos nacen, son criados y entrenados para pelear a muerte en “granjas de juego” para la “diversión” de los espectadores. Los criadores (también llamados “galleros”) matan a las aves que creen inferiores, conservando solo aquellas aves que tienen “el deseo de pelear”. Muchas de estas aves pasan la mayor parte de sus vidas atadas de una pata en una vivienda inadecuada, ya sea en un cilindro de plástico o en una pequeña jaula de alambre. Los criadores “acondicionan” a las aves para pelear a través de trabajo físico, lo que incluye el atar pesas a las patas de los gallos, y “peleas de práctica” con otros gallos. Los criadores a menudo arrancan las plumas y mutilan las crestas y barbillas de los gallos (la carne sobre sus cabezas y debajo de sus picos) con tijeras para prevenir que otros gallos se los arranquen dentro del ring. Debido a que los gallos no tienen glándulas sudoríparas, el perder estas partes del cuerpo los priva de la capacidad de enfriarse. Algunos “galleros” cortan los espolones de las aves, que son las protuberancias naturales de sus huesos en sus piernas, y así armas artificiales más mortales puedan ser atadas a sus piernas. Generalmente las peleas de gallos se realizan en recintos redondos llamados coliseos donde el ave que demuestra ‘mejores cualidades’ en el combate se declara como ganadora. Según un testigo, “Con las plumas del cuello encrespadas y las alas revoloteando, las aves saltan y se esquivan unas a otras. Se patean y combaten en el aire, golpeándose entre ellas con las patas y el pico”. Si la pelea disminuye, los galleros recogen las aves y las golpean en la espalda, les dan un estirón a sus picos, o las colocan pico a pico en un intento de “avivar el frenesí”. Las aves son, a continuación, regresadas a la gallera, y la lucha no termina hasta que un gallo muere o queda moribundo. Las aves “perdedoras” a menudo son desechadas en un barril o bote de basura cerca del ruedo, incluso cuando aún están vivas. Además de la crueldad contra los animales, las peleas de gallos se relacionan a menudo con otros delitos, como apuestas ilegales, venta o uso de drogas, e incluso asesinatos. Con frecuencia, hay niños presentes en las peleas; la exposición a este tipo de violencia promoviendo la insensibilidad al sufrimiento y el “entusiasmo” por el derramamiento de sangre… menuda bestialidad. El origen de esta sangriento espectáculo se encuentra en Asia. Hace 2.500 años ya se celebraban en China y es posible que 1.000 años antes se hicieran en la India. En la antigua Roma eran usadas para adquirir ‘valentía’. Posteriormente, esta práctica fue llevada a América por los conquistadores españoles. Lamentablemente, las peleas de gallos aun son ‘legales’ en la mayoría de países latinoamericanos, así como en Islas Canarias y Andalucía (en el resto de España están prohibidas), y en países de Asia como Filipinas. En muchos otros lugares, las peleas de animales están estrictamente fuera de la ley, basadas en la oposición a las apuestas, la crueldad animal, o bien en ambas. Ha llegado el momento de seguir ese ejemplo y acabar con esta aberrante práctica. Basta de sadismo :(