jueves, 23 de julio de 2020
BIC: Un clásico de fama mundial
Todos hemos usado un bolígrafo BIC. Esos icónicos bolígrafos han estado presentes, como mínimo, en nuestra etapa escolar. Su diseño polígonal, su delgadez y su bajo precio los han hecho, durante décadas, los bolígrafos ideales para la escritura “de baja escala”.Pero, a pesar de todo el tiempo que hemos pasado con ellos, existen algunas preguntas sobre los bolígrafos BIC que aún no hemos logrado responder. Por ejemplo, ¿por qué las tapas cuentan con un agujero en la zona superior? ¿O por qué todos los bolígrafos BIC presentan un pequeño orificio en la zona media? La primera de ellas tiene una explicación muy sencilla: evitar la asfixia. Es cierto que sus tapas no deberían rondar nuestra boca, pero basta con entrar en cualquier aula de primaria para ver que es un comportamiento muy común. Para esos casos, el orificio asegura que, en caso de que acabe por accidente en la garganta de un ser humano, el aire pueda seguir circulando y, por lo tanto, seguir respirando. Esta misma medida preventiva se puede ver en las figuras de Lego, las cuales cuentan con un orificio en la cabeza con el mismo fin: permitir el paso del aire en caso de quedar atascada en la garganta de un ser humano. La segunda de las cuestiones tiene una respuesta algo menos obvia. ¿Qué función puede tener un orificio tan pequeño en la zona media del bolígrafo? Bueno, en realidad, son dos: Regular la presión interna del bolígrafo. Si no existiera ese pequeño agujero en el cuerpo del bolígrafo, el cuerpo del bolígrafo estaría totalmente sellado, por lo que la presión en su interior podría ser diferente a la del exterior del bolígrafo. ¿Por qué importa esto? Porque, en caso de desigualdad de presión, se produciría una fuga de tinta procedente del pequeño tubo de plástico que la contiene en el interior del bolígrafo. Evitar la condensación. Al estar comunicada con el exterior, el gas del interior del bolígrafo es el mismo que el del exterior, evitando así efectos como la condensación en el interior del bolígrafo. Esta razón es, en realidad, secundaria, pero igualmente necesaria para poder ver la cantidad de tinta restante en el bolígrafo BIC. Como podéis notar, ni siquiera en un producto tan simple como un bolígrafo BIC se toman los detalles por alto. ¿Acaso creen que la forma hexagonal de su cuerpo también es causa del azar? Obviamente no. Esta forma fue tomada de los lápices de madera, y es una de las más eficiente en términos de agarre y estabilidad, dos aspectos esenciales durante la escritura. Además, resulta también mejora la eficiencia en términos productivos (menor coste de producción y menor plástico empleado). Todos estos detalles tan sutiles han llevado a algo tan simple como un bolígrafo BIC - que este año por cierto, celebra su 75 aniversario - a ser uno de los elementos expuestos en el Museo de Arte Moderno de New York :)