sábado, 25 de julio de 2020
MARTÍN VIZCARRA: Viviendo una mentira
Se acabo. Ya nadie le cree a este sinvergüenza que llego por la puerta falsa a Palacio sin que nadie lo haya elegido y que busca eternizarse en el Poder, por más que de boca para fuera anuncie elecciones presidenciales para el próximo año, que de realizarse sin lugar a dudas serán fraudulentas ya que quiere asegurarse que su recomendado sea el ‘elegido’ para no terminar en la cárcel por sus múltiples delitos o bien pretextando que “por razones de fuerza mayor” - debido al avance incontenible del Coronavirus y su incapacidad para combatirlo - decida postergarlos indefinidamente “hasta nuevo aviso”. Es el conocido método utilizado por los comunistas para no abandonar la poltrona por ningún motivo una vez que llegaron a el y recurren a todo lo inimaginable, culpando a otros de su fracaso. Para ello no han dudado en adoptar la celebre frase acuñada por el ministro de propaganda del III Reich alemán Joseph Goebbels en los años 40 del pasado siglo: “miente, miente que algo queda” y que hoy con el mayor descaro, se lo han apropiado para su beneficio. No es de extrañar por ese motivo que Vizcarra (quien tiene el engaño como consigna y que es más rojo que un tomate por más que tenga como su primer ministro a un ultraliberal como Cateriano, el cual al fin y al cabo, solo esta de paso y sin poder efectivo) en sus largos y aburridos monólogos, repite una y otra vez las mismas falacias con el objetivo de ocultar su incapacidad para enfrentar al Coronavirus y lo único que ha ‘logrado’ con sus desatinos, es destruir completamente la economía y hundir al Perú en la mayor crisis de toda su historia. En efecto, demostrando una incompetencia criminal, este vil sujeto prepotente y rufianesco, ofendió a Arequipa - al país entero, en rigor - durante su visita relámpago a la Ciudad Blanca. Sin inmutarse ante el dolor humano, comprobó cómo eran desalojados decenas de enfermos terminales del hospital Honorio Delgado y colocados en carpas improvisadas para evitar que esa figura apareciese en su visita -prevista inicialmente para el domingo- en videos y fotografías con víctimas regadas por los pasadizos o sobre camillas destartaladas tiradas en los lúgubres pasadizos del nosocomio, muriendo a la vista de todos por falta de equipos médicos. Por cierto, Vizcarra - el de la mentira contumaz - no pudo ingresar a una vomitiva ceremonia que le habían armado los burócratas del Ministerio de Salud, porque el personal médico, las enfermeras y los técnicos de dicho hospital lo encararon al ingreso en una protesta estrepitosa, exigiéndole no sólo camas, respiradores, oxígeno, uniformes, mascarillas, etc., sino demandando el pago de sus haberes, retenidos injustificadamente desde diciembre del año pasado. Impactado por la bulliciosa y justificada protesta, que ante los gritos de «Vizcarra, basta de mentiras», «Maldito incapaz», «La gente se muere», «Eres un cobarde», «No lo dejen escapar», el autócrata tomó las de Villadiego huyendo vergonzosamente del lugar junto al personal de seguridad que lo resguardaba, para evitar ser linchado si era atrapado por una multitud enardecida que buscaba hacer justicia con sus propias manos. Precisamente, en unas estremecedoras imágenes que han dado la vuelta al mundo se ve claramente como una pobre mujer corría detrás de la caravana dictatorial, en momentos en que Vizcarra fugaba del lugar. La señora gritaba desesperada, implorando ayuda para su esposo mientras los vehículos avanzaban, pero no pudo alcanzarlo y se puso a gritar desesperada. Lo trágico de todo esto es que al día siguiente, su esposo murió abandonado en el hospital sin recibir auxilio médico, lo cual seria a no dudarlo un acto de venganza del golpista por el ridículo que le hizo pasar. “Todos me han mentido. Dijeron que me iban a ayudar, pero nadie lo ha hecho. Estaba en observación, me dijeron que estaba bien, pero me lo han matado” aseguro Celia Capira entre lagrimas, quien no dudo en señalar a Vizcarra como el responsable de la muerte de su esposo. Pero ahí no quedó su desplante a Arequipa. Antes de retornar a Lima declaro falazmente a la prensa corrupta, servil y rastrera que tiene a su servicio: “La región que tiene más camas hospitalarias es Arequipa con 700. No puede ser que haya pacientes haciendo cola en las calles por falta de cama de hospitalización. Ya hay camas aquí”. Es decir, pretendió desmentir al personal de planta del Honorio Delgado, que clamaba por equipamiento, espetándole un sonoro “Aquí ya hay camas”, e insinuando que la tragedia humana que viven los arequipeños que asisten a ese centro de salud es solamente ‘una mascarada’ cuando el que miente y de la forma mas cruel y artera, es el. Y claro, al día siguiente las portadas y páginas enteras de esa prensa prostituida y vendida al oficialismo sólo destacaban las mendaces necedades del golpista, ocultando como siempre la verdad y que forma parte de la campaña de desinformación practicada por este régimen criminal, manipulado por los parásitos comunistas que lo rodean. Así viene ocurriendo desde mediados de marzo con los equipos de respiración, las pruebas moleculares, y las medicinas que escasean en los hospitales del Estado. No por culpa de las farmacias o los laboratorios, sino por ineptitud del sector Salud que no las importa. Igual sucede con el oxígeno. En efecto, pese a que desde el inicio de la pandemia se supo que era vital para evitar muertes, el (des)gobierno vizcarrista no adquirió plantas para producir y balones para envasar este complemento crítico, prefiriendo dilapidar alegremente las Arcas Publicas - pagando a ONG, encuestadoras amigas, pseudoperiodistas de alquiler y salvando a empresas quebradas como El Comercio, RPP y La República, que les son tan útiles con sus cortinas de humo en su desesperado intento de atornillarse hasta las calendas griegas en Palacio - porque en ello le va la vida. En otras palabras, el infame comportamiento de Vizcarra lo hace plenamente responsable del desastre que sufre actualmente el país y deberá pagar por ello. Según Financial Times, el Perú registra un excedente de 149% en el número de fallecidos comparándolo al promedio de obituarios reportados en años pasados. Hasta este viernes por ejemplo, un organismo sin credibilidad alguna como el Ministerio de Salud apenas registraba 17.843 fallecidos, cuando el acreditado periódico británico consignaba con pruebas fehacientes que ya son mas de 47,000 muertos, lo que fue corroborado en horas de la noche nada menos que por el oficialista Farid Matuk, dejando mal parado a Vizcarra y su troupe. De esta manera, como integrante del “selecto” club de los cinco países con mas contagiados en el mundo, el Perú se ha convertido en el hazmerreír del planeta, donde se ha perdido todo control sobre la pandemia y se falsea groseramente las estadísticas y el real número de muertos para proteger a ese miserable que pugna por quedarse en el poder. Evidentemente las “encuestas” amañadas y pagadas con el dinero de los impuestos de todos los peruanos, continuarán diciendo que “pese a haber caído unos puntos por la crisis, Vizcarra tiene un altísimo porcentaje de aprobación”. Vaya partida de farsantes. Tan falso como el famoso intercambio prestacional con las clínicas privadas que al final se quedó en el papel; como la “meseta inclinada” que nunca se dio; o como los publicitados bonos populistas que no llegaron a los que realmente los necesitan. Mentiras y más mentiras hasta el infinito. Entretanto, el pueblo iracundo harto de tantas falsedades ya no aguanta más mientras la pobreza se agudiza dolorosamente, arrastrando a millones de peruanos despedidos de sus centros de labores por inescrupulosos empresarios con la venia del vizcarrismo, a una situación insostenible en la cual se mueren de hambre. La tensión resultante será grave y, esta vez, inclusive la prensa más ruin y canallesca no podrá callarla :)