martes, 23 de marzo de 2021

Q’ESWACHAKA: Cae el último puente inca en el Perú, construido hace más de 600 años

Una triste noticia que, como podéis imaginar, ha tenido más repercusión fuera del país que dentro de sus propias fronteras y es que como en numerosas ocasiones lo he dado a conocer, los peruanos no aprecian lo que tienen y cuando se percatan de su pérdida, solo les queda lamentarse. Sucede que el puente inca de Q'eswachaka – considerado el último de su clase – se vino abajo debido al descuido y desinterés de los parásitos vizcamorados que hoy (des)gobiernan al Perú. Tuve la oportunidad de conocerlo hace dos años atrás cuando residía en ese país y al cual por cierto le dedique una entrada por aquellos tiempos, aunque claro, debo confesaros que no me anime a cruzarlo y solo me limite a observarlo desde el borde. Lamentablemente, ahora ya no existe y es solo parte del recuerdo. En efecto, este puente de 600 años de antigüedad que cruzaba el rio Apurimac y que se encontraba ubicado en la provincia cuzqueña de Canas, cayo debido al deterioro que arrastra, ya que el año pasado no recibía el mantenimiento adecuado debido - según las fuentes oficiales - “a la crisis del Coronavirus”, aunque lo cierto que ha sido el producto de una negligencia criminal de parte del las autoridades. Suspendido sobre el desfiladero del río Apurimac y elaborada a mano con fibra vegetal, ramas y hojas a 3.700 metros sobre el nivel del mar, la pasarela era renovada cada año a principios de junio, en una ceremonia de tres días de duración, con la participación de cuatro comunidades de la zona: Chaupibanda, Choccayhua, Huinchiri y Ccollana Quehue. La renovación del puente implicaba la realización de un ritual y una festividad que duraba alrededor de cuatro días, empezando con el pago al Apu Quinsallallawi en una ceremonia ancestral. Por cierto, era tarea de las mujeres trenzar las gruesas cuerdas de q’oya, un tipo de paja obtenida de una gramínea muy abundante en los Andes, que los hombres empleaban para recomponer de nuevo el Q’eswachaka (“puente de cuerda” en quechua), el cual era una antigua tradición inca transmitida de generación en generación. Pero la llegada de la pandemia fue la excusa tomada por el régimen para prohibir que sea renovado, no importándoles en absoluto que se trataba de un Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (declarado como tal por la UNESCO en el 2013) y condenándolo a su desaparición, como efectivamente acaba de ocurrir. Tras su caída, un equipo multidisciplinario de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cuzco (DDCC) recién se animó a viajar a Canas para evaluar el daño causado al puente, producto de su incompetencia, y luego del análisis que realizará “el equipo técnico emitirá un informe y planificará las alternativas de solución, junto con las comunidades y autoridades de la zona”, indicaron voceros del citado organismo a la prensa, cuando el daño ya esta hecho. Quizás sea reconstruido por los habitantes de la zona – vaya uno a saber cuando – pero ya nada será lo mismo :(