sábado, 17 de abril de 2021

PERÚ: El otro Sendero

Terrible disyuntiva es lo que le espera a los peruanos al conocerse el sorpresivo resultado de las elecciones presidenciales realizadas en el país andino el pasado domingo donde Pedro Castillo - un senderista convicto y confeso que no oculta sus simpatías con el terrorismo - y Keiko Fujimori, hija de un ex dictador condenado a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad, se enfrentaran en un ballotage para definir quien accederá a Palacio de Gobierno el próximo 28 de julio. Ambos son extremistas, autoritarios hasta el tuétano y de nulas credenciales democráticas. Por lo visto, a este país acostumbrado a votar por el “mal menor” parece haberle llegado el momento de dar un salto al vacío. De Keiko Fujimori y sus cuentas pendientes con la justicia ya lo hemos dicho todo y no hay nada nuevo que agregar. El peligro en esta elección por lo que representa es Castillo, quien busca instaurar un régimen comunista en el Perú y cuya primera medida - según el mismo expreso - seria liberar “a todos los presos políticos” como denomina a Abimael Guzmán, Víctor Polay y Antauro Humala, cabecillas de grupos terroristas condenados a por sus actividades criminales a largos años de prisión. Extremadamente preocupante es el primero de los nombrados ya que nada menos es el líder de Sendero Luminoso, responsable del baño de sangre que ocasiono al Perú en décadas pasadas hasta su captura en 1992 y posterior condena a Cadena Perpetua. Como integrante del CONARE (parte de MOVADEF, que es el organismo de fachada de Sendero) Castillo ha sido uno de sus conspicuos dirigentes y “justifico” las sangrientas acciones terroristas realizadas por SL, con el pretexto de que su lucha fraticida “fue la justa respuesta del ‘Perú ignorado’ al centralismo limeño”. Venga ya, con esas palabras subversivas, este sujeto se pinta solo, por lo que uno no puede comprender como con ese discurso radical haya podido obtener semejante cantidad de votos. Presentándose como candidato de Perú Libre (PL), Castillo plantea una serie de disparatadas propuestas - que aparecen en su Plan de Gobierno - como una nueva Constitución de corte socialista, liquidar la propiedad privada, estatizar toda clase de negocios y empresas, instaurar una “economía popular de mercados”, acabar con la autonomía del BCR para vaciar las Reservas Monetarias del país con el propósito de “distribuirlos entre los pobres”, desactivar el Tribunal Constitucional y reemplazarlo por “los verdaderos tribunos del pueblo”, expropiar medios de comunicación, suprimir la libertad de prensa, donde solo “la verdad oficial” será la permitida, así como cerrar el Congreso “si el pueblo se lo pide”. Medidas extremadamente populistas que sin duda alguna destruirían no solo la estabilidad económica al generar una hiperinflación, sino también la institucionalidad democrática ya que su deseo seria aferrarse al poder a toda costa, con una nueva Carta Magna que le permitiría una reelección indefinida, como observamos en Venezuela, que es su gran ejemplo a seguir. ¿Pero de donde surgió este sujeto que es una amenaza potencial al Perú? Profesor en la norteña Región Cajamarca y con 51 años de edad, sus vínculos con Sendero Luminoso son de antigua data, aunque recién se hizo conocido en Lima con la huelga general de profesores que el lidero en el 2017. Pero la historia empieza varios años antes con el surgimiento del Comité Nacional de Reconstrucción (CONARE) del Sutep, que siempre estuvo vinculado al MOVADEF, hechura directa de Abimael Guzmán. Según cuenta el ex ministro del Interior Carlos Basombrio, entre los documentos de la Operación Perseo (2014) que fueron incautados en la celda de Abimael, hay los de puño y letra donde da instrucciones al MOVADEF confirmándose algo que ya se sabía. Dos años antes, el Jurado Nacional de Elecciones, en una decisión valiente, impidió que el MOVADEF se inscriba como partido bajo el membrete FUDEPP. (Por cierto, varios de los líderes de la huelga del 2017 como el mismo Castillo, firmaron entonces un comunicado de protesta y solidaridad con el MOVADEF por lo sucedido). Su pelea desde años atrás con el SUTEP para liderar a los maestros es por todos conocido, ya que estos habían conseguido desde hacía muchos años ser el único sindicato reconocido por el Ministerio de Educación. Los de CONARE no podían ganarle en elecciones a los de Patria Roja, que controlaban el sindicato nacional (hoy aliados de Verónika Mendoza y que Conare consideraba “aburguesados, revisionistas y vende patrias”). Luego, el CONARE también se dividió en dos alas. Una encabezada por Zenón Pantoja y la otra por Lucio Ccallo Ccallata (secretario general del MOVADEF, base El Collao). Pasado el tiempo, ambos concluyeron que si querían ganarle el sindicato a Patria Roja, tenía que ser en las calles, y las dos facciones lograron ponerse de acuerdo en solo una persona para presidir el Comité de Huelga. ¿Adivinaron? Pedro Castillo fue el elegido, quien se encargo de su organización, logrando que el gobierno cediera a sus peticiones para desactivar las violentas protestas que origino en todo el país. Pese a que el gobierno dio un aumento salarial al magisterio, Castillo siguió la huelga, porque lo que más le importaba era legalizar al CONARE y que se anularan las evaluaciones a los maestros. A pesar que no lo consiguió, Castillo se había convertido ya en un líder nacional. “Se presenta como un profesor humilde, lleno de buenas intenciones, que carece de ideología y, como nadie conoce bien su negra historia, lo ven como un hombre bueno. Pero es un peligroso dirigente vinculado a organizaciones extremistas” agrega Basombrio. Aprovechando su momento de gloria, decidió presentarse como candidato en las siguientes elecciones, para lo cual se unió al cuestionado ex gobernador de Junín Vladimir Cerrón fundando Perú Libre, otro organismo de fachada de SL ante la imposibilidad de usar a MOVADEF. Durante la campaña, las bases magisteriales de Castillo se sumaron a su organización, lo que le dio mayor presencia nacional. Radical como todo senderista, nunca modera sus discursos y se muestra tal cual es, afirmando que no tiene intención alguna de firmar una ‘hoja de ruta’ como lo hizo Ollanta Humala, por lo que fue calificado de traidor: “Nuestra alianza es con el pueblo. No vamos a participar de las repartijas ni acuerdos bajo la mesa que tienen por costumbre los viejos partidos” aseveró. Su prioridad - según afirma en los mítines realizados contra las disposiciones sanitarias - es la refundación del país a través de una Asamblea Constituyente y el cambio de la Constitución. “Yo no necesito disfrazarme para la campaña” aclaró, acusando a Verónika Mendoza de ser una oportunista que solo visita las regiones para conseguir votos, por lo que es repudiada hasta en su propia tierra. “Son los traidores como ella que se dicen progresistas y que se han olvidado de la defensa del pueblo” expresó. Ante los múltiples cuestionamientos a su comprobada relación con SL, tanto Castillo como quienes los rodean niegan que son terroristas, “porque no recurren a la lucha armada, ni ponen bombas, ni secuestran ni asesinan”. Pero lo que no dicen es que buscan objetivos similares a los de SL y MRTA por la vía electoral, naturalmente adaptados a condiciones del siglo XXI. Es decir, pretenden instaurar en el Perú alguna variante de lo que Hugo Chávez denominó el “socialismo del siglo XXI”, cuyos terribles resultados son visibles en Cuba y Venezuela. Bajo ningún concepto se puede permitir que ello se repita en el Perú. De una u otra forma se impedirá que este lobo con piel de oveja que cuenta con el apoyo suicida de ciertos sectores que tratan de dulcificar al monstruo buscando domesticarlo, llegue al poder (Por cierto, al momento de escribir esta nota, el Congreso se comporto a la altura de las circunstancias e inhabilito por fin a ese maldito lagarto de Martín Vizcarra... a la cárcel con el) :)