martes, 11 de mayo de 2021
REPARANDO UNA INJUSTICIA HISTORICA: Bolognesi vuelve a su pedestal
Una noticia da a conocer hace unos días da cuenta que la estatua de Francisco Bolognesi, el héroe de Arica quien murió en la Guerra del Pacifico, realizada en 1905 por el escultor español Agustin Querol y colocada sobre la columna ubicada en la plaza homónima en el centro de Lima - de la cual fue abruptamente retirada por orden del dictador Manuel Odria en 1956 y reemplazada desde entonces por una burda escultura de nulo interés artístico - volverá a su lugar original del cual nunca debió haber salido. En efecto, para reparar este despropósito cometido por ese sátrapa y como parte del plan de recuperación del Centro Histórico, la Municipalidad de Lima busca resolver esta injusticia cometida hace 67 años. Pero antes es preciso conocer su historia ¿vale? Le debemos a un grupo de colegiales limeños la iniciativa de erigir un monumento a Francisco Bolognesi. La idea caló tan hondo, que en poco tiempo, motivó una colecta que logró financiar un proyecto cuya construcción fue aprobada por el Congreso en noviembre de 1899. A los dos años, el Estado cedió al municipio limeño el terreno para erigirlo, la Plaza que uniría las flamantes avenidas Piérola o Magdalena (hoy avenida Brasil), el Paseo Colón, la avenida Alfonso Ugarte y la avenida Breña, (hoy Arica). Convocado en mayo de 1901, al concurso internacional para diseñar el monumento se presentaron 153 proyectos. En marzo del año siguiente, la propuesta del escultor español Agustín Querol (1860-1909), titulada “Salve Patria Fides”, fue la elegida. Su precio: 130 mil soles de la época. La escultura llegó al puerto del Callao en 1903 y pasado dos años, el 5 de noviembre, fue instalada en una multitudinaria ceremonia, el cual contó con la presencia del general Roque Sáenz Peña, héroe argentino de Arica, como invitado de honor. Sin embargo, tras ser develada la estatua, no paso mucho tiempo para en las calles limeñas se criticara a Querol, ya que al parecer, mostraba a un Bolognesi “en estado de ebriedad”, confundiendo el impacto de una bala en el pecho con la pérdida del equilibrio del dipsómano a punto de caer al suelo. Décadas más tarde, este prejuicio alcanzó las esferas del poder: en 1951, el dictador Odría lanzó un nuevo concurso para reemplazar la estatua, por una que “realzara debidamente la actitud gallarda y heroica del héroe de la Epopeya de Arica” (?). De esta forma, el 3 de junio de 1954, la obra de Querol fue tristemente descendida de la cúspide del monumento por una grúa mecánica, tras atestiguar a lo largo de 48 años el crecimiento de la capital. Ese mismo día se procedió a instalar su reemplazo, una estatua grotesca y vulgar por donde se le mire. Odría y su ministro de Guerra, el general Zenón Noriega, fueron los encargados de descorrer el velo que cubría la burda escultura. Discretamente, el bronce primigenio era trasladado hasta el Real Felipe en el Callao, donde se conserva hasta hoy. Desde entonces, muchos han sido los intelectuales y artistas que se han manifestado sobre la reposición de la escultura, sin mayores avances. Sin embargo, a 67 años de su retiro, la escultura volverá a su pedestal. Para Luís Martín Bogdanovich, gerente de Prolima, institución responsable de la actual restauración del conjunto escultórico (con el equipo trabajando paralelamente en la plaza Bolognesi y en el Real Felipe), son tres las razones por las cuales el bronce de Querol debe de ser restituido. La primera, es de carácter técnico. “En lo que se refiere a la disciplina de la restauración, un monumento histórico, cuando es intervenido debe recuperar sus valores plásticos primigenios”, explica el experto. La segunda razón es aún más poderosa: “Se trata de restituir el valor simbólico del Bolognesi de Querol. Su monumento es todo un coherente programa iconográfico. Querol presenta a un Bolognesi heroico, quien entrega la vida por la patria, dispuesto a inmolarse, a luchar hasta quemar el último cartucho. Ese es el legado del héroe”, señala Bogdanovich, preocupado por cómo ese legado ha sido borrado del imaginario popular, tras la colocación de una espantosa figura que no representa ese heroísmo. “El héroe nace con la entrega de la vida. Lo heroico es enfrentarse a la muerte sabiendo que vas a perder. Es la inmolación por la causa, el sacrificio, y nada de eso se observa en la actual escultura”, afirma. En efecto, como señala Bordanovich, la figura impuesta por el régimen odriista es la de un soldado que arenga a sus tropas. “Es un flaco favor el que se le hace al gesto heroico de Bolognesi. En el marco del Bicentenario, hay que reivindicar la memoria del héroe. Esa es la figura que debemos rescatar”, explico el gerente de Prolima. La tercera razón, no menos importante, tiene que ver con la propia estructura del monumento. “El pedestal diseñado para la escultura de Querol no soporta más tiempo la masa gigante, mucho más grande y pesada, de la obra actual. Además es una figura desequilibrada, ya que al tener el brazo levantado, la escultura se inclina hacia adelante. El capitel es de mármol, una piedra frágil. No puede seguir esperando más tiempo un reemplazo”, señala Bogdanovich. El Municipio cuenta con la autorización del Ministerio de Cultura para el traslado de la obra de Querol a su emplazamiento original. Solo falta la respuesta de la Comandancia General del Ejército, a la que Prolima ha cursado un oficio para que acceda a este deseo legítimo. “Es cuestión de esperar su decisión favorable. No debiera existir otra posibilidad”, señala Bogdanovich, adelantando que el plan de la actual gestión es entregar a la ciudad el monumento completamente restaurado, el Día de la Bandera, este 7 de junio. Esperemos que así sea :)