martes, 21 de junio de 2022

CRÓNICAS DEL HORROR: El Pensamiento Gonzalo

Lamentablemente y al día de hoy, pocos peruanos se interesan por los años de terror que impuso Sendero Luminoso en el Perú, ocasionando un baño de sangre que dejo 70.000 muertos y un país destrozado. A pesar del terrible sufrimiento que debieron pasar por aquellos trágicos años donde nadie tenía la vida segura, es increíble que las autoridades hayan cubierto estas monstruosas atrocidades cometidas por esa banda criminal liderada por Abimael Guzmán con un manto de silencio y no se haya enseñado exhaustivamente sobre ello en colegios y universidades a las nuevas generaciones para evitar que estos sangrientos hechos vuelvan a repetirse. Fue un gran error cometido por Fujimori, quien si bien venció al terrorismo (en el cual incluimos al MRTA), no puso énfasis en ventilar los crímenes de esos grupos subversivos para evitar que pasen al olvido, por lo que sus remanentes pudieron aprovechar aquella situación y tener la oportunidad de renacer de sus cenizas - como Sendero Luminoso - tal como efectivamente ha sucedido. Efectivamente, tras la caída del fujimorismo en al año 2000 y con el pretexto esgrimido por ciertos sectores cercanos al terrorismo - o mejor ficho cómplices, como los “caviares” - se dijo que el hacerlo podría ser visto como “una apología al delito”, prefiriendo con ello echar tierra sobre el asunto y enjuiciar por el contrario a sus perseguidores, victimizando a los terroristas, pero el paso de los años ha demostrado que esa “estrategia” fue un desacierto absoluto, tanto así que hoy, aprovechando la ignorancia de quienes votaron por ellos al desconocer su oscuro pasado, sus discípulos de Perú Libre (uno de los organismos de fachada de Sendero Luminoso, como Conare y Movadef) han usurpado el poder mediante el fraude colocando en Palacio a un pobre diablo como Pedro Castillo - quien es manejado a su antojo desde las sombras como un títere por Vladimir Cerrón - quienes desde el primer momento intentan destruir la frágil institucionalidad democrática, para instaurar a continuación una sangrienta dictadura comunista, siguiendo al pie de la letra las enseñanzas de su idolatrado líder Abimael Guzmán Reynoso, apodado el “Presidente Gonzalo”, muerto en prisión el año pasado. Este vil sujeto, fue quien dio su nombre de batalla al llamado pensamiento Gonzalo, un disparatado concepto que fue utilizado para nombrar la visión política particular del marxismo-leninismo-maoísmo- mariateguismo implantado por el Partido Comunista del Perú - Sendero Luminoso, su nombre oficial. Esta ideología de extrema izquierda busca implantar en el país andino la llamada ‘República Popular de Nueva Democracia’, la cual debería nacer en las zonas rurales para dirigirse a las urbanas, utilizando sangrientos atentados terroristas a su paso para intimidar a la población. Y una vez instaurado en el poder, exterminar a todos quienes no piensen como ellos, emulando al genocidio cometido por los Khrmers Rouges en Camboya. Valgan verdades, poco le falto para ello. En cuanto al llamado pensamiento Gonzalo podemos definirlo de la siguiente manera: Esta ideología se deriva, en primer lugar, de una lectura ultra esquemática y simplificada del marxismo, realizada por Guzmán, quien sostenía una creencia en la aparente inevitabilidad de un tránsito evolutivo que llevaría a las sociedades humanas del capitalismo al comunismo; Del leninismo adoptó la idea de que la revolución sería posible por obra de un partido constituido como una ‘máquina de guerra’, conformado por una vanguardia de ‘cuadros’ que serían a su vez la expresión más avanzada del proletariado mundial, destinados a imponer su dictadura sobre la tierra; Del maoísmo recogió principalmente la experiencia de la Revolución China y el concepto de ‘guerra popular’, al cual Guzmán otorga la categoría de principio de validez ‘universal’, junto a la teoría de las contradicciones de Mao, según la cual la lucha de contrarios estaría generalizada en todos los niveles de la materia, la sociedad y el pensamiento. Finalmente, el pensamiento Gonzalo sería la aplicación de todo esto a la realidad peruana, bajo un desarrollo particular elaborado por Guzmán. Luego, él mismo se encargó de que su partido acogiera su propio pensamiento como ideología oficial, en tanto sería ‘la única científica’, una forma superior de apreciar la realidad. Es decir, solo Guzmán y nadie más que él puede tener la razón, no solo porque así lo dicta la propia doctrina, sino incluso por mandato partidario. Guzmán, de manera similar a Mao, consideraba inviable la vía soviética revisionista de ‘transición pacífica hacia el socialismo’, pero a su vez, su doctrina tiene tintes utópicos y mesiánicos, que puede resumirse en cuatro características: Violencia extrema, Culto a la personalidad, Anticapitalismo radical y Ajusticiamientos de clase. En efecto, el pensamiento Gonzalo llamaba al uso de la violencia, mediante la guerra popular, que incluía a campesinos y obreros como sus instrumentos para desatar el terror; El culto a la personalidad alrededor de Guzmán era promovido por las huestes de Sendero Luminoso, al nivel de fanatismo, pero cuando este fue capturado, sus seguidores se vieron en crisis de pensamiento, ya que su ‘dios’ infalible había caído en manos de sus enemigos; Asimismo, el pensamiento Gonzalo categorizaba todo tipo de propiedad o comercio como capitalista, llegando a asesinar a quienes los poseían, destruyendo hidroeléctricas y torres de comunicación cerca a los poblados. La justificación era que todo esto “eran instrumentos capitalistas que debían ser destruidos”. Además, también el pensamiento Gonzalo prohibía a los campesinos de tierras altas de comprar o vender, por el mismo hecho de considerarlo capitalista; Para el pensamiento Gonzalo, toda acción que estuviese relacionado al ‘Estado burgués’ [Estado peruano] era colaboracionismo y quienes lo hacían merecían ser ajusticiados, entre los casos más polémicos fue la ejecución de varias ancianas por darles de comer a miembros del Ejército peruano “para evitar que los mismos soldados las asesinen”, también las múltiples masacres contra comuneros de los Andes - como sucedió en Lucanamarca en 1983 - están relacionados con estos ajusticiamientos de clase. De esta manera se dio inicio a una ola de violencia y terror nunca antes visto en el Perú. Como sabéis, la Lima actual a pesar de todos los problemas que enfrenta, es muy distinta a la existente entre 1980 y 1992 cuando era vista como un lugar vil y violento, donde nadie tenía la vida asegurada y se encontraba a merced de continuos apagones, atentados con coches bomba y asesinatos de gente inocente cometidos por una banda homicida que tomó como modelo a Mao. En todo caso se podía afirmar, sin temor a equivocarnos, que Sendero Luminoso fue un precursor de ISIS, con sus bombas suicidas, su salvajismo, su rígido código de secretismo y el monstruoso culto a la personalidad alrededor de un sádico demente quien creía que "la violencia es una ley universal". Sobre este 'líder máximo', que se presentaba como la cuarta espada del marxismo-leninismo-maoísmo mundial, se sabía por entonces muy poco (como hemos detallado en el primer capítulo de la serie). Guzmán era profesor de filosofía en la Universidad de San Cristóbal de Huamanga, en Ayacucho cuando en 1980, desapareció del radar. Entre los pocos fragmentos biográficos que se le adjuntaron estaba que le gustaba la música clásica y que bebió agua mineral en su luna de miel. Al respecto, un periodista británico - Nicholas Shakespeare - quien residía en Lima en ese momento, e intrigado por su súbita ‘desaparición’, escribió un reportaje de investigación sobre Guzmán y luego una novela, publicada en 1989, del cual sacamos un extracto, entrecomillado claro está: “El autodenominado Presidente Gonzalo padecía de psoriasis, además de tener gusto por los cigarrillos americanos, por lo que no es de extrañar que cuando el 12 de septiembre de 1992 fuera capturado en Lima, en el segundo piso de una casa que aparentaba ser un estudio de ballet , justo cuando su movimiento terrorista parecía a punto de apoderarse de la capital peruana, se supo que su ubicación había sido rastreada precisamente por las colillas de cigarrillos Winston Light encontradas en las bolsas de basura, junto con pastillas para su psoriasis. Pero fue necesario que pasara 25 años para que dos autores peruanos recopilen la desconocida historia de Sendero Luminoso. Durante mucho tiempo, hubo quienes optaron por no hablar acerca de ello ya que tenían miedo de hacerlo por temor a ser asesinados. Ello debido a que por esa época más de 50 periodistas habían sido objetos de 'aniquilamientos selectivos' por parte de los terroristas, al ser considerados informantes de la policía. Pero los periodistas no fueron ni por asomo sus únicas víctimas. Por cierto, llama la atención que Guzmán eligiera a 'Gonzalo' como su nombre de guerra, en homenaje a Gonzalo Pizarro - el hermano de Francisco, quien conquistó a los incas - que se rebelo contra el rey de España intentando independizar estas tierras y proclamarse soberano, aunque perdió la vida en el intento. Este nombre proviene de la antigua palabra alemana para 'guerrear', pero su 'pensamiento Gonzalo' nunca se elevó por encima de los tediosos y abstractos ataques al capitalismo que eran un galimatías para los campesinos analfabetos de las montañas que él insistía en liberar (‘¡Que el equilibrio estratégico sacuda al país!'). O eso, o se ungía en himnos sentimentales como: 'La sangre del pueblo tiene un rico perfume, huele a jazmines, violetas, geranios y margaritas'. Parte de este lenguaje enrevesado es un calco y copa del utilizado por Mao y es lógico que así como Guzmán tomo su ideología y su iconografía utilizada en su propaganda, también hiciera uso de lo demás. Lamentablemente también ha infectado la narrativa de Orin Starn y Miguel La Serna, un antropólogo de la Universidad de Duke y un historiador de la Universidad de Carolina del Norte, quienes decidieron escribir un libro sobre Sendero, pero a pesar de sus credenciales estadounidenses de primer nivel, delatan en su obra una ignorancia que se refleja en su despliegue casual de clichés que no vienen al caso. Aparte del estilo, hay omisiones sorprendentes para una historia que ha tardado ‘más de cinco décadas’ en completarse tal como reseñan. Insistieron sobre la trascendencia de la primera senderista, Edith Lagos, muerta a tiros en un enfrentamiento con la policía y convertida por su juventud en un ‘icono’ senderista. También la forma en que Sendero manipuló los mitos andinos, como el del Pishtaco, para sus fines malévolos, y el hecho de que varios de sus líderes se habían formado para el sacerdocio. Pero en ninguna parte de la obra se menciona al oficial del ejército británico, mayor general Richard Clutterbuck, pionero en el estudio de la violencia política, quien en su visita a Lima para brindar a los jefes de policía como el general Antonio Ketin Vidal el beneficio de su experiencia contrainsurgente. Clutterbuck aconsejó a Vidal a no ejecutar a los sospechosos en secreto, como lo habían estado haciendo los militares en Ayacucho, sino a seguirlos como Sherlock Holmes. Fue precisamente Vidal quien junto con los otros jefes de la policía se opuso a que se ejecutara sumariamente a Guzmán y su cúpula senderista tras ser capturados en 1992, según exigencias del siniestro asesor de Kenyo Fujimori - Vladimiro Montesinos - y los jefes de las FF.AA. Si bien Vidal se impuso evitando ese desenlace, al final tanto él como todos aquellos que participaron en la captura de Gonzalo, cayeron en desgracia del régimen. Más valiosas en el libro son las secciones dedicadas a la primera esposa de Guzmán, Augusta La Torre, o la camarada Norah. Sin su energico llamado a la acción, Guzmán probablemente habría seguido siendo un teórico reservado y provinciano. Augusta, hija un hacendado local, al parecer se ahorcó en 1988, por razones que aún no están claras, aunque su madre declaró en el 2016 que fue asesinada por otra destacada senderista, Elena Iparraguirre, quien como la camarada Miriam, se convirtió en la segunda esposa de Guzmán y en la número 2 del movimiento. Llama la atención además, que Guzmán fue un 'fantasma' para los indios quechuaparlantes que decía representar, ya que no pisó los Andes desde el inicio de sus acciones terroristas. Por el contrario, se escondía en casas de barrios de clase media en Lima, desde las cuales dirigía sus operaciones. Pero a diferencia de Pablo Escobar, Butch Cassidy o Che Guevara, Guzmán fue capturado sin derramar 'ni una gota de sangre' cual una mansa paloma en 1992. Esto fue posible gracias al general Ketin Vidal, quien tras un largo seguimiento, capturo personalmente a ‘la cuarta espada del marxismo-leninismo-maoísmo mundial' sentado cómodamente en un sillón de cuero viendo despreocupadamente la televisión. Al ser detenido, Vidal le dijo: ‘Debes saber que en la vida uno gana y uno pierde y esta vez, señor, ha perdido’. Guzmán se puso de pie y señaló su frente con el dedo y respondió desafiante ‘Puedes matar a un hombre, pero nunca puedes matar a esto’. Hablaba del pensamiento Gonzalo. Y lamentablemente tenía razón, Condenado a Cadena perpetua y recluido en la Base Naval del Callao, desde aquel entonces no recibió visitas en su celda, excepto una vez al año su esposa y una visita semanal de su abogado, Alfredo Crespo. En todo ese tiempo que estuvo recluido en prisión, Guzmán nunca pudo ser entrevistado. En mi última visita a Lima, Crespo se ofreció a hacerle una pregunta mía. Había esperado más de 25 años para esto, mi primera comunicación directa con la divinidad. ¿Qué podría preguntar? Crespo me había dicho que Guzmán leía a William Shakespeare todas las noches. Le dije a Crespo lo que quería saber, quien esa noche se reunió con Guzmán. A la mañana siguiente, desayunamos. 'Le hice su pregunta al Dr. Abimael: ¿cuál es la obra de Shakespeare que más le gusta?’ y me respondió: ‘Ricardo III, seguido por Macbeth’. Vaya ironía. Ambas obras tratan sobre la traición, la usurpación y el vacío del poder” puntualiza Nicholas Shakespeare. Por último, cabe recalcar que a pesar que Guzmán ya se encuentra en los infiernos, su demencial pensamiento continúa vivo e individuos despreciables como Castillo pretenden ponerlo en práctica. No hay que permitirlo. Abimael murió, pero Sendero no. Volviendo a nuestra historia, con el pensamiento Gonzalo, Abimael ya tenía la ideología y ahora era necesario ponerlo en práctica, valiéndose de hordas asesinas para lograrlo y de los cuales nos ocuparemos a continuación (Próximo capítulo: “El ejército guerrillero popular”) :(