martes, 5 de julio de 2022

FERROCARRIL TRANSCONTINENTAL PERÚ-BRASIL: Un viaje hacia ninguna parte

Por un tiempo, se creyó que un proyecto tan absurdo como un tren que destruya la Amazonia, nunca podría ser tomado en serio ni pasaría los filtros costo-beneficio o anticorrupción. Vaya equivocación. Nos referimos al Ferrocarril Transcontinental Perú-Brasil (que conectaría al puerto de Chancay con la ciudad de Cruzeiro Do Sul) recientemente anunciado en el portafolio del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). El cuestionamiento específico no es a la construcción del tramo de Chancay a Pucallpa (que podría ser necesario), sino a la porción que llevaría las vías desde esta ciudad a la frontera con Brasil. Esta abriría un frente de deforestación y ruta para el narcotráfico, además de amenazar peligrosamente al Parque Nacional Sierra del Divisor y la Reserva Indígena Isconahua, entorno vital para la biodiversidad y para la protección de la población indígena en aislamiento voluntario y contacto inicial. Este plan también causa preocupación a entidades del gobierno como el Sernanp, encargada de administrar las áreas naturales protegidas, y la DACI, que vela por las poblaciones indígenas. Se anuncio a modo de excusa para justificar su construcción, que el citado tren “abrirá un eje de desarrollo y de comercio internacional con Brasil”. Se dice además “que será la ruta para la soya y otros productos que Brasil exporta a los países asiáticos por vía marítima. Y, desde el lado peruano, se exportará cemento, fosfatos y otras mercaderías”. Venga ya, ¿no es ese el mismo argumento con el que se justificó la Carretera Interoceánica, con un alto costo monetario y moral para el país aparte de la desforestación de Madre de Dios? Sucede que ni un solo grano de soya ha pasado desde la construcción de la Interoceánica del sur del Perú, y las exportaciones peruanas por esa ruta han sido ínfimas, dados los estrictos controles sanitarios fronterizos. Aparte de un pequeño flujo turístico - y una puerta abierta para la entrada de ilegales -los argumentos económicos fueron un gran engaño. Entonces ¿para qué repetir el plato? A diferencia de la Interoceánica, esta vía no une puntos del país. Al este de Pucallpa no hay poblaciones, aparte de algunas pequeñas comunidades muy tradicionales y el resto es una inmensa selva virgen. Es por ello que el anunciado tren llegaría a un punto de la frontera peruana donde no vive nadie. Esperar a que Brasil haga su parte y que necesariamente ambos países contraten a una compañía, en tiempos y condiciones viables para su construcción y mantenimiento, sería una acción improbable y sin precedentes para el país. Más aun. Ni siquiera la carretera que une Río Branco con Cruzeiro do Sul, en Acre - una ciudad de casi 100 mil habitantes, y la más cercana a la frontera peruana - ha entrado a licitación para ser mejorada ya que permanece intransitable durante varios meses al año debido a sus suelos inundables y de mal drenaje. Entonces, ¿cuáles serían los beneficios de una eventual vía férrea entre Pucallpa y Cruzeiro do Sul? Como lo han mostrado estudios independientes, es un pésimo y costoso negocio. El comentario del magnate Blairo Maggi (rey de la soya en el mundo) al ser preguntado sobre si llevaría soya de Brasil al Pacífico por la Interoceánica fue una sonora carcajada. Y ello lo explica todo. Los costos de llevar vagones cargados a través de los Andes son altísimos, mientras que la combinación de transporte lacustre y marítimo - incluso pasando por el Canal de Panamá - son mucho menores. Cabe la pregunta, ¿quién se beneficiaría de una obra de este tipo? Los constructores y contratistas, como ya lo hemos visto últimamente, son los que hacen el “negocio”. Ahí está el detalle. Pongámosle atención y pidamos transparencia a esta inverosímil obra que amenaza con abrir no solo una ruta perversa, sino un forado económico y de corrupción. También aprendamos del Museo Ferroviario en Porto Velho (en Rondonia) que muestra la fallida historia de los trenes amazónicos, que solo sobreviven si tienen asegurada una carga para transportar, lo que no será el caso del que proyectan construir arrasando una zona intangible de la Amazonia y convirtiéndolo en una ruta segura para el narcotráfico, favoreciendo a quienes financiaron la campaña del filosenderista Pedro Castillo. ¿Sera por ese motivo que ese oscuro individuo este interesado en querer ‘retribuir’ el favor recibido de esa manera? Cabe precisar que en Sin Sentido siempre nos hemos manifestado a favor de la construcción de trenes en el Perú, y así como podríamos apoyar otros proyectos en cartera presentados en la misma ocasión - como el Tren de la Costa (rebautizado demagógicamente como Tren Grau), el Tren Longitudinal de la Sierra (Tren Inca) y el Tren Marcona/Andahuaylas - estamos frontalmente en contra del que pretende destruir la Amazonia ya que no tiene un fin práctico. Aunque pensándolo bien, viniendo estas ideas de quienes ya están con la soga al cuello, de seguro quedaran en el camino como tantos otros demagógicos ofrecimientos :(