Como sabéis, fue en estas tierras que la palabra 'plata' adquirió una nueva acepción: la de dinero o riqueza, ese sentido que hasta hoy se encuentra tan extendido en el lenguaje coloquial. Plata - y oro en cantidades inimaginables - por ejemplo, es lo que tenía el usurpador Atahualpa a inicios del siglo XVI y que ofreció al expedicionario español Francisco Pizarro a cambio de su vida tras su captura en Cajamarca en 1532. Hasta entonces, la plata y el oro existentes en el Perú tenían un sentido idolátrico. Los españoles, en cambio, anhelaban el tesoro por su valor económico y convirtieron muchas piezas de ese tesoro en meros lingotes y monedas. Con ese quiebre comienza "Plata de los Andes", la relumbrante muestra organizada por el MALI y el BCP, que esta abierta el público desde el pasado 18 de julio. La exposición ha sido curada por Ricardo Kusunoki y Luís Eduardo Wuffarden y, aunque incluye algunas piezas prehispánicas que ayudan a entender el contexto en que el Perú aparece en la escena mundial, muy asociado con la riqueza de los metales, está centrada sobre todo en su expansión colonial y republicana. "La exhibición muestra cómo se da una especie de reconversión: hay algún tipo de tradiciones locales prehispánicas que perviven, pero surge también una tradición de carácter europeo, no solo española sino flamenca, alemana, entre otras", explica Kusunoki. El siguiente punto relevante de la muestra es la importancia de la producción minera como factor decisivo para que este país ingrese a un mapa más globalizado. Particularmente clave fue el descubrimiento en 1545 de las minas de Potosí (por entonces parte del Perú), que se convirtió en una de las grandes ciudades del imperio español. Desde Potosí es que partiría la llamada ruta de la plata (en la exposición habrá un video interactivo que detalla ese recorrido), que llevará el preciado metal a lomo de mula hasta el puerto de Arica, y luego continuará por mar hasta Lima, antes de su salida al exterior. Se trata, en realidad, de un circuito comercial mucho más amplio, que cubría toda la zona entre Lima y Buenos Aires. Para Wuffarden, es interesante notar cómo esa red formada por el recorrido de la plata también determinó varios puntos en los que se concentraron fuertes tradiciones. "Todas las grandes peregrinaciones – como la de Copacabana, Cocharcas y otras – siguen en paralelo las rutas comerciales de la plata. Y se traducen también en ornamentos de plata que cubren esos santuarios, explica el curador. Entonces lo comercial y lo religioso nunca estuvieron necesariamente disociados o separados" aseveró. Ese nexo entre lo religioso y el caudal se vive hasta nuestros días y es que habría que destacar que muchas de las piezas incluidas en esta exposición aún son objeto de culto. "Varios objetos siguen cumpliendo las funciones para las que fueron creadas, es decir, tienen plena vigencia en su uso festivo o eclesiástico", dice Kusunoki, mientras explica que han apoyado con préstamos el Arzobispado de Lima, una colección importante del Cuzco, el arzobispado y la Compañía de Arequipa, del Museo de la Universidad Nacional San Agustín, coleccionistas privados y otras colecciones eclesiásticas que prefirieron no ser mencionadas. Es justamente esa procedencia, sagrada y hermética, la que hace tan compleja y valiosa a esta exposición. Sus curadores afirman con seguridad que se trata de la muestra de su tipo más grande que se haya presentado en el Perú. En los años 60, el MALI organizó una comparable, aunque esta fue exhibida en el Smithsonian de Washington y el Metropolitan de Nueva York, sin llegar al Perú. Por su parte, la directora del MALI, Natalia Majluf, enfatiza la denominación de la muestra, que evita el término 'platería' para que no se preste a confusiones con el concepto meramente suntuoso. Porque si bien es cierto que también podrán exhibirse joyas o vajillas de lujo de las élites de la época, lo que predomina en la exposición son algunas piezas raramente vistas: allí está el imponente ajuar de la Virgen de Cocharcas, fascinantes relicarios y custodias, o un excepcional depósito de hostias con forma de pelícano. Tesoros que, finalmente, estarán expuestos para el deslumbramiento colectivo. Recuerda que esta exposición estará abierta hasta el 18 de octubre por lo que no tienes excusa para no visitarla :)