sábado, 25 de marzo de 2023

PERÚ: El Honor no es su divisa

Toda coincidencia con la realidad en esta sórdida e inicua historia no es casualidad. Sucedió en el Perú, con un pobre diablo desesperado porque sus fechorías emergían a borbotones de los desagües y los equipos especiales de fiscales y policías que investigan la corrupción en el poder lo tenían cercado. Sabiendo que había demasiado más bajo la alfombra, buscó ayuda de mafiosos profesionales para que - con los peores métodos de los regímenes comunistas a los cuales pretendía imitar - pudiera deshacerse de sus perseguidores. Como recordareis, el 8 de octubre del 2022, Perú 21 dio cuenta de que el equipo especial de la policía había descubierto que un sujeto llamado Jorge Hernández, alias ‘El Español’ venía reclutando a sicarios para realizar reglajes y atentar en contra de las autoridades que investigan al régimen filosenderista del delincuente terrorista Pedro Castillo. Y añadía que esta suerte de grupo de aniquilamiento venía siendo financiado desde Palacio de Gobierno. La nota incluía, además, a Sergio Castellanos, quien en el Ministerio Público arrastra denuncias por usurpación, homicidio, entre otros delitos. La denuncia fue recibida por algunos con cierto escepticismo, quienes aun dudaban de que Castillo “pudiera haber caído tan bajo”, a pesar de las múltiples denuncias de corrupción de los cuales ya era acusado. Ahora, fruto de la continuidad de las investigaciones fiscales y de notables trabajos periodísticos, sabemos que ese oscuro individuo de limitado lenguaje y nula inteligencia navegaba a su gusto por esos desagües. Parece razonable suponer que haberlo hecho público en ese momento fue lo que evitó que los aniquilamientos se consumaran. Asimismo quedo en nada sus intentos de crear una policía política que cual guardia pretoriana, se encargaría de aplastar sangrientamente toda oposición, como sucede en Cuba, Venezuela y Nicaragua, “gracias” a los instructores cubanos que por ese entonces se encontraban en el país. Es de presumir que como su infame plan terminara estallándole en las manos antes de tiempo, esto convenció al infeliz de que la única salida para lograr la impunidad de sus múltiples y graves delitos era dar un golpe de Estado para instaurar su tan deseada “república popular de nueva democracia” haciendo realidad los deseos de su idolatrado líder, el despreciable genocida Abimael Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso muerto en prisión en el 2021. Pero su fracaso fue rotundo y produjo por el contrario, el ignominioso colapso del régimen. Sin embargo, hasta hace pocos días, el integrante más importante de esta siniestra operación de aniquilamiento había pasado desapercibido para todos. Nos referimos al general Raúl Alfaro Alvarado, que mancilló las cuatro estrellas que se le otorgan a quien tiene el honor de dirigir una institución vital para el país como es la Policía Nacional del Perú con casi 150.000 efectivos. Como buen infiltrado, Alfaro tuvo el cinismo de declarar ante la fiscalía que no conocía a ‘El Español’ y que solo había coincidido con este en una casual foto colectiva, en agosto del 2021. Pero con la captura del mencionado sujeto, todo se le vino abajo, dado que ‘El Español’, buscando salvar el pellejo, aspira a ser colaborador eficaz; lo que, para desgracia de Castillo y Alfaro, conlleva necesariamente aportar evidencias que involucre a ambos. De allí la foto del 6 de diciembre del mismo año, en la que Alfaro comparte mesa con pocos y selectos invitados al cumpleaños de ‘El Español’. Entre otros, estaba el arriba descrito Sergio Castellanos y uno de los sobrinísimos del burro chotano: Cledin Vásquez Castillo, hermano del prófugo Fray. Cledin sería quien a los pocos meses había canalizado hacia su tío Pedro la propuesta de ‘El Español’ para que Alfaro fuera comandante general de la PNP, garantizándole que con él al mando, nadie de su entorno criminal sería capturado. Entre tanto, ‘El Español’ seguía haciendo méritos con Castillo. La hipótesis fiscal sostiene que este usó sus múltiples contactos policiales para ayudar a fugar a Juan Silva y a Fray Vásquez, hoy protegidos en Venezuela por el régimen chavista. Ello nos lleva a mayo del 2022, cuando Dimitri Senmache asume la cartera del Interior. No se sabe bien cuándo empezó, pero la relación de Senmache con ‘El Español’ fue tan estrecha que terminaron ambos y el comandante general de entonces, Vera Llerena, discutiendo cambios de colocación de la PNP, nada menos que en la casa del inefable Sergio Castellanos. Hay pruebas irrefutables de que el asesor en la sombra de ‘El Español’ para ese propósito fue el ubicuo Alfaro. El gran salto de este se dio en agosto del 2022, cuando el nuevo ministro Willy Huerta lo nombra comandante general de la PNP. Ello, más una Digimin al servicio de los intereses mafiosos, debe haber ocasionado que Castillo creyera tener bajo su control al ministerio del Interior, en función del zarpazo antidemocrático que venía preparando. Pero en los días previos al 7 de diciembre, Castillo entra en pánico cuando se lanza en el Congreso la tercera moción de vacancia y, en paralelo, entran en escena dos nuevos colaboradores eficaces de gran importancia para la fiscalía: el jefe de la DINI y Salatiel Marrufo. La gravedad de sus acusaciones hace que muchos congresistas oficialistas anunciasen su decisión de apoyar la vacancia, con lo cual se alcanzaba el número requerido para lograrlo en esta ocasión. Ya no había retorno posible para Castillo y decide armar un equipo de guerra. Pone a la rabiosa maoísta Betssy Chávez en la PCM, recupera al renunciante Aníbal Torres y recluta a Raúl Noblecilla, el álter ego de Guillermo Bermejo, como viceministro de Gobernanza. Y, muy importante, coloco en Defensa a Gustavo Bobbio, hombre de confianza de Antauro Humala, quien se preciaba de que oficiales de su “promoción” estaban en posiciones estratégicas en el Ejército. Castillo imagino ilusamente que el ministerio de Defensa y las FF.AA. también estarían de su parte en su aventura. Pero la realidad fue muy dolorosa tanto para él como para su camarilla golpista. No parece ahora casual que el 7 de diciembre lo primero que hiciese Castillo al concluir su discurso fuera indicarle a Willy Huerta que lo comunicara con Alfaro, a quien ordenó que detuviera de inmediato a la fiscal de la Nación. Pero no recibió respuesta alguna. Castillo, hombre de muy pocas luces, había creído que los vínculos mafiosos de Alfaro garantizaban su apoyo. No se dio cuenta de que nunca tuvo el apoyo ni de las FF.AA ni de la Policía, ni de nadie. Estaba completamente solo y al enterarse de su fulminante destitución por el Congreso se sabía perdido, y lo único que le quedo fue huir cobardemente intentando asilarse en la embajada de Méjico, siendo capturado en plena vía pública como un vulgar delincuente y trasladado a la cárcel por orden precisamente de Alfaro, quien lo traiciono al final al percatarse de que todo había fracasado, pretendiendo ser percibido como una especie de “héroe de la democracia” por arrestar a ese miserable. Lo que no imagino es que la verdad término por salir a la luz quedando al descubierto su implicancia en los planes golpistas. Destituido de todos sus cargos, ahora le espera el mismo destino que tendrán los otros integrantes de aquella organización criminal que pretendía perpetuarse en el poder. (De momento, mientras la resentida social de Bettsy Chávez fue suspendida de su cargo como congresista, era allanada la casa del viejo prostático Aníbal Torres. Como sabéis, este par de demoniacos engendros conspiraron con Castillo y ahora también terminaran tras las rejas... A por ellos)