sábado, 3 de febrero de 2024

PERÚ: El crepúsculo del lagarto

Como sabéis, esta semana, personal del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder (Eficcop) y de la policía lideró un operativo para, entre otras medidas, capturar a cinco personas y allanar 17 inmuebles. Los detenidos fueron funcionarios de Provías Descentralizado durante el régimen golpista de Martín Vizcarra: Carlos Revilla Loayza, exdirector; Alcides Villafuerte Vizcarra, exgerente de obras; Elizabeth Ugarte Manrique, excoordinadora de Abastecimiento y Control Patrimonial (Gerencia de Administración); Juan José Enciso Torres, miembro titular de los comités de selección de las licitaciones públicas de la entidad; y el empresario Hugo Javier Meneses Cornejo. Todos ellos integrarían una organización criminal denominada Los Intocables de la Corrupción, dirigida por ese miserable lagarto y que la integran además de su mujer - Maribel Díaz - sus exministros de Transportes y Comunicaciones Edmer Trujillo y Carlos Estremadoyro, asimismo del exasesor de Carlos Revilla en Provías Descentralizado, Hugo Mario Misad, ‘El Turco’. Ellos, según testimonios recabados por la fiscalía, integran además el núcleo delincuencial conocido como Los Moqueguanos, llamados así porque acompañaron a Vizcarra cuando este fue gobernador de esa región y luego, tras el salto a la política nacional de este, fueron convocados para ocupar puestos de mayor jerarquía. La tesis fiscal sostiene que esta organización criminal dirigió las licitaciones de Provías Descentralizado durante la etapa en la que Vizcarra fue ‘presidente’, entre marzo del 2018 y noviembre del 2020. El Ministerio Público ha puesto la lupa en tres procesos -Tintay, Samegua y Pampas - y cuenta con declaraciones de colaboradores eficaces y de testigos protegidos que dan cuenta de cómo había operado esta red. Hay que añadir, sin embargo, que en la época en la que esta organización había operado, Provías Descentralizado llevó a cabo 16 licitaciones y 91 concursos públicos, por lo que no se descarta que los procesos salpicados por la sombra de la corrupción sean más. Según la fiscalía, Revilla había utilizado su cargo como director de Provías Descentralizado para dirigir los procesos de contrataciones públicas a fin de captar el 3,5% del costo de cada convocatoria en coordinación con malos empresarios. Para ello, Revilla había “captado” a Alcides Villafuerte y a Elizabeth Ugarte, quienes, en su condición de gerente de obras y gerenta de administración, respectivamente, se habrían encargado de “la designación estratégica de sujetos que integrarían los comités de selección de las diversas contrataciones estatales de la entidad”. Todo con el pleno conocimiento de Vizcarra. Una vez cobrados los sobornos, Revilla se había encargado de repartirlos entre sus cómplices, incluido el lagarto, a quien, le llevó el dinero a Palacio de Gobierno en varias ocasiones “en maletas y tubos portaplanos” en visitas en las que el golpista ordeno “que se apagaran las cámaras de seguridad para que no quedara registro de los ingresos de Revilla”. Seguramente en los próximos días irá saliendo más información concerniente a este caso y todavía quedan varios puntos por aclarar, como aquella declaración del testigo TP-03-2023 sobre aquellos funcionarios implicados en su relato que “aún se encuentran trabajando y operando en el actual gobierno”. Pero lo conocido hasta el momento demuestra fehacientemente que Martín Vizcarra había repetido las prácticas corruptas por las que se lo acusa en Moquegua (recordemos que está procesado por haber recibido coimas a cambio de los proyectos Lomas de Ilo y Hospital Regional, que se licitaron cuando él era gobernador regional) a escala nacional. Solo queda esperar que el caso avance rápido ya que en la lucha contra la corrupción no puede haber intocables. Esta demás decir que la presente investigación marcara el final de la carrera política de uno de los personajes más oscuros de la historia reciente del Perú. ¿Cómo podemos olvidar que Martín Vizcarra llegó a la presidencia traicionando y complotando contra PPK? ¿Cómo podemos olvidar que Martín Vizcarra uso su poder para pintarse hipócritamente como un paladín “de la lucha contra la corrupción”, cuando robo a manos llenas las Arcas del Estado desde que estaba al frente del Gobierno Regional de Moquegua? ¿Cómo podemos olvidar que Martín Vizcarra busco un baño de popularidad en un referéndum que término aprobando medidas extremadamente dañinas o innecesarias para el país, como la introducción de una reforma electoral, incluyendo la figura de las PASO, que ya han sido derogadas, o cambiando solo en nombre del Consejo Nacional de Magistratura por una Junta Nacional de Justicia integrada de caviares, que le sea leal a sus intereses políticos? ¿Cómo podemos olvidar que Martín Vizcarra fue el primero que introdujo el cuento del adelanto de elecciones, medida que la izquierda parasita mantiene hasta el día de hoy como una propuesta para desestabilizar a todo el país? ¿Cómo podemos olvidar que Martín Vizcarra quebranto el Estado de Derecho y cometió un Golpe de Estado al cerrar de manera completamente ilegal, hecho reconocido por el Tribunal Constitucional, forzando una figura legal de interpretación auténtica de la denegación fáctica, y dejando la cancha libre para que el filosenderista Pedro Castillo intentara replicar la misma jugada años más tarde? ¿Cómo podemos olvidar que tras haber cerrado el Congreso de la República, y gobernar por Decreto por meses, no se vio satisfecho y volvió a antagonizar a los nuevos parlamentarios, demostrando un completo irrespeto por el Poder Legislativo? ¿Cómo podemos olvidar que la gestión de Vizcarra durante la pandemia fue una de las más desastrosas en todo el mundo, llevando a la muerte a 200 mil peruanos por la falta de oxígeno y capacidad del Estado de adquirir vacunas, donde se demostró que a este miserable sujeto le interesaba más vacunarse él mismo en las sombras, que ayudar al resto de peruanos? ¿Cómo podemos olvidar que las medidas optadas por Vizcarra durante la pandemia fueron tan drásticas que se terminó destruyendo el avance de casi 30 años de progreso económico, dejando en la pobreza a millones de peruanos y obligando a una generación entera de jóvenes a tener que abandonar el país? En ningún país del mundo se utilizó la excusa de la pandemia para paralizar por completo la economía, como se hizo en el Perú, cerrando restaurantes, hoteles, centros comerciales, negocios, entre otros, y hasta el día de hoy se pueden sentir las repercusiones de esta decisión. Finalmente, ¿cómo podemos olvidar que incluso cuando fue vacado por el Congreso de la República, movió todo su aparato político de la mano de Sendero Luminoso y de sus ‘camaradas’ caviares para forzar violentas movilizaciones masivas en todo el país, que trajo como consecuencia la caída de Manuel Merino a menos de cinco días de que accediera el cargo? Es innegable que sin Vizcarra habría sido muy difícil tener un Castillo, dado que, al erosionar las instituciones del país, los senderistas vieron una ventana perfecta para instalarse en el poder, mediante el fraude montado por los caviares del JNE, la ONPE y la RENIEC, cuyos responsables de aquel delito increíblemente aún continúan en sus cargos. Una amenaza que sigue latente hasta el día de hoy, ya que intentaran repetir la jugada, permitiendo que un despreciable asesino de policías y adicto a la marihuana como Antauro Humala sea candidato. Sin duda, el Perú de hoy es un país mucho más pobre, fragmentado e inestable que el que Martín Vizcarra recibió cuando asumió la Presidencia de la República. Corresponde a aquellos que defienden la democracia no olvidar el gran daño que le ha hecho este impresentable sujeto al Perú para que toda la sociedad civil en su conjunto se dé cuenta de que ya llegó la hora de que deba pagar por sus delitos... A la cárcel con el delincuente.