Venga, en un primer momento cuando me hablaron de el, pensé que tenia algún parentesco con el Toro de Osborne - que se encuentra al borde de las autopistas de la Península - pero me equivoque. Y es que en uno de mis viajes que hice en compañía de unos pijos al interior del país, estando en el Cuzco al bajar de la fortaleza que domina la ciudad, note que varias de las casas tenían en sus tejados un par de toros pintados y al preguntarle al guía me contesto que eran colocadas allí como señal de buena suerte porque - según las creencias locales - traen la felicidad, bienestar y protección a sus moradores. Y al preguntarle el nombre de aquellos animales me dijo que eran los Toritos de Pucará, llamados así porque proceden de una localidad del mismo nombre ubicado en Puno, al sur del país, aunque si bien no se fabrican ahí sino que en un poblado cercano. La adquisición del nombre por el cual ahora son conocidos se debe a que en aquellos tiempos la estación ferroviaria de Pucará se convirtió en el lugar ideal para la comercialización de sus productos, y fue así que se adopto la denominación de origen en el caso particular del toro. Esta vasija representativa hecha de barro es una pieza plenamente identificada con la artesanía peruana y es considerado un símbolo de identidad andina que nos muestra a un toro con su lengua afuera, lamiendo la sangre que gotea de sus fosas nasales, la cola enroscada propia de los toros bravos y las decoraciones rojas en el cuerpo, representando la fuerza y el vigor. Actualmente los hay de todo tamaño y color aunque el mas conocido es el que ilustra nuestra nota. Demás esta decir que al día siguiente adquirí uno de ellos y lo conservo como un recuerdo de aquel viaje. Es más, al verlo ahora es que me animé a escribir unas líneas de el ¿vale? :)
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Wednesday, April 20, 2011
MÁGICO Y MISTERIOSO : Aquel Torito de Pucará
Venga, en un primer momento cuando me hablaron de el, pensé que tenia algún parentesco con el Toro de Osborne - que se encuentra al borde de las autopistas de la Península - pero me equivoque. Y es que en uno de mis viajes que hice en compañía de unos pijos al interior del país, estando en el Cuzco al bajar de la fortaleza que domina la ciudad, note que varias de las casas tenían en sus tejados un par de toros pintados y al preguntarle al guía me contesto que eran colocadas allí como señal de buena suerte porque - según las creencias locales - traen la felicidad, bienestar y protección a sus moradores. Y al preguntarle el nombre de aquellos animales me dijo que eran los Toritos de Pucará, llamados así porque proceden de una localidad del mismo nombre ubicado en Puno, al sur del país, aunque si bien no se fabrican ahí sino que en un poblado cercano. La adquisición del nombre por el cual ahora son conocidos se debe a que en aquellos tiempos la estación ferroviaria de Pucará se convirtió en el lugar ideal para la comercialización de sus productos, y fue así que se adopto la denominación de origen en el caso particular del toro. Esta vasija representativa hecha de barro es una pieza plenamente identificada con la artesanía peruana y es considerado un símbolo de identidad andina que nos muestra a un toro con su lengua afuera, lamiendo la sangre que gotea de sus fosas nasales, la cola enroscada propia de los toros bravos y las decoraciones rojas en el cuerpo, representando la fuerza y el vigor. Actualmente los hay de todo tamaño y color aunque el mas conocido es el que ilustra nuestra nota. Demás esta decir que al día siguiente adquirí uno de ellos y lo conservo como un recuerdo de aquel viaje. Es más, al verlo ahora es que me animé a escribir unas líneas de el ¿vale? :)