En las últimas semanas se van conociendo detalles de una intrincada red do corrupción que involucra a los cabecillas del fujimorismo con el narcotráfico. No es de extrañar por ello que los integrantes de esa banda delincuencial al ser descubiertos en sus ilícitas acciones, salgan desaforadamente a través de la prensa basura para tratar de desviar la atención pública de sus delitos, queriéndolo hacer ver como si estas graves denuncias son una campaña del gobierno “contra la primera fuerza de oposición”.(?).
Incluso Keiko Fujimori salio a ladrar rabiosamente afirmando sin prueba alguna que estas acusaciones contra los integrantes de la mafia homicida “son parte de una persecución política”, la frase favorita usada por los delincuentes - como Alan García - cuando se ven acorralados al ser descubiertos en flagrante delito. Venga ya, no hay peor ciego que el que no quiera ver, pero es el caso que la relación del narcotráfico con el fujimorismo es de vieja data. ¿Recuerdan el caso del narcoavión presidencial durante la dictadura de su padre, cuando en mayo de 1996, agentes de inteligencia de la Fuerza Aérea del Perú descubrieron un alijo de 174 kilos de cocaína, escondido en el avión Douglas DC-8-62F de uso exclusivo de Kenyo Fujimori, aquel despreciable Genocida condenado a 25 años de prisión por Crímenes del Lesa Humanidad? ¿Ya se olvidaron que uno de los financio la campaña electoral de la misma Keiko para las elecciones del 2011 fue el empresario Luís Santiago Calle Quirós, acusado de lavar ‘narcodólares’ de una mafia colombiana, que opera en España, Colombia y el Perú? ¿Que me dicen de aquel otro caso ocurrido en el 2013 que involucró al hijo del sátrapa, el congresista Kenji Fujimori , en el cual la Policía Nacional encontró 100 kilos de cocaína pura en un almacén de la empresa Limasa, en el Callao, firma ligada al empresario Miguel Ángel Ramírez Huamán, quien fue candidato de la mafia en el 2011, y cuyo accionista mayoritario era Kenji? Asimismo, en agosto de este año, la policía encontró en Barranca un cargamento con 600 kilogramos de cocaína de alta pureza en una camioneta de propiedad de Alberto Tapia, candidato a la alcaldía de Barranca por el partido fujimorista Fuerza Popular. La mercancía ilícita, según reportan medios de comunicación, estaba dentro de unos balones de gas que eran transportados en la tolva del vehículo. Si bien posteriormente se dijo que fueron 40 kilogramos, sea la cantidad que fuera, aquello es un grave delito que debe ser sancionado. Por ultimo y para no hacer larga la relación que seria interminable, tenemos la grave denuncia formulada la semana pasada por la Procuraduría de Lavado de Activos que acusa al congresista fujimorista Joaquín Ramírez Gamarra de una serie de delitos, por los cuales debe terminar tras las rejas junto a su encarcelado líder. Así, la procuradora Príncipe ha pedido al Fiscal de la Nación que gestione el levantamiento de la inmunidad y de la reserva bancaria y de las comunicaciones del citado legislador, de humilde origen y sorprendente prosperidad, quien ha acumulado una considerable fortuna de la noche a la mañana, La Procuraduría tiene pruebas fehacientes que lo involucran con el narcotráfico. Es por ello que estas graves acusaciones no deben quedar impunes. A estos miserables hay que combatirlos sin descanso y aplicarles todo el peso de la ley. Que los responsables no se escuden en leguleyadas para tratar de esquivar el castigo que merecen. A ellos se sumó otro escándalo que involucra al congresista de Perú Posible José León Rivera.
Es por ese motivo que el Congreso debatirá el próximo miércoles un pedido del gobernante Partido Nacionalista para que se conforme una comisión especial multipartidaria que investigará las relaciones de los congresistas con el narcotráfico, lo cual confirma la firme posición del gobierno de combatir a esta lacra que representa una amenaza para la sociedad. Con la corrupción no se negocia :)