Esta semana, el reconocido jurista Diego García .Sayan. - Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y Director General de la Comisión Andina de Juristas – escribió un interesante artículo en La Republica sobre los trágicos acontecimientos ocurridos en Egipto
(donde miles de personas que protestaban en las calles por el quiebre del sistema democrático fueron gaseadas y asesinadas a balazos por los militares golpistas, crímenes abominables que no pueden quedar sin castigo) y es por ese motivo que he decidido reproducirlo entrecomillado porque vale la pena darlo a conocer ¿vale? : “El sangriento golpe militar de Augusto Pinochet en Chile ocurrido el 11 de septiembre de 1973 ocupa un sitial especialmente simbólico en cuanto a zarpazos dictatoriales en la historia latinoamericana del siglo XX (cuya magnitud de sus crímenes cometidos son comparables a los realizados años mar tarde por Videla y Fujimori).
Un gobierno elegido democráticamente - como el del socialista Salvador Allende, derrocado violentamente con el apoyo de la CIA, bombardeo a La Moneda, encierro ese mismo día de miles en el Estadio Nacional e imposición de una implacable dictadura fascista. Pudimos seguir la noticia en ese entonces. Pero, sin duda, no tan “en vivo y en directo” como lo hubiera permitido la acelerada evolución en las comunicaciones de hoy. Muchas veces se ha dicho que si hubiera existido la cobertura de imágenes y de noticias hoy disponible, hubiera sido muy difícil que algo tan dantesco se pudiera dar –
y especialmente, sostener - sin que el mundo le pusiera un pare a la barbarie. Esa visión optimista tiene algo de sentido y se alimenta, además, en lo que a Latinoamérica respecta, de la existencia de mecanismos de reacción (Carta Democrática) con los que antes no se contaba y de democracias que, con todas sus limitaciones, están más internalizadas en la percepción ciudadana. Sin embargo, cuando se ve –ahora sí “en vivo y en directo”– la masacre en Egipto a partir del golpe militar del 3 de julio, la gran pregunta es cómo puede esto estar ocurriendo en estos tiempos de “globalización”. Las mezquitas se están convirtiendo en morgues. Miles de personas asesinadas en las calles en la última semana desde que arrancó la ofensiva represiva al terminar el relativo remanso del Ramadán. Y nada en el horizonte que apunte a una solución sino hacia una guerra civil. Son dos las explicaciones de por qué las cosas se han encaminado en esta dirección que muy difícilmente apunta hacia la democratización. Una interna y la otra internacional. La variable interna es la decisiva. Una historia casi ininterrumpida de dictadura y de exclusión de un sector importante de la sociedad egipcia, expresado en la Hermandad Musulmana. Al ganar con el señor Mursi las elecciones, a la Hermandad solo se le abrieron un efímero paréntesis de “inclusión” que ya terminó. Todo vuelve al pasado. Incluyendo la liberación del genocida Hosni Mubarak de prisión
(quien gobernó con mano de hierro durante décadas hasta su derrocamiento dentro de la mal llamada “Primavera Árabe”) Más allá de la inoperancia del señor Mursi como gobernante, la cuestión de fondo es el dilema sobre la articulación entre democracia e Islam. Vale decir, sobre las amenazas a los valores democráticos surgidos precisamente de gobiernos islámicos generados democráticamente, que en este caso puso cándidamente a muchos demócratas –erizados por el sectarismo de Mursi– del lado del golpismo antidemocrático. ¿Curso inevitable de las “primaveras” en esa zona del mundo? Habrá que ver. La otra variable es la internacional y, en particular, el infame papel de los Estados Unidos, del que algunos esperaban ilusamente una acción decisiva para enrumbar las cosas hacia la democracia.
Hoy eso no ocurre ni ocurrirá porque esta claro que la Casa Blanca apoyó el golpe. Pesa mucho la particular - e insustituible - significación geopolítica de Egipto. Por su ubicación geográfica (Canal de Suez incluido) Egipto es ruta vital para las operaciones occidentales en Afganistán y las antiterroristas en el medio oriente y África. Sin esa ruta quedarían seriamente afectadas. Aparecen por los palos, además, otros protagonistas de peso en la región como Arabia Saudita, con su propia agenda y que ha abierto ya un generoso ducto de más de 12 mil millones de dólares a favor del régimen del golpista Abdul-Fattah el-Sisi. Bastante más de los 1,300 millones de dólares de EEUU para el ejército egipcio. Es por ello que poco cambiará la decisión de ayer de la UE de suspender las “licencias de exportación” de armas a Egipto. De todas formas, en el mediano plazo un Egipto en caos o con creciente protagonismo de sectores proclives a Al Qaeda (como ya viene ocurriendo), es una amenaza geopolítica muy seria para los intereses norteamericanos y occidentales. Pero podría ser muy tarde para actuar. La violencia engendra violencia y en este caso, nada apunta a un mar calmo“.
Solo me queda agregar que este acto de barbarie no debería quedar impune, sin embargo en Occidente prefieren crear una cortina de humo acerca del supuesto uso de armas químicas por parte de Siria - agredida criminalmente por EE UU e Israel - cuando son precisamente los grupos terroristas por ellos financiados y entrenados, quienes los utilizan. No cabe duda que el mundo camina a su autodestrucción :(