Así como en marzo de este año dedique una entrada a los ‘caviares’ toca en esta oportunidad referirme a sus contrapartes ¿vale? Provenientes de los conos de Lima, puede verse a gente de la más baja condición social, quienes por un táper naranja mas veinte soles y una bolsa de arroz, son traídos como ganado en ómnibus pagados por la mafia para que con sus carteles y trapos naranjas realicen un gran bullicio y se manifiesten donde se les ordene, ya sea en los exteriores del penal de Chorrillos (donde estaba recluida Keiko Fujimori, cabecilla de una banda delincuencial que tiene el control del Congreso, acusada del delito de lavado de activos agravado y por el cual está detenida preventivamente por 18 meses, en espera de su juicio por el cual le pueden dar hasta 15 años de prisión) o bien ahora en la clínica Centenario donde por estos días se encuentra internada la tiparraca, repitiendo grotescamente el gastado libreto utilizado hasta la saciedad por el monstruo de su padre, exigiendo a gritos su liberación, calificándola en su insania de “presa política” (?). Este lumpen fujimorista, a quienes en las redes sociales denominan acertadamente como fujiasnos, fujiburros, fujibestias, fujiratas, fujimulas, fujikakas (llámelos como quiera, cualquier combinación es buena) se caracterizan por el odio visceral que desprenden sus palabras y acciones, insultando con palabras soeces y atacando con gran violencia a quienes no comulgan con sus desquiciadas ideas. Embrutecidos por el alcohol y las drogas, están convencidos de la ‘inocencia’ de su lideresa (hija del despreciable genocida Kenyo Fujimori, condenado en un proceso ejemplar en el 2009 a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad) victima según ellos de “una conspiración caviar” y la defienden con tal ardor como lo han hecho con su progenitor, quien como recordareis, tras ser anulado el ilegal indulto concedido por Kuczynski ha vuelto a la cárcel, del cual nunca debió salir. Ciegos ante la realidad, esos infelices se niegan a aceptar los monstruosos crímenes cometidos durante la sangrienta dictadura fujimorista y por el contrario, para ellos ese cobarde asesino fue el ‘vencedor del terrorismo’ y quien les trajo la paz… de los muertos agrego yo. La caída de ese oprobioso régimen en el año 2000 con la vergonzosa huida del país de aquel maldito ladrón y homicida al estallar el escándalo de los Vladivideos que desnudo la podredumbre de su régimen criminal, no menoscabo el apoyo que tenía y por el contrario, siguieron apoyando esta vez a su hija Keiko, quien asumió el control de la organización mafiosa tras la ignominiosa fuga del sátrapa. Para quien no nació en este país (como el que escribe) y ver ese lamentable espectáculo a diario, cabe preguntarse y con razón ¿porque a pesar de las múltiples evidencias que comprueban hasta la saciedad los monstruosos crímenes cometidos por el fujimorismo durante su autodenominada “lucha contra el terrorismo” - cuyas bestialidades cometidas no tuvieron nada que envidiar a las realizadas por Sendero Luminoso y el MRTA - y las nuevas revelaciones que demuestran los estrechos lazos de esa organización delictiva con Odebrecht, existan descerebrados que aun crean en sus mentiras? Sinceramente a que no lo entiendo. Ello puede deberse a la intensa campaña mediática que realizan sus áulicos tanto en la prensa escrita, la televisión y especialmente en las redes sociales, tratando de justificar lo injustificable, presentando falazmente al genocida como quien con mano dura “pudo acabar con los grupos subversivos” que asolaban el Perú a finales del pasado siglo, pero bien se cuidan en decir a que precio. Para ellos, las desapariciones forzadas, los asesinatos en masa y las ejecuciones sumarias de decenas de miles de inocentes - especialmente en los rincones apartados de la sierra - cometidas por las llamadas “fuerzas del orden” eran mas que necesarias. “Nosotros matamos menos” dijo en cierta ocasión un infeliz sujeto afín al fujimorismo admitiendo de esta manera la barbarie institucionalizada en el Perú por aquellos años. La propia Keiko Fujimori ha declarado en reiteradas ocasiones que esta “orgullosa” de los crímenes cometidos por su padre, asumiendo su legado del terror y el mismo genocida durante uno de sus juicios, declaro sin remordimiento alguno “que lo volvería a hacer” demostrando con ello que la mafia homicida nunca ha cambiado y nunca lo hará. Asimismo, no podemos olvidar que durante su sangriento régimen se llevo a cabo el saqueo generalizado de las Arcas Públicas en medio de una corrupción a todo nivel como nunca antes se había visto en la historia del Perú. A todo ello, podemos agregar las nuevas revelaciones que demuestran no solo los lazos de la mafia con Odebrecht que motivo que Keiko Fujimori termine tras las rejas por liderar una organización criminal dedicada al lavado de activos, sino también se tiene la certeza de que ella y sus secuaces aparecen en la lista de los Codinomes - un registro de pagos ilícitos que tienen a sus destinatarios ocultos con seudónimos - que fueron entregados recientemente por dicha constructora al Ministerio Público, lo cual ha generado mucho nerviosismo tanto en el Congreso como en la clase política, ya que en los próximos días se dará a conocer en detalle a quienes pertenecen y cuanto recibieron cada uno de ellos, permitiendo conocer plenamente a los involucrados en los hechos de corrupción, donde además veremos su modus operandi y el mecanismo que construyeron estos miserables para favorecerse a costa del país. No nos debe sorprender si la mafia homicida en pleno aparezca en la citada lista. Visto así las cosas y con todos estos cuestionamientos ¿cómo puede ser posible que esta banda delincuencial aun tenga arraigo en la población? ¿Sus seguidores no piensan por ellos mismos y no se dan cuenta que son victimas de un engaño? Si bien quedan cada vez menos de estos especimenes, están ciegamente convencidos que el fujimorismo “no solo liquido al terrorismo, sino que también lo hizo con la grave crisis económica que atravesó el país en los años 80” una falacia que repiten sin césar. Ahora con la hija del genocida ad portas de salir de prisión por obra del TC, sus rebuznos se han vuelto cada vez mas altisonantes, creyendo ilusamente que ha llegado la hora de asaltar el poder, vacando en el Congreso al improvisado de Martín Vizcarra, cuya incapacidad nadie discute y reemplazándolo por Mercedes Aráoz tan cercana a ellos, copando el Estado para preparar el fraude en las elecciones generales del 2021. La mafia esta cada vez mas exultante y sabe que esta es su ultima oportunidad ¿Los peruanos se lo permitirán? (En cuanto a los fujiasnos, según varios especialistas consultados, no tienen cura y seguirán haciendo el ridículo hasta el final de sus días):)
Desde quioscos en centros comerciales hasta formatos Drive-Thru en carreteras, esta flexibilidad de Starbucks de la mano de las nuevas oportunidades comerciales y el incremento en sus ventas son, probablemente, las razones que han llevado a que la cadena de cafeterías acelere su ritmo de expansión en el Perú, como hace dos años. Así, entre este 2019 y el 2020, la franquicia estima abrir 16 puntos de venta, uno ya activo, sumando así un total de 120 [a la fecha son 105], revela su gerente de marca en el país, Fabiola Mauricio. En efecto, Starbucks inaugurará en lo que resta del año siete locales, entre ellos, un nuevo formato en el Jockey Plaza (camino al centro financiero, listo este mes), en Plaza Vea de la Av. Jacarandá (Surco), en Patio Panorama y en Real Plaza Ate (dos formatos, para octubre). “El crecimiento está concentrado aún en Lima y en lugares nicho, pero seguimos buscando oportunidades en provincias, y depende mucho del potencial”, dice la ejecutiva. Recordemos que la selva, por ejemplo, sigue siendo una región por explorar para Starbucks, manejada en el Perú por Lasino del grupo Delosi. Las innovaciones de Starbucks también vienen a nivel de servicios para mejorar la experiencia del cliente. Así, Fabiola Mauricio revela que a fines de agosto iniciaron un plan piloto de delivery en una de sus tiendas y, dentro de poco, lanzarán ‘Starbucks Mobile App’. Este aplicativo es la evolución de su programa de lealtad ‘Rewards’, que permite a sus clientes pagar desde el celular a través de un código de barra, recargar su tarjeta virtual Starbucks, ubicar las tiendas, ver sus movimientos, descuentos, entre otros beneficios exclusivos. "La expectativa con el app es incrementar en un 60% los miembros de nuestro programa de lealtad este año", estima. La diversificación de productos en la carta de Starbucks, además de su versatilidad a nivel de formatos, también ha sido un punto clave y la fórmula perfecta para que la cadena crezca a un dígito. Como sabéis, la cadena incorporó ensaladas en algunas de sus tiendas, generando una nueva ocasión de consumo: el almuerzo; además amplió la línea de postres entre otros alternativas de productos. Cabe recordar que en otros países ha lanzado el concepto Reserve Roastery, una experiencia inmersiva dedicada a preparar café ‘Starbucks Reserve’ de todo el mundo. De momento existen cinco de estos selectos locales ubicados en Milán, Nueva York, Seattle, Shangai, Tokio y próximamente en Chicago. En estas tiendas además de servir café, esta disponible una gama de granos selectos que se tostarán en el lugar. Asimismo, los comensales podrán presenciar los diferentes métodos de trabajo y pondrán optar por un menú de cafés finos y pasteles horneados. Es importante indicar que el formato “Reserve” de Starbucks incluye en su tienda, el consumo de bebidas alcohólicas que se sirven a partir de las nueve de la noche, así como la venta de café selecto en una locación de lujo con decorados tradicionales y en exhibidoras se comercializan postres y café en bolsa. Que llegue este formato al Perú solo es cuestión de tiempo :)
Weezer, una de las bandas de rock alternativo con mayor trayectoria de los últimos tiempos, llega a Lima para presentar su último lanzamiento Weezer (The Black Album) el 22 de septiembre en el Jockey Club, como parte de su tour mundial en sus más de 27 años de formados. Esta es una de las paradas que tendrá el periplo de Weezer por Sudamérica en el 2019, ya que a los pocos días aterrizará en Brasil para tocar en el festival Rock en Río. A Weezer no les pesa demasiado el paso del tiempo, no da la sensación que envejezcan. Ellos siempre han mantenido como marca de identidad ese espíritu juvenil que les definía y desmarcaba de sus compañeros de generación. Se asomaron al circuito del rock alternativo a principios de los noventa, al margen de modas y a su aire, sin asumir claramente el estilo. No pertenecían a aquella hornada exuberante del grunge ni tampoco a la incipiente del indie, a pesar de los nexos coincidentes con ambas escenas. Salvo en casos concretos, sus canciones no duraban más de tres minutos, centelleantes y con ese afecto por las melodías refrescantes, con estribillos reconocibles al instante, tenían una imagen de chicos buenos que van a la universidad que jamás han roto un plato. Al mando de los californianos está Rivers Cuomo, un chico con comportamientos extraños, muy inseguro y con muchas fobias, si bien él tenía una virtud que no tenían otros, una fórmula mágica para componer canciones de éxito; tanto podían sonar en la radio como también, tenían el beneplácito de la crítica. Su manera de entender la vida tampoco pasa desapercibida, ni antes ni ahora. “Un día mío en Los Angeles consiste en levantarme y arreglar mi habitación, después riego las plantas, y cuando estoy preparado, salgo en bicicleta en dirección a la playa. Si estoy inspirado y de buen humor, luego escribo una canción”, dice. En su álbum de debut bautizado como su Blue Album (en buena parte de sus lanzamientos hay un color que lo describe) con Ric Ocasek de The Cars como productor estaba Buddy Holly, un single irresistible con homenaje a uno de los pioneros del rock, acompañado de un video-clip dirigido por Spike Jonze que fue grabado como si fuera un capítulo de la serie de los setentas Happy Days. A renglón seguido, el serpenteante Pinkerton y la influencia de The Pixies, y para continuar la racha, ponen el color verde de moda en Green Album con su disco más comercial, Island in the sun (objeto de una campaña de publicidad para una marca) en el 2001. A partir de entonces, dudas acerca de su dirección musical y algunos desengaños, acumulan varios experimentos fallidos. Hasta el 2014 cuando recuperan la sonrisa con el premonitorio y exquisito Everything will be alright in the end, en el crucero que tiene el grupo, donde se reúnen sus seguidores fue su mayor fuente de inspiración. Aprovechando ese nuevo impulso, lanzan su White Album en el 2016, para continuar al año siguiente con Pacific Daydream y tuvo que llegar este año para lanzar no uno, sino dos discos: Weezer (Teal Album), con covers de hits ochenteros, y Weezer (Black Album), con canciones originales producidas por David Sitek. Aunque han sido recibidos tibiamente por los críticos, son los trabajos que están presentando por el mundo y los que traerán por primera vez a Weezer al Perú. De todos modos, lo que todos esperarán escuchar en el concierto serán las canciones de sus primeros álbumes, aquellos que en los años 90 los convirtieron en iconos de la escena alternativa y que de seguro también estarán presentes en el Jockey Club. Ahí nos vemos :)