No cabe duda que a estas alturas, en el país andino ya están posicionándose algunas candidaturas para las elecciones del 2026. Si por un lado los parásitos caviares y sus “socios” senderistas - con el apoyo del JNE - patrocinan a un despreciable asesino de policías y sucio drogadicto como Antauro Humala, por el otro lado, los del partido estrellado estarían pensando en lanzar a la “compañera” Patricia Benavides (suspendida Fiscal de la Nación), mientras que los del fujimorismo no ocultan su deseo de tener como candidato nada menos que al mismísimo Kenyo Fujimori, el cual a sus 85 años se muestra confiado en volver a Palacio. Otros aspirantes no pintan para nada ¿Os imagináis semejante escenario? Personalmente me parece contraproducente que la derecha no tenga mejor representante que un anciano de avanzada edad y evidente salud resquebrajada. Si al final llega a presentarse, no se sorprendan si lleva a su hija Keiko en la plancha, para de esta manera asegurarse que por fin se cumpliría su sueño de ser presidenta luego de varias tentativas infructuosas, más aun teniendo en cuenta que su padre de ser electo, podría no terminar su periodo presidencial por los años que tiene. Sin embargo, existe un detalle que hay que resaltar y es que en esta ocasión, Fujimori repetiría la misma estrategia utilizada en los años 90 contra Vargas Llosa y es el de presentarse con un disfraz populista de “izquierda” para neutralizar a Humala. En efecto, este fujimorismo 2.0 sería aparentemente un regreso a sus orígenes que cosechó en la izquierda y derecha, con el patriarca liderando y su hija cumpliendo con la alternancia. Como su nuevo logo, Fuerza Popular pretende hacer creer “que se ha inclinado a la izquierda”, aconsejado por el patriarca de la familia. Un giro hacia el populismo, únicamente con fines electorales. Este aparente viraje busca ocupar el espacio que va desde la centroizquierda hasta la centroderecha y que nadie ocupa porque todos se han ido a los extremos. Pero ¿tendrá éxito en esta ocasión? Algo de eso se percibe en la reciente estrategia de golpear a las grandes cadenas farmacéuticas, iniciativa que no habría provenido de Úrsula Letona, como erróneamente fue consignado. “Yo no le he sugerido a Keiko que se pelee con las farmacias”, aclaró la excongresista. Los memoriosos recuerdan que el fujimorimo auroral de Kenyo surgió desde allí, entre los comedores populares de Huaycán y los arenales de Villa El Salvador, con tres ministros zurdos y el protagonismo de las tres Marthas “venidas desde la izquierda”. Un reconocido politólogo peruano decía que, si María Elena Moyano hubiera sobrevivido, se habría acercado al fujimorismo. Era un fujimorismo con rostro de mujer, además. Y es que fue el propio Kenyo Fujimori - el creador del Ministerio de la Mujer - quien trajo la infame “ideología de género” desde la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing, en 1995. Como Odría y el voto femenino, Fujimori entendió que, en un país de padres ausentes y madres coraje, “hay un espacio para una reivindicación femenina desde la derecha”. Este nuevo fujimorismo 2.0 sería entonces un interesado regreso a las bases, demagógicamente hablando. Un fujimorismo populista que combine la femineidad de la hija con la fuerza del padre. “Kenyo Fujimori podría ser el candidato presidencial en el 2026 y su hija Keiko podría asumir la candidatura vicepresidencial”, ha teorizado Enrique Ghersi. “Y cumplirían así con la alternancia, además”, concluye. Según ha trascendido, el tercero en la plancha podría ser Alberto Otárola, quien se ha acercado al partido más de una vez. “Como Perón e Isabelita”, ensaya Ghersi. La teoría del reconocido abogado descansa sobre la noción de que el patriarca Fujimori tendría mucho más llegada electoral que su hija. “Creo que Kenyo Fujimori tiene un capital político mayor que el de Keiko”, desarrolla Ghersi. “Eso es objetivo. Y Keiko es una mujer inteligente que debe darse cuenta. El fujimorismo con Keiko es 10% en primera vuelta. Claro, con eso pasa a la segunda vuelta, pero ahí tenemos el mismo escenario del de las últimas tres elecciones. Con su padre seguramente tendrían mucha más votación. Creo que él le pone un 20% o 25% al fujimorismo, con lo cual el partido tendría mayoría parlamentaria. Y volveríamos a un escenario como el del gobierno de PPK, con un fujimorismo que maneja 80 congresistas en el Parlamento”. Una cuestionada periodista televisiva, sin embargo, echa por tierra esa teoría con un trascendido a tomar en cuenta. Un encuestador le ha mostrado una cifra mucho menor para la figura de Kenyo Fujimori. No se sabe a ciencia cierta la veracidad de la muestra y el universo en cuestión, pero la teoría del “analista” caviar sugiere “que la nueva generación no recuerda ni le interesa conocer al factótum de un gobierno de hace más de 25 años”. Sin embargo conociendo la posición política de ese sujeto y su conocida animadversión al fujimorismo, su opinión es sesgada al igual que esa sospechosa encuesta para que dé a conocer resultados al gusto del cliente, quien al final le paga por hacerlo, porque como podéis imaginar, esa muestra como cualquier otra encuesta no es gratis. Mientras el horizonte político se esclarece, el segundo tomo de las memorias del patriarca de los Fujimori ya se está trabajando. Y se espera que su lanzamiento a fines de este 2024 provoque un revuelo. El desaparecido ‘Nano’ Guerra García estuvo a cargo de gran parte de ese trabajo de edición. . Se reunió varias veces con el mismo Fujimori, le llevó anotaciones y hasta recordaron episodios editorializados por El Peruano, el diario oficial que el vicepresidente del Congreso dirigía. Entre el anecdotario, una frase se coló: ‘Dígale al general José Williams que no se atribuya toda la operación Chavín de Huántar’. No es la primera vez que Fujimori siente que le han arrebatado los hitos de su gobierno. Eso explica su movimiento en Tik Tok y su nueva página alberto.fujimori.pe. donde trata de limpiar su imagen… trabajo le va a costar. Paralelamente, y mientras negocia con Fujimori su testimonio en torno al caso Pativilca, Vladimiro Montesinos también está redactando un nuevo libro. Esta nueva publicación sería el colofón al caso Leonor la Rosa, episodio que lo ha envalentonado. Tras ser absuelto del caso, los medios naranjas ‘levantaron’ el tema, desmontando la narrativa caviar. Montesinos saldrá de prisión el próximo 24 de junio del 2026. Y, según ha trascendido, quiere hacer política. Al igual que Kenyo Fujimori. Ambos siguen unidos en estrategias paralelas y destinos políticos. Como recordareis, el primer tomo de las memorias fujimoristas se llamó “La palabra del Chino: el intruso que fundó el Perú moderno”. Este volumen de 584 páginas estuvo inicialmente en manos de dos grandes editoriales para su publicación. Según el representante de una de ellas, los naranjas querían manejar todo el proceso y no se iban a contentar con el 10% de las regalías. Se les advirtió que un reciente libro con la cara de Fujimori habría vendido más de 60 mil ejemplares, a pesar de la mediocridad de su contenido. Pero se inclinaron por la autoedición, lo que limitó su distribución, impacto y recepción en medios. Por cierto, la forma como lo trata Willax, el canal que lo respalda incondicionalmente, es una clara señal que, la presencia de Fujimori en las elecciones del 2026 será no de espectador ni de asesor de su hija, sino como candidato, ya que afirma que está en condiciones de volver a gobernar al Perú. “Estimados amigos. Para ampliar mi defensa, expuestas en las audiencias judiciales en que se dispone de un tiempo limitado, he decidido reabrir mis redes sociales oficiales“, dijo en esa ocasión. Como se recuerda, hace algunas semanas Fujimori recorrió distintos puntos de la capital, principalmente el centro comercial Jockey Plaza, en Surco, donde fue aclamado por la gran multitud, quienes muy emocionados se acercaron a saludarlo, agradecerle por su gestión y pedirle fotos. Todo esto demuestra que ha comenzado a construirse el camino para que Fujimori comience a visitar lugares donde exista público más numeroso y vaya “recuperando” al electorado que el fujimorismo considera propio, y que no voto por su hija, pero si lo haría por él. Este apoyo recibido de parte de mucha gente que ni había nacido cuando gobernó y de muchos que lo recuerdan por haber vencido al terrorismo lo habría entusiasmado y decidido a ser el candidato naranja en los próximos comicios, digan lo que digan tanto su hija como los integrantes de su partido, donde él siempre ha tenido la última palabra, incluso cuando estaba en la DIROES y ahora que recupero su libertad, con mayor razón. Como en todo partido caudillista que se respete - y Fuerza Popular lo es - nadie osaría a contradecir al jefe ¿No os parece? Que se confirme su candidatura es solo cuestión de tiempo... a temblar caviares.
Se trata de uno de los centros turísticos más reconocidos de Junín. Nos referimos obviamente al Convento de Santa Rosa de Ocopa, que en el 2025 cumplirá 300 años de fundado. Su historia, valor religioso y cultural hacen que sea un lugar perfecto para conocerlo. Ya de por sí visitarla es una grata experiencia, sin embargo entrar a recorrer las instalaciones del recinto religioso es volver al pasado y conmoverse con las vivencias de los antiguos franciscanos de 1725. Su fundador fue Fray Francisco Jiménez de San José, cuya imagen se encuentra en medio del patio central del antiguo convento, con la mirada hacia la entrada de aquella instalación suspendida en el tiempo, con sus techos de teja, sus robustas pilastras y piso empedrado. Aún se conservan los muebles, herramientas y enseres de aquellos años cuando los franciscanos usaban este lugar como un centro de operaciones, para preparar sus misiones que luego llevarían a la selva central. Cuentan que cada cuarto del ahora llamado Claustro de la Obrería, tiene su área específica como: las habitaciones, cocina, comedor, parroquia, enfermería, herrería entre otras. Solo viendo los artefactos que se conservan en buen estado nos percatamos que los franciscanos trabajaban muy duro, ya que realizaban tareas en todas las especialidades como hacer pan, sus propios muebles, tejidos y lo que requerían diariamente; además de estudiar, curar a los heridos, trabajar la tierra y cuidar a los animales. Según su historia, el 19 de abril de 1725, bajo el impulso de fray Francisco de San José, se autorizó la apertura de un hospicio de conversiones en Ocopa para que en él se pudiesen curar los enfermos que salían de la montaña, y prevenirse los que hubiesen de entrar en ella. Al año siguiente, fue ampliado el hospicio y, en 1732, se solicitó al Rey de España el permiso para establecer en el hospicio un seminario de misioneros. Mención aparte merece el padre Francisco de San José, quien ya había trabajado en restaurar las misiones de panayahua, de Chanchamayo y Perené, y en fundar las de Pozuzo y Tilingo. Abrió nuevos caminos y, con los refuerzos que recibió desde España, continuaron fundando los pueblos de Chanchamayo (1732-33), en las riberas de los ríos Perené, Pangoa y Huallaga. De Ocopa, además, partieron las expediciones al Gran Pajonal y a las pampas del Sacramento, llevadas a cabo por los padres Juan de la Marca y Simón Jara, respectivamente. Al momento del fallecimiento del padre San José (1736), su obra siguió en expansión, pero al poco tiempo (1742), la rebelión de Juan Santos Atahualpa casi lo desbarató, ya que su levantamiento afectó las regiones de Chanchamayo, Perené, Pangoa, Gran Pajonal, Pachitea, Palcazu y Alto Ucayali. Pero su posterior fracaso y misteriosa desaparición, posibilito reanudar la obra misionera. Algunos se preguntaran por qué el convento se erigió en la localidad de Santa Rosa de Ocopa; una vez que lo conozcas sabrás el por qué. Está ubicado en una zona de imponentes paisajes, excelente clima y ubicada estratégicamente en un punto desde donde salieron los misioneros franciscanos a evangelizar en la Amazonía. Desde aquella época, el convento de Santa Rosa de Ocopa sufrió innumerables inconvenientes como el de 1824, cuando los franciscanos sufrieron persecución y fuera clausurado el recinto por el dictador Simón Bolívar, quien ordeno que se convirtiera en un colegio para “los hijos patriotas de la zona”, cosa que no sucedió. Luego de permanecer cerrado por 12 años, en 1832 los frailes retornaron su labor. Ya en 1849 es reconocido oficialmente por decreto promulgado por el presidente Ramón Castilla y de aquí para adelante fue creciendo y expandiendo su misión. Para 1770 ya era famoso por su interesante colección de pinturas. Es por eso que actualmente, además de un recinto de fe, se le puede considerar un museo. En una de las áreas más modernas, el claustro del olivo -construido ya en el siglo XX y llamado así por mantener un olivo del siglo XVIII-, hay una colección de cuadros de la escuela cusqueña inspirados en la vida de san Francisco de Asís, patrono de la orden que levantó el convento. En total son más de 400 las pinturas que acoge el monasterio, entre ellas varias de las escuelas ayacuchana y quiteña. Otro atractivo que se conserva dentro del convento es su enorme y gran biblioteca que alberga al menos 25 mil volúmenes de obras bibliográficas entre escritos e investigaciones que se realizaron en la zona y parte de la selva, así como también escritos tanto en latín como en castellano en los siglos XVI, XVII y XVIII. Allí, el visitante puede encontrar obras religiosas, sobre teología, historia, medicina, filosofía, ciencias naturales, literatura y lingüística. Entre las joyas del sitio destacan la Summa angelica (1490), de Angelo Carletti, y un ejemplar de Tercer catecismo, el segundo libro impreso en el Perú. También guarda una buena colección de mapas y artículos etnográficos. Un espacio digno de visitar, sin ninguna duda.