Venga ya, en estos días en lo que en los medios de comunicación no se habla de otra cosa que del inminente fallo de la Corte de La Haya respecto al diferendo marítimo entre Perú y Chile, que me parece una noticia sobredimensionada en todo sentido - cuando los únicos favorecidos van a ser los grandes empresarios pesqueros, cuyas flotas podrán faenar a su gusto en las disputadas aguas –
ha originado que algunos políticos inescrupulosos como Alan García quieran sacar provecho de ello y han aprovechado el momento para lanzar descabelladas propuestas como el de “embanderar calles y plazas”, cuando precisamente durante su corrupto gobierno -de triste recordación- fue genuflexo y fiel servidor de los intereses chilenos, por lo cual es el menos indicado para hablar del tema. Precisamente, Claudia Cisneros publico este viernes en La Republica una interesante nota donde desnuda a este farsante, por lo que he decidido reproducirla entrecomillada ¿vale?: “Populista, innecesario y provocador ha sido el pedido de García Pérez de embanderar calles y plazas el día que el máximo órgano de justicia internacional de las Naciones Unidas dé a conocer su fallo sobre un diferendo marítimo con Chile. Este fallo ya de por sí lleva implícita mucha carga emocional, además de la carga política con la que, por años, políticos y militares en ambos países han intentado contaminar y manipular el camino de la resolución de este litigio. La carga emocional implícita se remonta incluso, para algunos, mucho más atrás que el diferendo marítimo. Por eso, no hubiera tenido nada de inapropiado que el embanderamiento lo propusiera un ciudadano cualquiera, un militar retirado o un nacionalista exacerbado. O quizás alguien sin experiencia o comprensión de las relaciones internacionales e instancias supranacionales que hoy reemplazan las sangrientas guerras del pasado. Pero lo hizo quien gobernó desastrosamente el país en dos oportunidades y precisamente a quien le tocó en la historia plantear oficialmente la demanda. Se supone que es alguien “extensamente versado en relaciones bilaterales, internacionales y fronterizas” – es un decir - y que por su “experiencia” como gobernante sabe lo que está en juego a partir de la resolución de esta demanda; la delicadeza de las circunstancias, dado el engranado intercambio comercial entre ambos países; y la importancia de mantener los ánimos serenos y aguas calmas en ambos lados de la frontera, cualquiera sea el fallo el día 27. Pero su afán de protagonismo y demagogia populista que encarna a la perfección pudo más que sopesar cómo podía interpretarse en el otro lado que promoviera un alarde de patrioterismo trasnochado en el momento más inoportuno y cuando todo parece indicar que las cartas parecen estar echadas a nuestro favor.
Mientras en Chile los ex presidentes se reúnen y declaran alineados al interés de su país,en el Perú, por el contrario, Alan García (el bufón del viejo y decadente partido de la estrella) lo hace en su interés personalísimo y quien a pesar de las críticas desatadas por su absurda proposición, insiste en ello. Y es que lo que de verdad apena es ver a este impresentable sujeto de voluminosa y deforme figura,lanzar efectistas propuestas populistas, innecesarias, provocadoras, que solo promueven tensión y exacerbación de ánimos nacionalistas-chauvinistas antes de la resolución de un conflicto que los más civilizados queremos que acabe de una vez, acabe bien y acabe en paz También avergüenza que argumente un barato ‘patrioterismo’ sin pensar en la crispación y consecuencias que su propuesta puede generar a la comunidad de más de 100 mil peruanos en Chile.
Y sobretodo indigna una vez más comprobar que la política en el Perú sigue siendo la obsesión personal de inescrupulosos candidatos capaces de manosear sin asco valores como el patriotismo o símbolos como la bandera, por su desvergonzado ego, apetito desmedido de poder, indeseable protagonismo y tratar con ello de crear una cortina de humo para desviar la atención pública de los graves delitos por los cuales deberá responder ante la justicia” puntualiza la nota.
Solo me queda agregar que García debería ser así de locuaz a la hora de declarar sobre su comprobada responsabilidad en el caso de los “narcoindultos” ¿no os parece? :)