Esta semana, el acreditado diario británico Financial Times publicó un muy comentado editorial titulado Peru deserves a fresh political start (Perú merece un nuevo comienzo político) acerca de la preocupante situación que se vive en el país andino por obra y gracia del régimen filosenderista de Pedro Castillo, quien empeñado en instaurar a como dé lugar su “república popular de nueva democracia” lo está conduciendo directo al abismo. Precisamente por ello, me he permitido reproducir in extenso la nota - traducido y entrecomillado claro está - para que os deis cuenta como se ve aquí en Europa la tragedia que se está escenificando en el Perú ¿vale?: “Para cualquier lector de un país civilizado y que este mínimamente informado de lo que sucede a su alrededor, si este hubiera sufrido la epidemia de Coronavirus más mortífera del mundo, se podría esperar un cuidado especial en la elección de un ministro de salud que sea especialista en la materia y sepa cómo combatirla. Lamentablemente ello no ocurre en un país empobrecido como el Perú, ubicado en la periferia del mundo, que para su desgracia se encuentra desde mediados del pasado año en manos de un régimen de izquierda radical afín al chavismo venezolano y con profundos lazos con el terrorismo maoísta de Sendero Luminoso que ensangrentó al país en la década de los ochenta del pasado siglo, ocasionando más de 80 mil muertos. Pero a pesar de sus negros antecedentes, llamo la atención como este grupo filoterrorista haya ganado unas cuestionadas elecciones signadas por el fraude, con la complicidad del gobierno anterior que era del mismo corte, presidido con un confeso admirador de terroristas como Francisco Sagasti. Por ello no era de extrañar que apenas Pedro Castillo accediera ilegalmente al cargo, haya nombrado a una serie de cuestionados elementos como ministros, todos con un amplio prontuario, quienes en cualquier país serio que se respete, estarían hace mucho tras las rejas cumpliendo sus condenas. Pero se trata del Perú, un país bananero donde la informalidad y la improvisación son la norma general. Pero como era de imaginar, en medio de escándalo tras escándalo fueron cayendo los ministros nombrados, pero quienes los sucedieron, son peores que ellos. Este es el caso del folklórico Hernán Condori, un indígena analfabeto nombrado como ministro de salud, con tan negros antecedentes que se han levantado voces autorizadas exigiendo su remoción inmediata como es el caso del Colegio Médico del Perú que solicito su renuncia, debido a que había ofrecido servicios ginecológicos no autorizados, promovido a curanderos y que ni siquiera se encuentra mínimamente calificado. Muchos peruanos desengañados ahora dicen lo mismo del quien lo nombró, Pedro Castillo. Sucede que cuando este maestro de escuela primaria rural ganó mediante el fraude las elecciones el año pasado, algunos ilusos esperaban que pudiera construir una coalición que se extendiera mucho más allá de su partido marxista-leninista-maoista-Pensamiento Gonzalo llamado Perú Libre y gobernar de manera pragmática. Pero los escépticos señalaron rápidamente su inexperiencia y total falta de capacidad, así como la influencia que tiene sobre él un oscuro personaje envuelto en múltiples casos de corrupción llamado Vladimir Cerrón - quien es el sombrío jefe del partido formado en Cuba - y predijeron por ello su fracaso. A siete meses de la toma de posesión de Castillo, los hechos les han dado la razón. El desastre es tan evidente que Castillo va por su cuarto primer ministro, su tercer ministro de relaciones exteriores y su segundo ministro de finanzas, mientras el régimen se tambalea de crisis en crisis. Es más, el tercer primer ministro fue designado a principios de este mes, pero duró solo cuatro días luego de que surgieron acusaciones de que había masacrado a golpes y patadas a su esposa e hija, tal como consta en las denuncias policiales. Pero su reemplazo es otra figura conflictiva que evidentemente se encuentra mal de la cabeza y probablemente no sobreviva mucho tiempo a pesar de que se otorgue la confianza. Para variar, casi a diario surgen nuevos escándalos, en su mayoría acusaciones de incompetencia o corrupción generalizada que envuelven al oficialismo. Mientras, el régimen se encuentra paralizado políticamente, este acontecimiento irónicamente ha calmado a los inversores que temían medidas radicales, que se habían anunciado en su campaña, pero que aun no se han tomado como el cierre de medios de comunicación, nacionalizaciones de empresas privadas o la confiscación de ahorros en los bancos. Cabe recalcar que ello no ha sucedido no porque Castillo no haya querido hacerlo, sino que no ha podido ya que se lo impiden tanto en Congreso como la actual Constitución. Es por ello sus ataques y su indisimulado deseo de cerrar el Parlamento para redactar una nueva Carta Magna mediante una ilegal asamblea constituyente de corte izquierdista que le permita instaurar un régimen comunista en el Perú y quedarse permanentemente en el poder. Pero hay que reconocer que los problemas políticos de ese país no comenzaron con Castillo, sino que es el símbolo de un desorden institucional más amplio. La desintegración de los partidos tradicionales, el desprestigio de la clase política en medio de recurrentes escándalos de corrupción y el constante enfrentamiento de presidentes con un Congreso hostil que provocaron la caída de varios de ellos en tan corto periodo de tiempo, han creado una crisis de gobernabilidad que amenaza a la frágil democracia peruana. Parte del problema es la Constitución de 1993. Producto de la dictadura de Kenyo Fujimori - instaurada tras un autogolpe de Estado en 1992 - que le otorga al presidente amplios poderes para vetar leyes e incluso disolver el congreso unicameral, pero también permite a los legisladores destituir al jefe de Estado por incapacidad moral. El término nunca se ha definido claramente, pero más del 70% de peruanos creen que Castillo cumple con los criterios y merece ser vacado. Aunque la política radical de este ha polarizado al país, el tema no es principalmente ideológico sino de competencia. Perú importa al mundo; su economía es más grande que la de Grecia o Ucrania. Pero a pesar de las políticas macroeconómicas generalmente sólidas durante las últimas dos décadas y un crecimiento decente, muchos ciudadanos se han quedado atrás y viven en la más extrema miseria, lo cual puede ser una de las razones detrás de la victoria de Castillo, aparte claro está de la grosera manipulación de los resultados electorales. Como en otras partes de América Latina, existe una necesidad urgente de mejorar la educación, la salud y la infraestructura, preservar los ecosistemas frágiles y avanzar hacia una energía más verde. Una élite reducida necesita compartir más ampliamente el poder político y económico. Pero hasta ahora, el Congreso temeroso se ha abstenido de destituir a Castillo. Un intento de hacerlo en diciembre pasado estuvo muy por debajo de la mayoría requerida de dos tercios. El interés propio está en no querer perder sus privilegios; los legisladores temen que si destituyen a Castillo y su vicepresidenta (envuelta en varios casos de corrupción), se verían obligados a convocar nuevas elecciones generales y de esta manera podrían perder sus cómodos puestos. Pero el Perú no puede permitirse cuatro años y medio más de caos gubernamental. Ha llegado el momento de que los legisladores pongan el interés nacional en primer lugar y brinden a los votantes una nueva oportunidad de elegir un líder capaz de abordar los problemas apremiantes del Perú” puntualiza la nota. Como podéis notar, la trágica situación en la que se encuentra el país atrae cada vez más la atención de importantes medios internacionales como The Wall Street Journal, The New York Times, The Economist y ahora el Financial Times, que observan con preocupación adonde se dirige el Perú, lo cual tendrá una grave repercusión en su economía. Es por ello que coinciden en afirmar que la única solución posible es la remoción inmediata de Castillo. Es por ese motivo que hay que insistir en la vacancia de ese individuo. Por cierto, a diferencia de aquella infame campaña orquestada desde el régimen que busca desacreditar una herramienta validada por la ley de leyes, solicitar la vacancia no equivale a un golpe de Estado. Se trata de un mecanismo legal que se encuentra amparado por la Carta Magna y que puede ser perfectamente utilizado cuando la situación lo amerita. Sucedió cuando fue aplicado a Fujimori, luego a Vizcarra y ahora con mayor razón para desalojar a Castillo, antes de que termine por destruir al país. A por el :)
El Jirón Ayacucho, ubicado en el Centro de Lima, es desde hace muchos años un centro de tráfico de animales. A pesar de las diversas iniciativas para detener su venta ilegal, especialmente por las condiciones insalubres y deplorables en las que los mantienen esas indefensas criaturas, esta actividad aún se realiza a vista y paciencia de las autoridades que no hacen nada por acabar con ese vil negocio. A ese lugar concurren personas que llevan a los animales que van a ofrecer en mochilas y canastas, mientras otros llevan a los cachorros en los brazos afirmando que son de “raza”, pero cuando se le revisa exhaustivamente, uno se da cuenta del engaño. Es más, siempre hay alguien pendiente de los que van a comprarlos. A ello debemos agregar Las condiciones insalubres donde tienen a los animales, en vetustos edificios colindantes al lugar de venta, donde se pueden encontrar en jaulas sucias y estrechas, a los animales que ofrecen en venta, enfermos y mal alimentados. Irónicamente, en algunas de las puertas se señala que “está prohibida la venta de animales” para despistar a las autoridades. Pero, cuando algún sereno o policía transita ocasionalmente por la zona, su labor de “fiscalización” se realiza la mayoría del tiempo cuando ocurre una discusión o pelea en el lugar, y no porque haya un plan de vigilancia establecido entre ellos. Es más, durante las contadas intervenciones del municipio, los vendedores se han organizado para enfrentarse a los serenos y policías, arrojándoles botellas y cajas con el fin de evitar que se lleven a los perros, gatos, conejos y aves que tienen en jaulas y vitrinas. Hay dos tipos de comercialización, la que se hace de animales domésticos en la vía pública y la de los animales exóticos. En el segundo caso, estos son traídos del interior del país y luego ocultados en almacenes clandestinos, de donde los sacan para su venta. Para venderlos, los traficantes muestran al cliente la foto o video de la especie y una vez pactada la venta se hace la entrega de manera clandestina. Cabe precisar que este ilegal comercio no sólo afecta a los animales que son hacinados y vendidos cual objetos. Por ejemplo, por cada mono vendido, otros nueve han muerto en el tránsito desde su hábitat natural hasta los lugares de comercialización. Y, como generalmente son recién nacidos sacrifican a las madres. La principal motivación del delito de tráfico de animales silvestres es atender la demanda de animales vivos para mascotas, a pesar de que comprarlos para este fin puede ser sancionado con multas de hasta S/ 21′000,000 (500 UIT) e incluso con pena de cárcel. Otro caso recurrente en el país es la comercialización de colmillos de jaguar, que pueden llegar a venderse a US$ 200. El comercio de estos colmillos se está dando, lamentablemente, entre Perú y Bolivia. Obedece a un uso aparentemente “medicinal” que se le da en los países asiáticos. Comprar partes del cuerpo de un animal es hacerse cómplice de la matanza de animales silvestres. Puede parecer ocioso realizar un proceso penal por un colmillo incautado, pero ese colmillo estuvo pegado al cráneo de un animal y eran cuatro. Entonces, para sacárselo lo han tenido que matar y cuando entran a la selva no cazan uno o dos jaguares, sino decenas. Se debe realizar un proceso de sensibilización en la población, que empieza desde la escuela y está orientado a la toma de consciencia sobre los efectos de esta actividad ilegal en la fauna silvestre. Mientras haya demanda, este delito va a existir. En el Perú existe la Ley 30407, Ley de Protección y Bienestar Animal, la cual sanciona actos de crueldad, abandono y muerte de animales domésticos y silvestres. La norma indica lo siguiente: “Toda persona tiene el deber de procurar la protección y el bienestar de los animales, cualquiera sea su especie, evitando causarles daño, sufrimiento innecesario, maltrato de tipo físico que altere su normal comportamiento, lesión o muerte”, se lee en la disposición. Por otro lado, detalla que el propietario, encargado o responsable de un animal de compañía debe atender con carácter obligatorio las necesidades fundamentales de los animales. Aunque claro, esto es letra muerta. Si realmente se quiere terminar con la venta ilegal de animales hace falta reflexionar y ser conscientes de que el problema no solo se centra en los vendedores, sino también en los demás actores que intervienen - compradores y autoridades-. La respuesta está en dejar de percibir a los animales como simples “objetos” de comercio, para pasar a creer, por el contrario, que estos son seres vivientes y con derechos. Si todos los actores partieran de esta concepción, otra sería la realidad :(