Venga ya, en una semana cuando el Congreso en una actitud irresponsable propia de un país bananero, negó el voto de confianza al quinto Gabinete Ministerial, tratando con ello de generar una crisis innecesaria que le quite estabilidad al país, lo único que va a conseguir es que sea disuelto a la brevedad posible por su inutilidad debido a su labor obstruccionista que va en contra de los intereses del Perú, queremos referirnos en esta oportunidad a un caso que involucra al bufón aprista Alan García Pérez quien se muestra cada vez mas agresivo en sus declaraciones contra el gobierno. Y es que a medida que se acerca el día en que la Megacomisión presidida por el congresista Sergio Tejada, presentará su demoledor informe -
que tendrá un efecto devastador sobre su futuro político debido a su contundencia - la desesperación crece al interior del viejo y decadente partido de la estrella, a tal punto que han revivido sus métodos fascistas para tratar de acallar mediante la violencia y el terror a quienes se oponen a esa banda de malvivientes que liderados por ese cuestionado sujeto, buscan la impunidad de sus abominables delitos, pretendiendo que vuelva a Palacio para terminar de saquear las Arcas Públicas tal como lo hizo en sus dos periodos de gobierno, de triste e infausta recordación para todos los peruanos.
En efecto, estos días hemos sido testigos del renacimiento del APRA fascista en su máxima expresión, cuando un grupo de esos indeseables agredió bufalescamente al presidente de dicha Megacomisión quien presentaba en el Hotel Riviera los resultados de aquellas investigaciones. Uno podría pensar que los tiempos de la “bufalería”, como se nombraba a las hordas de choque apristas que en décadas pasadas usaban la fuerza bruta para someter a sus rivales, parecían haber sido superados por el desarrollo de la democracia y por nuevas mentalidades con formas diferentes de entender la política y ejercerla. Muchos creían que habían quedado atrás los tiempos en que estos “búfalos”, verdaderos paramilitares, asolaban asambleas sindicales, reuniones estudiantiles y de otra índole, que amenazara la hegemonía que había logrado el Partido Aprista en determinados sectores, universidades y hasta colegios profesionales.
Sin embargo, el alevoso ataque verbal, y por momentos también físico, al presidente de la Megacomisión, tuvo el pasado martes todas las características de las acciones salvajes y violentas de aquellas turbas de antaño. La diferencia fue que esta vez usaron insultos y amedrentamientos en vez de cadenas y cachiporras, en el afán de desacreditar y atemorizar al parlamentario y a las personalidades que participaban con él en un foro sobre el trabajo de esa comisión investigadora de los múltiples casos de corrupción registrados durante el gobierno aprista. Fue innoble además la forma como lo agredieron, exigiéndole que reconociera a una hija supuestamente negada, exponiendo en público un asunto que compete solo a la intimidad de quienes están directamente involucrados, sobre todo la menor. Y pronto se aclararía que al padre le fue negado el derecho de ejercer su paternidad, lo que se confirma en el hecho que nunca fue demandado para que reconozca a la niña. Tanto el alevoso ataque a Tejada como la actitud delincuencial de sus dirigentes que “justificaron” la agresión, dan la razón a quienes piensan que el aprismo tiene temor a las conclusiones de dicha comisión investigadora, que será lapidario para las aspiraciones de García Pérez quien no solo seria inhabilitado por el Parlamento, sino también tener que enfrentar a la Justicia y terminar tras las rejas que es donde desde hace mucho debe de estar, purgando sus delitos.
Ha llegado el momento de ajustar cuentas con estos miserables y castigar severamente con todo el peso de la Ley a los roedores del viejo partido de la estrella que se enriquecieron ilícitamente saqueando a su gusto las Arcas Públicas con total impunidad mediante “Faenones”, “Coimisiones”. “Aceitadas” y para quienes “la plata les llega sola” creyendo que nadie les pediría cuenta de sus actos. Es necesario además alertar a las autoridades para que esta menuda panda de impresentables sean puestos inmediatamente bajo arresto preventivo para evitar su fuga del país, como ya sucedió en anteriores oportunidades. No deben escapar del castigo que les espera por sus delitos cometidos. A la cárcel con todos ellos :)