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Saturday, June 18, 2022

PERÚ: El mito de la Constitución

Como sabéis, el cambio de Constitución es la peor mentira que ha difundido insistentemente el régimen filosenderista que (des)gobierna al país andino con el ánimo de engañar a los peruanos, haciéndoles creer falazmente que una nueva Carta Magna solucionará ‘mágicamente’ todos sus problemas como por encanto, lo cual no es cierto. Estamos viendo que ese empeño está fracasando ante la reacción de grandes sectores de la sociedad, que se han dado que cuenta que una Constitución por sí misma no opera milagros, pero que si está mal enfocada - como pretenden redactarla Castillo y su banda delincuencial - generaría no solo un inmenso daño económico sino también la destrucción del Perú. Cabe precisar que el concepto de Constitución es un invento reciente en la historia humana. Esta se dio por primera vez en Inglaterra del siglo XVII para combatir el poder absoluto de los reyes. La constitución inglesa por ejemplo, ni siquiera es un documento único y así permanece hasta hoy. Está compuesta por un conjunto de leyes de especial relevancia, a la cual le agregaron ciertas costumbres a partir de la Carta Magna, y algunas “convenciones”, que son valores respetados universalmente. Si bien la Constitución inglesa ha evolucionado desde entonces, se mantiene dentro del concepto de un monarca que “reina pero no gobierna”. Esta idea pasó a los EEUU. Luego de su independencia del dominio inglés, que dio origen a una Constitución escrita aprobada formalmente en 1787 por una asamblea legislativa de origen popular, posteriormente ratificada por los Estados integrantes de la Unión. Al poco tiempo tal concepto fue adoptado por la Resolución Francesa como un instrumento de garantía de los derechos del pueblo frente al poder del monarca absoluto y se extendió al resto de Europa por esa misma razón. De ahí pasó a la América Latina y de esa forma todos los países recién independizados de España adoptaron una constitución que los definiera “como países libres y soberanos” al menos nominalmente. En el siglo XX el concepto de la Constitución se universalizó y fue adoptado por todas las naciones del mundo para definir su estructura soberana, así como los derechos y las obligaciones de sus ciudadanos. La Carta Magna por lo tanto, se limita a definir la forma de gobierno y la estructura del Estado, los derechos fundamentales de la ciudadanía y, además, en muchos casos como ocurre con el Perú, el régimen económico del país. La Constitución – reiteramos - no produce milagros pero sí puede señalar el rumbo correcto sobre su estructura económica, política y social. Una constitución estable como la norteamericana facilita el desarrollo del país y por eso los EE.UU. a lo largo de la historia sólo ha tenido tiene una con escasas 27 enmiendas en un periodo de cerca de 250 años. En el Perú no obstante, el régimen intenta llevar a cabo un Referéndum para elegir una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución que reemplace a la de 1993. Ello con el agregado que tal Asamblea - ilegal e inconstitucional por donde se le mire - no será elegida con el voto ciudadano, sino que estará compuesta por un 40 % de organizaciones afines a Sendero Luminoso, 30% de “candidatos independientes” que sean afines al oficialismo, 26 % de “pueblos indígenas” y 4% de “afroperuanos”, todos ellos, repetimos, elegidos a dedo y con la misma ideología política. Observamos con ello que Castillo y su secuaz Vladimir Cerrón - quien es quien realmente manda en el país - buscan imponer “el modelo comunista” que se aplica en Cuba, Venezuela y Corea del Norte, a cuyos sátrapas pretenden imitar, esto es, eternizarse en el poder a toda costa, imponiendo además “su república popular de nueva democracia” siguiendo las enseñanzas de su idolatrado líder Abimael Guzmán Reynoso, aquel despreciable genocida que era cabecilla de Sendero Luminoso y quien murió en prisión (al cual había sido condenado a Cadena Perpetua por la monstruosidad de sus crímenes en 1992) sin poder llegar a ser indultado “humanitariamente”, ya que la muerte se lo llevo a los infiernos un día antes de que fuera puesto en libertad. En cuanto a esa absurda Asamblea Constituyente está claro además que es la negación de la democracia al buscar establecer una sangrienta dictadura comunista. Se trata, por consiguiente, de otro burdo engaño de ese analfabeto de Castillo ante su impotencia e incapacidad para gobernar el país, conduciéndolo sin frenos hacia el abismo. Si bien el Congreso rechazo ese infame proyecto enviándolo al archivo por su carácter antidemocrático, ese oscuro individuo insiste en ello, mas aun cuando se acerca la elección de una nueva Mesa Directiva, donde con el apoyo de los “niños” de Acción Popular y los “topos” de APP, intentara tomar el control del Legislativo para hacer realidad su deseo, desesperado sin duda alguna por nuevas revelaciones que lo implican en sonados casos de corrupción que terminaran por enviarlo a prisión tanto a ese sujeto como a los integrantes de esa gavilla delincuencial de Perú Libre que usurpan el poder. Como sabéis, el cambio de constitución es el pretexto que muchas dictaduras en América Latina han utilizado para eternizarse en el poder. Bajo esa lógica debemos repetir que la constitución inglesa es la primera en la historia contemporánea y que como las de su tiempo, era consuetudinaria sin constar en un solo documento. El ejemplo cundió y pasó a los EE.UU. en forma escrita, de muy pocos artículos, cinco en total, en realidad eran secciones algo más largas y que se aprobó con diez enmiendas iníciales, los llamados Bill of Rights, un decálogo de derechos básicos. Esa constitución rige hasta ahora con 27 enmiendas, lo que demuestra que EE.UU. a pesar de todos sus defectos en otro aspectos que se le puede atribuir, es una nación estable constitucionalmente, donde su texto ha ido variando en su interpretación conforme a los sucesivos fallos de la Corte Suprema y a nadie en su sano juicio se le ha ocurrido que se redacte otra. Basta con la que tienen y nada más. Y así debería ser en todas partes. Lamentablemente ese ejemplo tampoco cundió en Europa, donde Francia es quizás el ejemplo más significativo. Desde la Revolución de 1789 hasta 1871, tuvo más de diez, cinco republicanas y cuatro monárquicas. A partir de 1871 por lo menos tres constituciones republicanas, la última de las cuales, la de 1958 rige hoy con algunas modificaciones. Su vecino germánico, por lo menos cuatro, la imperial, la republicana de Weimar, la nacionalsocialista que cabe destacar, nunca se adoptó formalmente pero que rigió en los hechos y la actual de la república federal, que permitió su reunificación en 1990. Más al este, Rusia como Unión Soviética tuvo por lo menos tres y desde 1991 tras el derrocamiento de la dictadura comunista por lo menos una, que ha permitido al presidente Vladimir Putin restaurar a su país el status de gran potencia. En el resto de Europa tenemos el caso de Italia, con dos, España con más de media docena, Portugal con igual número, Suiza con dos, Austria quizás con tres, Hungría algo parecido, las monarquías del Benelux posiblemente una, la escandinavas dos a tres y Grecia tres a cuatro. En el Medio Oriente, las corruptas petromonarquías árabes no responden al concepto occidental de la Constitución y se basan en el Corán para gobernar, convirtiéndose de hecho en teocracias autoritarias, donde la religión de Mahoma - el profeta desnudo del Islam - está por encima de todo y deben regirse estrictamente de acuerdo a ella. En Irán tenemos un ejemplo parecido, al igual que Pakistán. Solo la India tiene una Constitución democrática de la década del sesenta del siglo XX. China ha tenido por los menos dos desde 1949, cuando los comunistas de Mao Tse Tung capturo el poder tras una larga y sangrienta guerra civil. En Corea del Norte una satrapía dinástica que con mano de hierro gobierna ese país desde su independencia, ha redactado varias, cada una más opresiva que la otra. Corea del Sur que ha evolucionado en un sentido democrático ha tenido los suyos. En el Japón básicamente dos, la actual que modificó la original del imperio durante la ocupación estadounidense en 1945 y que rige hasta ahora. En el resto del Asia Pacífico existe una variedad de constituciones según la evolución democrática de cada país considerado individualmente. Como podéis suponer, en África estas han sido incontables ya que cada dictador de ébano ha querido tener el suyo pero solo tuvieron vigencia durante el tiempo que pudieron atenazarse al poder y una vez asesinados, el sátrapa que lo sucede redacta el suyo. Y así ad infinitum. Eso nos deja al final con América Latina, que se caracteriza por su gran inestabilidad constitucional, reflejo de caos político en la cual se desenvuelve y que es una de las causas de su relativo retraso. En relación al Perú, la Constitucion si se puede reformar - ya que asi lo establece la propia Carta Magna - para lo cual deben ponerse de acuerdo Legislativo y Ejecutivo en los artículos que consideran que deben modificarse, pero el regimen quiere cambiarla de raiz remplazándola por otra de tinte comunista. Visto asi las cosas, no se puede permitir que Castillo y su banda criminal se salgan con la suya y hay que evitar a como dé lugar que sus disparatados planes se hagan realidad algún día... A por ellos :)

Tuesday, June 14, 2022

FÚTBOL PERUANO: La vergüenza de una Nación

Venga ya, y como era de imaginar, el país andino volvió a hacer el ridículo a nivel mundial, por obra y gracia del analfabeto de Pedro Castillo, el cual desesperado por las graves acusaciones de corrupción que más temprano que tarde terminaran por llevarlo a la cárcel, busco un balón de oxígeno para su régimen filosenderista y creyó encontrarlo en el deporte, decretando irresponsablemente como “feriado” el día lunes, con el pretexto de que los peruanos pudieran apreciar un partido de futbol, como si ello solucionaría los graves problemas económicos y sociales que los afligen, producto de la improvisación, incompetencia e incapacidad de esa banda delincuencial que usurpa el poder, pero al final de nada le valió, porque la selección peruana - fiel a su “estilo” - fue vapuleada por la australiana, quien con toda justicia clasifico al mundial que se celebrara en Qatar en noviembre. Un equipo mediocre como el peruano, que se atrevió a mirar por encima del hombro a su adversario (creyéndose “favorito” para clasificar al mundial “por segunda vez consecutiva”, cuando lo cierto es que su participación en Rusia 2018 se debió únicamente a los tres puntos regalados por Bolivia y no ganados en el campo de juego como debió haber sido), despertó a su triste realidad tras el lanzamiento de los penales, a los cuales llegaron tras mostrarse impotentes en los 120 minutos del partido, fracasando en su intento gracias a la actuación del meta australiano Andrew Redmayne, quien realizó una histriónica actuación en el arco, desconcentrando a los peruanos. No saben cómo me he reído al verlo y más aun cuando los socceroos lograron su objetivo de clasificar. Si bien el futbol peruano no me interesa, solamente vi los minutos finales del encuentro y con lo poco que observe sabía que no iban a ganar el partido, tal como efectivamente ocurrió. Y pensar que al conocer que iban a enfrentar a Australia, ya se creían clasificados aun antes de jugar y se dice que muchos apostaron fuertes sumas de dinero... para perderlo todo al final. Y es que cuando la soberbia es grande, la caída es más dolorosa. Se acabó la fantasía, se acabó el circo mundialista, ya no podrán seguir viviendo más del cuento, ni mas cortinas de humo para desviar la atención pública, intentando tapar con ello no solo la dramática situación que vive actualmente el país, sino también el futbol peruano, con una deficiente estructura en estadios e instalaciones deportivas, con equipos “profesionales” de ínfima categoría que son goleados una y otra vez de la forma más vergonzosa en torneos internacionales. Vamos, quítense de una vez la venda de los ojos, su futbol está en la última lona de la cual nunca se va a levantar sino hacen cambios profundos en su organización, y con los actuales dirigentes que tienen - que al igual que Castillo están en problemas con la justicia - ello nunca sucederá. Y en cuanto a los aficionados, que me imagino, deben estar dolidos por este rotundo fracaso de su selección, deben ser los primeros en exigir una verdadera renovación en el futbol, echando en primer lugar a Lozano de la FPF, a Gareca que solo quiere llevarse la pasta a manos llenas y a aquellos jugadores viejos y fracasados que solo se arrastran en el campo, pero que a pesar de ello son llamados una y otra vez a la selección creyéndose intocables únicamente porque son parte de esa “argolla” que tanto daño le hace al futbol. De seguro los peruanos ante este sonado fracaso buscaran a un “chivo expiatorio” con el cual desquitarse de esta nueva humillación y lo encontrarán en Palacio de Gobierno. Vayan a por el :)
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