Venga ya, en un país con múltiples carencias como el Perú, sumido en una profunda crisis económica, a lo que debemos agregar la inestabilidad política y la inseguridad ciudadana que padece, dilapidar 17 millones de soles en los llamados Consejos de Ministros Descentralizados (CMD) al final no solucionan nada y que en realidad son utilizados como instrumento de propaganda por el régimen filosenderista de Pedro Castillo para atacar al Congreso y los medios de comunicación, así como publicitar su espuria asamblea constituyente que le permita instaurar una dictadura comunista y eternizarse en el cargo es un grave delito que debe ser sancionado. Por cierto ¿Que hace la Contraloría General de la República para pedir explicaciones y denunciar penalmente a los responsables de este despilfarro de las Arcas Públicas, o es un organismo que ya no existe? Como sabéis, esos eventos partidarios realizados con dinero del Estado son una pérdida de dinero que no se justifica de ninguna manera. En lo que va de año, mientras el país andino se cae a pedazos producto de la improvisación, ineptitud e incapacidad manifiesta del régimen - se ha puesto en marcha toda una maquinaria para levantar el débil apoyo popular a ese okupa analfabeto que se encuentra ilegalmente en Palacio y para ello se realizan constantemente esos CMD, cuyos resultados son como podéis imaginaros, inexistentes para la población, ya que no resuelven ninguno de sus agobiantes problemas. En solo un mes por ejemplo, hubo cinco Consejos de Ministros descentralizados y al menos 28 promesas que no se cumplirán, tal como admitieron los gobernadores invitados a esas reuniones, debido a la falta de recursos, pero que si los hay para promover esa asamblea constituyente, ilegal e irrealizable por donde se le mire. Es más, solo invitan a la “portátil” a esos eventos para que debidamente aleccionados, repitan hasta el cansancio “el cierre del Congreso y una nueva constitución” para presentarlo luego como que “el pueblo lo reclama” cuando sus verdaderos representantes están en las afueras rechazando la presencia de Castillo y su banda de prontuariados, por lo que son apaleados por la policía y no se les permite acercarse al lugar de la reunión. A la fecha se han realizado una docena de ellas, los cuales son organizados por la Secretaría para la Descentralización de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). Esta área, a diferencia de otras, no se rige por las reglas de contratación del Estado porque pasa por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En otras palabras, la adquisición de bienes y servicios para estos eventos se realiza en ventanilla. Invitan a los postores y la adjudicación es rápida. Esta sería una de las razones por las que la PCM se organiza de manera acelerada los CMD. Pero cantidad no siempre significa calidad. Carlos Tenicela, experto en protocolos y eventos -ha organizado cumbres de Naciones Unidas, la OEA, el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), entre otros-, realizó un ejercicio para calcular cuánto se gastaría para organizar un evento de esta magnitud en una región del país. De esta forma, estimó que se pagarían hasta 17.000 soles, aproximadamente, solo en logística. Los gastos incluyen pantallas LED, generador, mobiliario, equipo de sonido, banderolas y catering. Pero es lo mínimo que paga el Estado. Para el ex Ministro de Defensa Jorge Chávez Cresta, los valores de los mayores pagos están en la transferencia; usar el avión militar cuesta $8,000 por hora, mientras que un helicóptero cuesta $4,000. Si se utilizan tres aviones por 10 horas se paga S/888,000 al tipo de cambio de soles, mientras que por helicópteros S/444,000. En viáticos de 220 personas (10 funcionarios por cada ministro más los acompañantes del presidente y primer ministro) se pagan 71.220 S/s. Ahora no todos van con las autoridades, por lo que se paga alrededor de 74.000 S/s por el pasaje de avión comercial de 200 funcionarios. Chávez advierte que también hay un equipo de avanzada que viaja a la ciudad para una coordinación preliminar. Todo esto da un total de S/ 1,496,140. Si se multiplica por las 12 CMD realizadas, esto significa un desembolso aproximado de S/17,953,680. Todo un escandaloso derroche en las difíciles circunstancias que atraviesa el país. Al respecto, los gobernadores regionales de Cuzco y Moquegua, Jean Paul Benavente y Zenón Cuevas, respectivamente, reconocieron que no hay avances en los acuerdos alcanzados en las CMD que se realizaron en sus jurisdicciones. “No hay resultados concretos, todo es un engaño” afirmó Cuevas. El 7 de mayo, la congresista Lady Camones solicitó a la PCM información sobre el gasto en CMD, pero no obtuvo respuesta. “Son viajes con fines políticos para promover el cierre del Congreso y de la Constituyente”, aseveró. Una opinión similar sostuvo el legislador Luis Aragón, quien participó en el CMD organizada en el Cuzco: “Es un evento manipulado por el régimen y juega con las expectativas de la población. El dinero se desperdicia fácilmente”. Hay una falta absoluta de asesores en la alta dirección. No sólo desde los ministerios, sino también desde la Presidencia de la República. La autoridad política de turno te puede ofrecer lo que pidas, pero son los asesores -que son los especialistas técnicos- los que tienen que devolverlo a la realidad, pero ello no es lo que ocurre en esta ocasión y la demagogia y el populismo barato están a la orden del día. En efecto, en los últimos meses, durante los CMD, ese oscuro individuo ha prometido construir aeropuertos, permitir el ingreso libre a las universidades, realizar varias obras públicas, rebajar el sueldo de los funcionarios estatales, instaurar el trabajo forzado para reos, entre otros ofrecimientos de corte netamente electorero. “Los CMD no son Consejos de Ministros, cualquier persona que haya asistido a un Consejo de Ministros de verdad, donde se toman decisiones, se da cuenta de que estos Consejos Descentralizados son el equivalente de lo que sería un mitin de campaña con “portátil” y todo. Así no se gobierna, así se hace campaña, pero así no se gobierna”, dicen los analistas. Castillo parece pensar - si es que puede hacerlo alguien que no tiene cerebro - que continua en campaña política, cuando ya no es candidato, insistiendo una y otra vez en la ilegalidad. Seguir por ello por ese camino utilizando como una cortina de humo de sus fracasos es irresponsable en grado sumo :(
Este martes se cumplen 42 años de la salvaje irrupción de la banda terrorista Sendero Luminoso en la vida del Perú, y es una lástima que hayan pasado cuatro décadas de aquella barbarie para que ahora los peruanos tengan que padecer a uno de sus grupos de fachada en el poder, liderado por Pedro Castillo, quien no oculta sus simpatías por aquella banda criminal y en especial por su sanguinario líder, Abimael Guzmán, el cual para su desdicha murió en prisión el año pasado sin haber podido indultarlo tal como era su deseo. Por ello nace esta serie de 12 capítulos para no olvidar las bestialidades cometidas por aquel despreciable sujeto y de la organización que fundó. Y es que la lucha contra esta lacra comunista iniciada hace 42 años, no ha terminado, ya que está más vigente que nunca, con su más reconocido discípulo en Palacio. Como sabéis, al igual que Atila, Genghis Khan, Stalin y Mao, Abimael Guzmán fue un símbolo de terror y extrema crueldad. Superó en actos de barbarie a Pol Pot y sus Khmer Rouge, que en la década de 1970 derramaron la sangre de millones de hombres, mujeres y niños en Camboya para instaurar “su paraíso socialista” en la Tierra. Artífice de atentados y crímenes violentos sin igual en el Perú, el autodenominado “Presidente Gonzalo” desangró sin piedad al país andino, especialmente durante doce años - desde el 17 de mayo de 1980 hasta el 12 de septiembre de 1992-, en la que se convirtió en su enemigo número uno. Durante esa sangrienta etapa permaneció cobardemente en la más absoluta clandestinidad, pero cuando el desaparecido Sistema de Inteligencia Nacional (SIN) integró los servicios secretos de las fuerzas armadas y policiales y se consiguió liquidar las “células” senderistas y capturar a sus principales cabecillas, se vio obligado a venir a Lima. En esas circunstancias, en 1991 se descubre su aspecto físico en un célebre video encontrado por el Grupo Especial de Inteligencia (Gein) de la Dirección Nacional contra el Terrorismo (Dincote). Allí se observa al sátrapa bailando con Elena Iparraguirre Revoredo (a) “Miriam” -quien entonces era su amante-, el tema “Zorba el griego”, entre los aplausos de toda la cúpula genocida que lo secundaba en su demencial proyecto de fundar la “República Popular de Nueva Democracia” (RPND). Los rostros muestran a un grupo de fanáticos cuasi religiosos en el que confluyen el atávico misticismo con el insano “pensamiento Gonzalo” de Abimael Guzmán, al que sus seguidores veneran. Cabe precisar que en su biografía sobre Josef Stalin, el historiador Robert Servic define a los grandes genocidas de la historia como monstruos sin rasgos de humanidad, como seres viles sin escrúpulos, lo cual calza perfectamente con la personalidad de Guzmán ¿Pero quién era este antes de iniciar su bestial “lucha armada? Esta es su oscura historia: Nacido el 3 de diciembre de 1934 en Mollendo (Arequipa), producto de una relación furtiva entre el comerciante Abimael Guzmán Silva y Berenice Reynoso Cervantes, una arequipeña de 24 años. El pequeño era ilegítimo de acuerdo al Código Civil vigente en esos años. Para la sociedad de aquella época era un “hijo natural” y para el sector más conservador el fruto de una relación pecaminosa e ilícita, “un bastardo”. Su padre, quien -tras los ruegos y llantos de Berenice-, aceptó darle su apellido, había tenido hijos en otras mujeres, y nunca tuvo hacía Abimael un afecto especial, muy por el contrario prefirió ignorarlo y dejar toda la responsabilidad en su progenitora. Lo real es que una mañana Abimael Guzmán se embarcó con ella rumbo a Sicuani (Cuzco) que era uno de los centros de mayor movimiento comercial. Allí cursó sus primeros años de primaria y contactó por primera vez con campesinos, a quienes posteriormente ordenaría asesinar sin compasión. Antes de cumplir dos años en esa ciudad, su presencia incomodó a la pareja de Berenice y madre e hijo viajaron a Arequipa y posteriormente a Chimbote, donde residía el abuelo de Abimael. El niño había cumplido entonces ocho años de edad. Luego de aproximadamente diez días, Berenice retornó a Sicuani, dejando al niño en manos de su abuelo y nunca más lo volvió a ver. Pasaron dos años, y el abuelo al temer que pudiera descarriarse, lo envió al Callao a casa de unos familiares que aceptaron acogerlo y darle un techo a cambio de que cumpliese las tareas domésticas. Paralelamente, estudiaba en el Instituto Educativo Nro. 5006 y posteriormente en el Colegio Nacional Dos de Mayo. Al parecer el trato que recibía como empleado del hogar compadeció a una prima de su padre que visitó la casa donde vivía y gestionó su regreso a Arequipa, donde por primera vez vio a su progenitor. En menos de 24 horas este le dio la tarea de revisar los libros contables de sus negocios. No obstante, el trato entre ambos fue el de dos extraños: distante y frio. Por recomendación de su madrastra, fue matriculado junto con sus hermanos Raúl, Edgar y Eduardo en el colegio La Salle, cuya formación religiosa no lo influenció, ya que nunca tuvo fe en Dios. A los 18 años culminó la secundaria y le dijo a su madrastra que su mayor anhelo era postular a la Escuela Militar de Chorrillos y pertenecer al Arma de Infantería. “Quise ser militar, oficial del Ejército y especialmente de Infantería. Tenía y tengo idea no solo del papel de toda fuerza armada como columna vertebral del Estado sino, y es insoslayable, de la función de los Ejércitos en el surgimiento y transformación de todas las naciones”, reveló luego Guzmán, quien más tarde ordenó descuartizar a jóvenes soldados. Cabe recordar que el 7 de junio de 1988 cuando se encontraba en la clandestinidad, Guzmán declaró en la famosa “Entrevista del Siglo” a El Diario, vocero oficioso de Sendero Luminoso, que “la Segunda Guerra Mundial me ha marcado profundamente. Tuve ocasión de ver en los periódicos a los llamados tres grandes, al camarada Stalin entre ellos. Esos hechos me marcaron e imprimieron la idea del poder, de las masas y de la capacidad transformadora de la guerra”. El 12 de junio de 1950 Arequipa fue sorprendida por una huelga de estudiantes del Colegio Nacional de la Independencia Americana, que inicialmente fue neutralizada por la Policía. Sin embargo, el caos volvió a las calles con universitarios extremistas que fueron rechazados a sablazos, dando lugar a una protesta generalizada. Se armaron barricadas y la turba asaltó la Prefectura, el municipio, el Casino Militar y el aeropuerto. A los cuatro días un grupo de políticos llegó a un acuerdo con el dictador Manuel A. Odría, y todo volvió a la calma. Sin embargo, esos hechos fueron determinantes para Guzmán, ya que desarrollaron su “conciencia social y principalmente de clase”. Por ello se inscribió en el Partido Comunista de Arequipa, donde defendió a Stalin con una pasión enfermiza. En 1952 ingresó a la Universidad de San Agustín y logró ser elegido delegado de la Facultad de Letras ante la Federación Universitaria. Allí conoció al catedrático Miguel Rodríguez, quien se convertiría en su mentor, en el hombre que crearía el monstruo. Aquel que lo sumergió en las enseñanzas marxistas y el legado filosófico de Emmanuel Kant y lo animó a estudiar en la Facultad de Filosofía. El periodista inglés Simon Strong describió a Rodríguez como un “disciplinario riguroso y hasta masoquista”, y reveló que “sus clases teatrales y eruditas, cautivaban y subyugaban”. Un aviso aparecido en febrero de 1962 en el diario El Pueblo de Arequipa, que convocaba a maestros para la Universidad San Cristóbal de Huamanga, hizo que el lunes 2 de abril Guzmán llegara a la capital ayacuchana. Había sido seleccionado entre medio centenar de postulantes y fue recibido por Armando Barrera Delgado, quien fue su profesor de Filosofía y Psicología en la Cuidad Blanca. Él lo puso en contacto con Luis Lumbreras Salcedo y Álvaro Villavicencio, con los que laboró en la Facultad de Educación, con un sueldo 4,000 soles que le permitía vivir cómodamente. Al poco tiempo fue presentado por ambos al entonces rector de esa universidad, Efraín Morote Best, padre del terrorista Osmán Morote Barrionuevo. Morote Best lo nombró director del Ciclo Básico de Estudios Generales y luego jefe de Personal, lo que le permitió controlar la Facultad de Educación. Desde allí promovió a los “cantuteros”, docentes de la Universidad Guzmán y Valle, quienes llegaron a Huamanga en 1964 so pretexto de integrar los “planteles de Aplicación Guamán Poma de Ayala”, cuya malévola finalidad fue captar adolescentes para convertirlos en terroristas. Así surgió el Frente Revolucionario Estudiantil Secundario (FRES), cuyos integrantes perpetraron en 1969 la masacre de autoridades y policías en Huanta... La bestia que iba a ensangrentar al Perú estaba levantado su horrible cabeza (Próximo capítulo: El Pensamiento Gonzalo) :(