Mientras el régimen filosenderista de Pedro Castillo se desmorona irremediablemente a la vista de todos - más aun con la encarnizada pelea desatada este jueves tras la decisión de Vladimir Cerrón de que la banda delincuencial que él lidera (Perú Libre) no le dará la confianza al nuevo gabinete de ministros al cual califica de caviar y al servicio de las ONGs - toca referirse esta semana a un asunto que quería tocar hace tiempo y lo hago ahora antes de que pase al olvido y sus protagonistas se salven del desprecio y la ignominia que merecen. Como sabéis, existe en el país andino una lacra de lo más ruin y miserable que en su odio infinito a la tierra que los vio nacer, prefirieron dar su voto el pasado 6 de junio a un terrorista convicto y confeso como Castillo, el más fiel y conspicuo discípulo de Abimael Guzmán (aquel cabecilla de Sendero Luminoso que pereció en la cárcel y a quien no pudo indultar como era su máximo deseo, porque la muerte se le adelanto), a pesar de las múltiples advertencias dadas sobre el peligro que representaba que ese oscuro individuo de limitado lenguaje y nula inteligencia asaltase el poder… Y lo consiguió mediante el fraude. Ahora que ese vil sujeto se ha instalado en Palacio, no paso mucho tiempo para que todo el mundo se diera cuenta del fiasco que es, donde el caos, la improvisación y el (des)gobierno del cual hace gala a cada paso que da, están conduciendo al Perú al abismo. Aun así, quienes lo votaron se niegan a reconocer su error y a modo de escusa, dicen que lo hicieron “por dignidad” (?) ya que querían evitar a toda costa que Keiko Fujimori accediera al poder, sin importarles en lo más mínimo el gravísimo daño que le han hecho al Perú y que lo han dejado ad portas de caer en las garras del comunismo asesino como sucede en Cuba, Nicaragua y Venezuela. ¿A quienes nos estamos refiriendo? Nada menos que a aquel grupo de descastados que han sido bautizados acertadamente como los ‘cojudignos’ un neologismo que los describe perfectamente. Al respecto, quisiera reproducir - entrecomillado claro está - un artículo escrito por Uri Landman en Lampadia, quien al residir en ese país tiene mayor conocimiento del tema ¿Vale?: “Cojudignos, dícese de las personas que padecen cojudez y dignidad selectiva. Su uso coloquial se refiere a las personas a quienes les lavaron el cerebro para hacerles creer que Castillo iba a deslindar de Cerrón y siguen creyendo que el Fujimorismo es lo peor que le pasó al Perú. Según la Real Academia, las frases más usadas por los Cojudignos son: ‘Vizcarra es el mejor presidente’, ‘no terruqueen’, ‘Fujimori nunca más’, ‘de Castillo tenemos dudas, pero de Keiko pruebas’, ‘Si Castillo hace algo malo, lo sacamos con una marcha como a Merino’, ‘Castillo no es Cerrón”’ y mi frase favorita ‘Con Keiko íbamos a estar peor’. Este adjetivo se puede usar para la gran mayoría de personas de las grandes ciudades del Perú, aquellos imbéciles que votaron por Castillo en las elecciones y que el día de hoy se arrepienten de su voto, pero nunca lo van a aceptar públicamente. Gracias a los cojudignos es que el día hoy, tenemos que vivir en la incertidumbre total, en vista que el (des)gobierno de Castillo no sabe cómo manejar el país. Castillo ha colocado en puestos claves una serie de personas sin ninguna capacidad ni experiencia en los temas de gobierno que supuestamente van a manejar. ¿Recuerdan cuando Castillo dijo: ‘los equipos técnicos son cosa del pasado, parte de la repartija’? Ahora sabemos que Perú Libre no tenía ni cuadros ni equipos técnicos de ningún tipo para poder manejar el estado. Son una banda de improvisados que no tienen la mas mínima idea de cómo gobernar un país y están acabando por destruir todo lo avanzado, especialmente en materia económica. Ello se refleja claramente en la subida del dólar, la gasolina y el precio de los alimentos, que perjudica especialmente a los sectores más pobres, a quienes dicen ‘representar’. Peor aún es la repartija de Castillo, al nombrar solamente gente vinculada al partido (no solamente me refiero al Perú Libre, sino a Sendero Luminoso, del cual es una organización de fachada). Aunque para ser totalmente honestos, también ha nombrado a personas de otras agrupaciones criminales como el MRTA. Terroristas como ellos al fin y al cabo. Y como los comunistas siempre culpan de sus fracasos a los demás, no nos tiene que sorprender que hayan presentado una denuncia penal contra los directores del BCR por el alza del dólar ya que según consta en la denuncia habrían ‘incumplido sus funciones’. Como todos recordamos, el dólar se había mantenido más o menos estable durante los últimos 15 años. Desde el año 2004 al año 2020 el precio máximo del dólar estuvo en 3.35 soles. Pero desde el balotagge, cuando Castillo pasó en primer lugar, el sol se ha depreciado un promedio de 15%, llegando al récord histórico del siglo de 4.10 soles por dólar. Toda una ‘hazaña’ para los primeros días del régimen. Si bien este ha bajado un poco esta semana con la abrupta salida de Bellido, el enfrentamiento desatado entre Castillo y Cerrón hará que su precio nuevamente sea inestable. Como una gran parte de los bienes que se utilizan en nuestro país son importados, la subida del dólar ha traído consigo un alza generalizada de los precios, desde los insumos a los bienes de capital pasando por los alimentos como el aceite, la harina, el pollo, el pescado entre muchos otros. Por cierto, la bajada del dólar no ha significado la reducción de los precios, ya que tanto el gas, como el combustible y los alimentos continúan subiendo. Lejos de reconocer que toda esta inestabilidad, creada por el propio Castillo son la causa de ello, la vicepresidenta Dina Boluarte exigió al empresariado nacional ‘a no generar inseguridad económica o de mercado’ en cuanto al alza de los productos nacionales, negándose a reconocer la culpabilidad del régimen en la subida general de los precios y por consiguiente, de la temida inflación. Cabe recordar a la susodicha que el (des)gobierno que ella encabeza es quien que ha creado la inestabilidad y zozobra que vivimos todos los peruanos. Ustedes señora vicepresidenta y quienes (des)gobiernan, son los responsables de la crisis que estamos viviendo a escasos días de haber asumido el poder. Ustedes, son los responsables de la subida del dólar y del incremento de precios de todos los productos importados que se consumen en el país. No pretendan culpar a los empresarios, utilizándolos como chivos expiatorios ante su completa incapacidad. Será por ello que Boluarte le solicitó a la RENIEC una licencia de 5 años para no perder su puesto de trabajo mientras forma parte del ejecutivo. En vista que RENIEC rechazó su solicitud, Boularte apeló la misma. En el colmo de la desfachatez afirmó que es su “derecho laboral” que RENIEC le guarde el puesto durante ‘En cualquier momento, como está convulsionado el país, podría dejar el cargo y entonces tengo el derecho a regresar a mi plaza’ reconociendo indirectamente que el régimen encabezado por Castillo no tiene futuro. A los cojudignos hay que recordarles que esta inestabilidad nos afecta a todos, incluidos ellos mismos. Gracias a su ‘cojudez’ y ‘dignidad’ el dólar se ha disparado y por ende los precios de los productos importados han subido. Las clasificadoras de riesgo internacionales Moody’s y Standard & Poor’s ya han anunciado que han colocado al Perú “bajo observación” con una gran probabilidad de cambiar a la baja la clasificación del país. Ustedes dirán ¿eso en qué nos afecta a nosotros? No pretendo dar una clase de economía, pero basta decir que cuánto más baja es la clasificación de un país, los préstamos que los peruanos queramos obtener serán más costosos. Esto afecta desde el banco más grande del país, al microempresario que tiene su puesto en Gamarra, pasando por todos esos cojudignos que piden préstamos hipotecarios para comprar su primera casa. Y así se quejaban que los intereses eran muy altos en los bancos peruanos, ahora verán lo que sucede. Otro ejemplo de cómo nos afecta la elección fraudulenta de Castillo, la verán cuando quieran vender sus propiedades y se darán cuenta que ya no valen lo que ustedes pensaban o siquiera pagaron. En un país inestable, con la amenaza del cambio total del sistema económico a través de una nueva constitución de corte comunista, lo cual jurídicamente es algo ilegal ¿Quién va a querer comprar una propiedad o negocio? Por último, la próxima vez que esos cojudos quieran salir a protestar, como tanto se jactan que lo hicieron para sacar al señor Merino de la presidencia, les tengo una noticia que no les va a gustar mucho. Cuando salgan a marchar en su próxima ‘toma de calles’ se van a encontrar con 40,000 ronderos de Perú Libre, armados con látigos y machetes que van a defender ‘al Perú profundo’ y veremos quién tendrá las de ganar. Y si quieren quejarse a través de los medios de comunicación independientes, les tengo otra noticia que tampoco les va a agradar, que no podrán hacerlo ya que Willax y otros medios opositores habrán sido cerrados por el régimen. Y los pocos medios ‘no oficialistas’ que queden se negaran a hacerles el menor caso por temor a ser clausurados ¿A quién podrán recurrir entonces los Cojudignos? Ni que decir de las redes sociales que ya estarán bajo control del régimen. Al final, solo les quedara emigrar del país a pedir limosna o robar como hacen los venezolanos para sobrevivir. A ello los llevara la cojudez que han cometido” puntualiza la nota. Solo me queda agregar que cuando esta pesadilla comunista llegue a su fin, es de esperar que los peruanos pidan cuentas de sus actos a esos malnacidos, porque lo que han hecho al votar por Sendero, no tiene perdón :)
Ya se encuentra en el Perú, el nuevo Nissan March, un hatchback que llega para reforzar el portafolio de la marca. Como recordareis, este modelo debutó en el 2011 causando gran expectativa. Y no era para menos, ya la marca japonesa hacía una oferta ganadora para mercados emergentes como el peruano, consistente en un atractivo diseño, dimensiones reducidas, mecánica competente y bajo consumo de combustible. En el transcurso de estos 10 años, las cifras de ventas del más pequeño y compacto de sus modelos reflejan la buena aceptación que ha tenido, que particularmente logra mucha empatía con el género femenino. Las más de 44.500 unidades March comercializadas localmente evidencian su éxito. A lo largo de esta década, el buen March ha recibido algunos cambios menores y se lanzaron ediciones especiales que lograron maximizar sus argumentos; sin embargo, ya lucía desactualizado frente a la cada vez más exigente y dotada competencia; por ello, es bienvenida la nueva actualización propuesta. En principio, aclaremos que este March 2021 no es una nueva generación, sino que fue sometido a un importante trabajo en términos de diseño y actualizado en cuanto a equipamiento. Como os decíamos, por tratarse de una actualización, el March conserva prácticamente las mismas dimensiones que se conocían; es decir, tiene 3.826 mm de largo, 1.666 mm de ancho, 1.528 de alto y 2.450 de distancia entre ejes; con lo que ofrece un conjunto que, además de brindar justa acomodación hasta para cinco ocupantes, resulta muy compacto para transitar como pez en el agua en los caóticos circuitos urbanos, que es su principal cometido. Pero es el apartado estético es donde se reflejan los cambios significativos. Lo más relevante es el rediseño del frontal, que adopta el más reciente estilo de parrilla (V-Motion) que ya conocemos en el resto de sus hermanos de linaje; esta luce más grande y con rejillas en negro brillante, que se complementa con una buena dosis de cromo. Adicional, encontramos luces principales halógenas más alargadas y con luz de circulación día en LED, parachoques renovados en ambos extremos y del color de la carrocería, lo mismo que los espejos exteriores y las manijas. Se conserva el rin de lujo de 15” en todas las versiones (Sense y Advance, cada una puede ser MT o AT), pero en las Advance se añaden espejos con ajuste eléctrico y nuevos faros antiniebla. El habitáculo de este hatchback sigue ofreciendo muy buen nivel de comodidad para cuatro pasajeros; cinco podrían ir algo justos, pues en las plazas traseras (la base del asiento reserva 121 cm de ancho), un quinto pasajero, de contextura promedio, se incomodaría un poco por el túnel de la transmisión. En todo caso, pese a que el diseño curvo de la carrocería, que va del paral central al trasero, supone poco espacio de despeje para las cabezas, la verdad es que hay 88 centímetros disponibles entre la silla trasera y el techo, con lo que se garantiza una distancia adecuada para la comodidad de tales ocupantes. El habitáculo luce prácticamente igual al anterior modelo del 2011, aunque se renovó el volante (ahora con base plana) y en la parte frontal de la consola se incorporaron insertos en acabado piano black, con una textura muy peculiar que invita a tocarlo. También hay apliques de este material, aunque de tacto liso, en la base de los apoyabrazos de las puertas. Los tapizados en tela de los asientos son nuevos, se perciben de buena calidad y durables. En cuanto a equipamiento, todas las versiones incluyen detalles como A/A de gestión manual (de buena capacidad), controles de audio en el timón (solo graduable en altura), computador de viaje (doble odómetro, consumos de combustible y medidor de autonomía), vidrios eléctricos y conectividad Bluetooth. Por su parte, las versiones Advance añaden silla del conductor con reglaje en altura y una pantalla táctil de 6,7” en la consola central, compatible con Android Auto y Apple CarPlay. Considerando el segmento al que llega, Nissan puso mucha atención para optimizar la seguridad del nuevo March. Ahora, todas las versiones que se comercializan incluyen seis airbags, frenos ABS, asistencia de frenado y distribución electrónica de frenado; no obstante, queda en deuda con el control de estabilidad, con lo que actualización en este rubro hubiese sido perfecta. Bajo el capó del Nissan March 2021 se conserva la misma mecánica que comparte con el Versa de generación pasada, denominado V-Drive; se trata de un bloque de cuatro cilindros y 1,6 litros, que genera 106 caballos de potencia y 142 Nm de torque. Las transmisiones disponibles son una manual de cinco velocidades o una automática de cuatro marchas. Pese a que es una mecánica que ya tiene varios años, la muy equilibrada receta del March, con DOCH y 16 válvulas, le permite lograr una muy favorable relación peso/potencia de 9,4 kilos por cada caballo, nada mal en el segmento donde compite y con la que obviamente se mantiene vigente en el mercado. La aceleración que ofrece cumple, brindando lo suficiente para rodar con propiedad y a buen ritmo en tramos urbanos o carreteras, así como para realizar sobrepasos. La suave transmisión manual (versión probada) favorece su agilidad y progresa competente para encontrar el nivel de entrega que exige cada marcha; lo único es que su accionar es más rumoroso de lo que nos gusta cuando se demanda con alegría el acelerador. Por su parte, la dirección es confortable, suave y retroalimenta lo justo para esas labores de trazado en curvas. En cuanto a la suspensión, si bien hace un trabajo aplicado para favorecer la buena estabilidad en la marcha, su configuración es un tanto seca y ello hace que transmita de más los detalles del trazado. La nueva actualización del March 2021 le queda bien y le hacía falta; estéticamente se alinea con el resto del portafolio, la seguridad se favorece con la llegada de los seis airbags y los detalles de equipamiento lo ponen al día. Con estos cambios, este compacto toma un nuevo aire y espera volver a lograr los registros en ventas que tuvo en alguno de sus años de gloria. En cuanto a su coste y disponibilidad, ya se encuentra a la venta en toda la red de concesionarios del Perú en dos versiones - manual de cinco velocidades o automática de cuatro velocidades y en 8 colores: negro, blanco, gris metálico, plata metálica, rojo perla metálico, azul perla, azul perla metálico y salmón - a un precio de U$S13.400 para el Advance MT, y de U$S14.610 si se trata del Advance AT :)
Es un dogma que se ha repetido durante cinco siglos: los Incas no conocieron la escritura. Efectivamente, no existió en el mundo andino un alfabeto a imagen y semejanza del europeo, aunque sí un sistema de grabado y transmisión de información, relatos y contabilidad extremadamente eficiente. Esa es la posición de cuatro importantes especialistas, que desde diversos rincones del mundo, han dedicado años de investigación a los quipus: Magdalena Setlak, Viviana Moscovich, Sabine Hyland y Lucrezia Milillo. Gracias a investigaciones de campo y al estudio de cronistas de la Conquista, documentos virreinales y hasta archivos inéditos del propio Julio C. Tello - quien en 1935 visitó en Huarochirí a una comunidad que utilizaba quipus activamente- los cuatro ensayos presentados en Quipus and quipucamayoc muestran evidencias de la complejidad de los quipus, su función esencial para el desarrollo y expansión del Imperio inca, y las diversas tareas que podían cumplir en las manos expertas de los quipucamayocs, quienes eran los encargados de interpretarlos. Como bien explica Setlak, “el éxito y la estabilidad de los imperios no dependen solo de su capacidad de expansión o de mantener el poder militar, sino también de la habilidad de registrar la información y de transmitirla, rápida y eficazmente”. En el Imperio Inca, esta responsabilidad descansó en el quipu, una herramienta que permitía a las autoridades llevar un control preciso de las más diversas áreas necesarias para un buen gobierno. Solo unos pocos elegidos, llamados quipucamayoc, aprendían a manejar este sistema de nudos y cuerdas, tras cuatro años de formación en el Cuzco. Por testimonio de los cronistas del siglo XVI podemos conocer que los quipus eran utilizados en funciones tan diversas como las fiscales, religiosas o administrativas. La precisión con que se registraba información es evidente en casos como el de los quipus censales, que almacenaban datos como nombre, edad, género o estado civil de cada habitante de los distintos territorios dominados por el imperio. Así, el Inca y su equipo de gobierno podían determinar las cuotas de trabajo que debía cumplir cada población y los habitantes destinados al servicio militar, entre otras decisiones. Diversos factores han contribuido a que hasta hoy no hayamos sido capaces de descifrar completamente los quipus. Carmen Arellano, miembro vitalicio de la Academia Nacional de la Historia y autora de la introducción de Quipus and quipucamayoc, señala a la escritura como una de las principales barreras. Además de ello, señala también las limitantes de los conocimientos estadísticos y lógicos-matemáticos, así como la ignorancia sobre la forma como los indígenas entienden el mundo y el cosmos. Sin embargo, a pesar de estos grandes contratiempos en la decodificación de los quipus, en los últimos años se han dado importantes pasos para ello. Hyland, por ejemplo, ha sido calificada por Carmen Arellano como “la sucesora de Max Uhle, en cuanto a la intensidad de su búsqueda e investigación” para descifrar los quipus. Esta tarea ha hecho énfasis en el estudio de quipus contemporáneos, como el encontrado por Julio C. Tello en 1935, para entender las lógicas detrás de la seriación y las bandas de colores en los quipus. El trabajo de decodificar los quipus se vuelven incluso más apasionantes si consideramos que no existe entre los investigadores un consenso sobre los límites de estos instrumentos. Así, por ejemplo, Moscovich sostiene que los quipus fueron esencialmente herramientas administrativas y estadísticas. “No creo que pudiese escribirse historias en los quipus, al menos no como nosotros entendemos los términos historias o historia hoy”, señala. Distinta posición defiende Setlak, quien considera que los avances en el desciframiento de los quipus nos permitirán leer las historias contenidas en ellos. ¿Cuánto tiempo habrá que esperar para entender los quipus por completo? Imposible determinarlo, aunque la especialista se atreve a pensar en dos o tres décadas más de estudios. Por supuesto, el apoyo a las investigaciones será fundamental para este propósito. Pero no solo ello: también será necesario un nuevo enfoque de estudio, como el que propone Lucrezia Milillo. Utilizando la metodología multimodal, que combina la investigación cualitativa y cuantitativa, la antropóloga social de la Universidad de Boloña revela en su ensayo la estructura conceptual de un quipu conservado en el Museo Pigorini de Roma, Italia. El éxito de sus investigaciones hace evidente la necesidad de fortalecer dicha línea de trabajo. Prohibidos en 1583, debido a la extirpación de idolatrías decretada por la Iglesia donde miles de quipus fueron quemados al ser considerados “instrumentos del demonio”, por muchos años se creyó que ese fue motivo de su extinción, aunque hoy se sabe que siguieron usándose incluso hasta inicios del siglo XX. Pero ya sea tarde o temprano, una cosa es segura: los quipus seguirán siendo llaves para entender al Imperio Inca y que hasta hoy han permanecido inaccesibles. En Quipus and quipucamayoc, se busca encontrar las claves de cómo hicieron de los Incas el más imponente imperio del hemisferio sur :)