Esta semana toca comentar la patética situación que se vive al interior del PPC, una fantasmal agrupación - considerado el más rancio representante de la derecha peruana - cuyos dirigentes, cual hienas ávidas de poder, pelean ferozmente entre si por los despojos del partido hoy reducido a la nada que fundara el tránsfuga de la Democracia Cristiana, Luís Bedoya Reyes, allá por la década de los 60 del pasado siglo. Desesperados sin duda alguna ante la cercanía de las elecciones generales del 2016 y la posibilidad de no superar la valla electoral por lo que el PPC desaparecería del mapa político, dos facciones antagónicas - los “lourdistas” y los “castristas” - se muestran los colmillos tratando de ir en alianza electoral, uno con el APRA y el otro con el fujimorismo. En efecto, la “potoaudios” Lourdes Flores - cabecilla de una de las facciones - había adelantado hace unas semanas atrás su intención de ir juntos con el APRA, a pesar de que muchos le enrostraron su hipocresía, ya que ella fue precisamente quien acuso constitucionalmente al bufón aprista Alan García Pérez por enriquecimiento ilícito en su caótico primer gobierno y a pesar de que ese impresentable sujeto esta acusado de indultar a miles de capos del narcotráfico a cambio de millones de dólares que fueron a parar a su bolsillo, según las conclusiones dadas por la comisión de los “narcoindultos” que se encargo del caso. Sin embargo, demostrando un oportunismo sin límites - quizás porque un narcotraficante como César Cataño financio su pasada campaña electoral - se “olvido” de todos esos cuestionamientos y dejo en claro su deseo de ir juntos en el 2016. Esa posición tomada utilizando el nombre del partido sin autorización alguna no fue del agrado de la otra facción liderada por Raúl Castro Stagnaro, quien fue elegido presidente del Partido Popular Cristiano en noviembre de 2011, el cual por el contrario esta a favor de unirse a la banda delincuencial liderada por Keiko Fujimori. A su favor se podría decir que Castro Stagnaro mantiene el control del partido y ha frustrado en reiteradas ocasiones los planes de sus adversarios, quienes buscan desalojarlo del cargo, fracasando en todos sus intentos. La gota que derramo el vaso fue el resultado de las elecciones internas realizadas la semana pasada donde la facción “castrista” se alzó con el triunfo, por lo que Flores Nano, ataco rabiosamente a su adversario, denunciándolo ante el JNE por una “grosera” adulteración y manipulación del padrón electoral con el fin de “perjudicar” su lista: "Nos da muchísima pena, pero ningún sinvergüenza va a manchar al Partido Popular Cristiano. Quiero que sepan que más allá de las decisiones políticas que tomaremos, hemos emprendido y no vamos a parar hasta procurar una verdadera sanción y recuperación moral del PPC", resaltó fuera de si. Estas afirmaciones fueron rechazadas por Raúl Castro, quien le respondió de la siguiente manera: “Me da pena que Lourdes haya dicho eso, pero es porque no sabe perder. Las cifras son contundentes y hemos ganado en 23 distritos de Lima. El intento de fraude es de ellos porque llevaron padroncillos falsos de personas que no son del PPC y aun así les hemos ganado a nivel nacional” aseveró, agregando que su triunfo era el del ala institucional del partido, por lo cual tendría mayoría absoluta en el congreso a realizarse el 15 de diciembre, que para rabia de Lourdes Flores, lo reelegiría como presidente del PPC por un nuevo periodo y en el cual también se decidirá si finalmente van con candidato propio a las próximas elecciones (el cual seria el mismo Castro obviamente) o en alianza con el fujimorismo, como es su deseo original. Sin embargo, últimas informaciones dan cuenta de la existencia de dos tribunales electorales del PPC, uno de los cuales anulaba las elecciones internas, mientras que el otro confirmaba la votación, agudizando la crisis aún más. A la luz de estos resultados, podríamos agregar que una cosa es cierta, este enfrentamiento ha decretado la defunción del PPC. Total, para lo que vale :)