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Saturday, March 10, 2018

PEDRO PABLO KUCZYNSKI: El juego se acabó

Comenzó la cuenta regresiva para un conocido lobbysta y Traidor a la Patria, cuyos delitos están a la vista de todos y que deben llevarlo en el Congreso a la destitución más ignominiosa y luego a la cárcel para que pague por todo el mal que durante décadas le ha hecho al Perú. Nos referimos obviamente a Pedro Pablo Kuczynski, un impresentable sujeto quien como recordareis, tiene un negro historial que viene desde la época del primer belaúndismo (1963 - 1968) cuyos tratos con la petrolera estadounidense IPC en perjuicio de los intereses peruanos (la famosa Página 11) originaron un gran escándalo que a la postre devino en el golpe militar de 1968, liderado por el general Juan Velasco Alvarado, quien ordeno el arresto de Kuczynski - el principal implicado de la trama - para juzgarlo por Traición a la Patria, el cual lamentablemente logro huir del país escondido cobardemente en la maletera de un auto. De haber sido capturado, hubiese terminado frente a un pelotón de fusilamiento sin lugar a dudas. Desde entonces y hasta el día de hoy, ha continuado en lo suyo siempre pensando en la manera de cómo perjudicar al Perú, sacando suculentas ganancias por ello. Sus negociados con Odebrecht le pasan ahora factura. Como sabéis, el Parlamento volverá a decidir su suerte a menos de tres meses de que se salvara de ser destituido en esa oportunidad, tanto por la abstención de un sector del fujimorismo (los llamados ‘albertistas’ liderados por Kenji Fujimori, en ‘agradecimiento’ por otorgar un ilegal indulto al monstruo de su padre), como de los parásitos de la ‘izquierda’ de Verónika Mendoza, quienes cobardemente abandonaron el hemiciclo a la hora de votar, ‘blindando’ de esa manera al corrupto. El motivo para este nuevo pedido de vacancia es el mismo: sus oscuros negociados con la cuestionada constructora brasileña Odebrecht cuando fue ministro en el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), hoy prófugo tras ser sindicado de recibir sobornos de Odebrecht. Kuczynski está acusado de contratar consultorías financieras y obtener millonarias ganancias, a través de una empresa de su propiedad, con Odebrecht mientras era ministro y la empresa paralelamente contrataba con el Estado y se beneficiaba de decisiones del gobierno en las que tuvo un rol protagónico. También se le acusa de haber mentido al negar esas relaciones. Y hace unos días un funcionario de Odebrecht reveló que la empresa le había dado 300 mil dólares a la campaña de Kuczynski en las elecciones del 2011. En esta ocasión, se han agregado nuevas evidencias comprometedoras sobre sus vínculos comerciales con Odebrecht, respecto a lo que se presentara en diciembre pasado, cuando se vio y rechazó el primer pedido de destitución. Este jueves, una treintena de congresistas, pertenecientes a cinco bancadas diferentes, presentaron una moción para destituirlo por incapacidad moral permanente por esos sobrados vínculos con Odebrecht y por haber mentido reiteradas veces, negando sus relaciones comerciales con la constructora brasileña, las que hoy han quedado en evidencia. Este es el primer paso en su proceso de destitución. El segundo paso es que el pleno del Congreso decida si acepta o no poner a debate y votación esta solicitud para separar de su cargo al presidente, lo que se dará la próxima semana y que se da por descontado. Para eso se requieren 52 votos de los 130 miembros del Congreso unicameral. Para que la destitución se haga efectiva, el tercer y definitivo paso en este proceso, se necesita el respaldo de dos tercios de la cámara, es decir 87 votos. Las apuestas no lo favorecen en absoluto en esta ocasión y ni los votos de los tránsfugas del fujimorismo podrán salvarlo. Kuczynski necesita desesperadamente esos votos para no terminar en la cárcel ya que la bancada gobiernista es ridícula y cada vez son menos, ya que desde diciembre varios lo han abandonado, asqueados de sus negociados con el hijo menor del genocida y las nuevas revelaciones que confirman su culpabilidad. En diciembre pasado su salida parecía casi segura, pero finalmente el pedido de destitución no pasó y el lobbysta pudo mantenerse en el cargo. Pero tuvo que pagar un alto precio por indultar al despreciable genocida Kenyo Fujimori - condenado en un proceso ejemplar a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad - y es que muchos que lo apoyaron en ese momento, posteriormente lo abandonaron. Luego de ese ilegal indulto, producto de un infame pacto político, su debilidad y descrédito se agravaron totalmente. De acuerdo con una reciente encuesta de GFK, un 75 por ciento quiere la salida de Kuczynski de la presidencia. Su aprobación ha caído a menos del 15 por ciento. La nueva moción de destitución es multipartidaria. Ha sido firmada por representantes de la izquierda y del fujimorismo, entre otros, que juntas suman 96 votos, suficientes no solamente para aprobar la aceptación a debate de esta moción en el Congreso, sino su destitución misma. Pero no hay un respaldo en bloque de todas estas bancadas al pedido de vacancia. En más de una de ellas el voto se dividiría, como ya ocurrió en diciembre. Los únicos grupos que hasta ahora aseguran un apoyo sin fisuras a la moción de destitución son los izquierdistas Nuevo Perú y Frente Amplio, que juntos suman veinte votos, En el caso de Fuerza Popular, fiel a Keiko Fujimori, que tiene el control del Parlamento, (debido a las intrigas de su hermano menor Kenji como del gobierno que trabajan juntos en ese sentido, quienes intentan atraer a su lado a algunos desubicados para intentar bloquear el pedido de vacancia) esta sufriendo un paulatino abandono de sus congresistas, los cuales sin vergüenza alguna se pasan alegremente al oficialismo, pero aun así, su escaso número no cambiaría el rumbo de la votación, ya que como recordareis, la minúscula bancada gobiernista a su vez ha perdido a varios integrantes. Si Kuczynski es finalmente destituido, sería reemplazado por su vicepresidente Martín Vizcarra, actual embajador en Canadá, el cual gobernaría hasta el 2021 - año en que termina el actual periodo presidencial - bajo control del Congreso. En el gobierno esperan ilusamente que se repita la historia de diciembre y que el fujimorismo se vuelva a dividir y nuevos disidentes decidan no respaldar la destitución de Kuczynski. En el Ejecutivo estiman que por ahí pasa su salvación. En eso confían. Como ya ocurrió en diciembre, su destino vuelve a estar en manos de Kenji y sus disidentes, lo que significa volver a estar en manos del genocida Kenyo Fujimori, el titiritero mayor. Con cada vez menos respaldo y sin argumentos sólidos de defensa frente a los escandalosos cargos de corrupción que demuestran su culpabilidad, Kuczynski ha intentado, sin éxito, desacreditar el pedido para destituirlo apelando a viejos fantasmas, amparándose en que su salida es respaldada por la ‘izquierda’. Ha dicho, en un intento de defensa por lo demás disparatado, que su destitución “es parte de un plan del comunismo para apoderarse del país”. Por lo visto, este se cree sus propias mentiras porque es la inmensa mayoría de peruanos y no cierto sector político solamente, quienes quieren sacarlo de Palacio a como de lugar y que responda por sus delitos ante la justicia. (Un consejo para el fujimorismo y la ‘izquierda’: Por una vez dejen sus diferencias de lado y concéntrense únicamente en vacar a Kuczynski. De seguro que el oficialismo tratara por todos los medios de dividirlos, pero no caigan en su juego…. hay que echarlo de una vez por todas. No desperdicien esta nueva oportunidad) :)
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