UNA CIUDAD EN RUINAS: La difícil tarea de recuperar el Centro Histórico de Lima
Cuando uno decide a riesgo de su propia vida, pasear por el centro de Lima fuera de los circuitos turísticos, uno puede darse cuenta del lamentable estado de abandono en la que se encuentran sus casonas coloniales y republicanas que literalmente se caen a pedazos, debido tanto al desinterés de las autoridades como de quienes los habitan, gente de escasos recursos que las han tugurizado de tal manera que muchos han sido declaradas inhabitables, pero aun así se resisten a abandonarlas. Aparte de lo peligroso que es transitar por esos lugares - donde uno puede ser victima de robos y ataques por parte de indeseables - muchos de esos predios, declarados “patrimonio cultural” un titulo que por cierto no les ha servido de nada, están en peligro de desaparecer. Al respecto, Shirley Mozo, directora de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, indico a modo de excusa que la mayoría de inmuebles son de propiedad del Arzobispado de Lima, la beneficencia o personas que viven en el extranjero y se han desentendido. “Siendo propiedad privada, el ministerio tiene limitaciones para actuar: solo le puede exigir al propietario mantener intacta la fachada. De afectarla, lo máximo que puede hacer el ministerio es imponerle una multa”, señala Mozo. La ley indica que, únicamente en caso de desastres o incendios, el ministerio puede activar un fondo de emergencia para evitar un mayor deterioro de los monumentos durante las primeras 24 horas de sucedido el siniestro. Luego de eso, la rehabilitación depende del propietario, algo que nunca cumple. En los últimos meses, a dos años del bicentenario de la independencia del Perú, la fiscalía pidió al sector Cultura un informe sobre doce edificaciones del Centro Histórico de la época virreinal e inicios del siglo XX. La lista incluye al Teatro Colón (clausurado) y el edificio Giacoletti en la plaza San Martín (incendiado) que a pesar del paso del tiempo apenas se mantienen en pie y nadie hace nada por rescatarlos. También podemos agregar en esta fatídica lista varias construcciones de Barrios Altos, como las quintas Heeren y Rincón del Prado, el mirador Ingunza, así como varias casonas del jirón de la Unión y los monumentos del Paseo Colon, victimas estas últimas del vandalismo de gente de mal vivir. El Rincón del Prado es la más problemática. Le pertenece al convento de Santo Domingo, pero hace mucho que fue invadida. Del teatro que tuvo ahí la Perricholi no quedan más que ruinas y los murales que alguna vez lució la casa están incompletos. “El año pasado tuvimos que entrar con la policía para verificar el estado del inmueble. La gente depreda”, dice Shirley Mozo. “No se puede dialogar con esas personas porque no tienen ningún interés en adquirir el predio ni adquirir responsabilidades: pago de arbitrios, tributos o renta. Se resisten al saneamiento. Se han acostumbrado a vivir gratis en casa ajena”, agrega. Según la directora de Patrimonio Cultural, los dominicos tenían un proyecto interesante para poner en valor la quinta. “Pero no lo pueden llevar a cabo porque hace falta el desalojo”, dice Mozo. En esa misma línea, la Tercera Fiscalía Provincial Civil de Lima ha solicitado informes sobre las acciones llevadas a cabo en la Quinta Heeren, a la Municipalidad de Lima, el Ministerio de Cultura y a la empresa inmobiliaria Inversiones Quinta Heeren S.A., ante el estado calamitoso del monumento considerado patrimonio, que en el 2016 fue declarado en “estado inhabitable total”. El fiscal a cargo, Álex Azucena, indicó que iniciaron las diligencias preliminares, de acuerdo con la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, y respecto al patrimonio cultural e histórico protegido por el Estado. Otra de las edificaciones sobre las que se pidió informe en los últimos meses es la Quinta Presa, la cual ha tenido cinco restauraciones en los últimos 100 años. “Ahora estamos trabajando para que la comunidad sienta que se beneficia con ella y se comprometa a mantenerla”, cuenta José Méndez, director ejecutivo del Patronato del Rímac, que administra la quinta. Actualmente, esta construcción está recuperada para mirarla solamente desde fuera. Hace poco se construyó una plaza en los exteriores, que costó medio millón de soles. Además, el Patronato del Rímac tiene un proyecto para la completa recuperación de la quinta para convertirla en un museo virreynal, el cual requiere una inversión de S/19’765.000 a través del plan Copesco, de Mincetur, y otras empresas privadas dispuestas a financiarlo. "La idea era que la Quinta Presa estuviera lista para el bicentenario, pero surgieron malentendidos entre Cultura y Mincetur y el proyecto se ha ido retrasando", dice Méndez. A su turno el alcalde del Rímac, revelo que los 88 bienes declarados patrimonio en su distrito están deteriorados. Restaurar solo 12 de ellos demandará una inversión de S/80 millones y la comuna distrital tiene apenas un presupuesto anual de S/ 21’359.270. Sin embargo, se ha logrado sacar adelante un proyecto a través del Banco Interamericano de Desarrollo, que ya cuenta con el visto bueno de Cultura. Incluye la puesta en valor de seis iglesias, entre ellas, Nuestra Señora Virgen del Rosario. Esta es la más pequeña del mundo y fue construida en el siglo XVI. En su fachada luce el escudo de la UNESCO. La otras iglesias que serán refaccionadas son San Lázaro, Nuestra Señora de Copacabana, Nuestra Señora Liberata, Nuestra Señora del Patrocinio y el piso del Convento de los Descalzos (su museo también ha sido considerado). En cuanto a la cercana Alameda de los Descalzos y el Paseo de Aguas, se encuentran abandonados a su suerte con sus jardines resecos y sus monumentos, faroles, bancas y jarrones mutilados, aparte que la inmensa reja que aparentemente la ‘protege’ ha ido desapareciendo porque es robada con total impunidad. Caso similar ocurre en el céntrico Paseo Colón, victima del odio irracional de quienes vandalizan sus monumentos porque según afirman, ‘representan a España’, los cuales en su insania exigen además que la estatua al gran almirante Cristóbal Colón sea derribada, un repudiable espectáculo que se repite cada año al acercarse el 12 de octubre donde termina pintarrajeada, cuando se conmemora el Descubrimiento de América, aunque ellos lo llaman de otra manera, creyendo ilusamente que así van a cambiar la historia. Un reciente informe puso en evidencia el deterioro de estas obras de arte, consideradas como Patrimonio Cultural de la Nación. Ni que decir de la Plaza 2 de Mayo, cuyos emblemáticos y tugurizados edificios ardieron en llamas hace algunos años y continúan en ruinas. Según el Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima (Prolima), el 85% de su patrimonio se encuentra en mal estado. ¿A que esperan para salvarlas? :(