Sucedió lo que tenia que suceder y es que con el pretexto del Coronavirus, los criminales fujimoristas convictos y confesos han estado saliendo de las cárceles donde se encontraban recluidos, bien revocando su prisión preventiva o variando su situación por la de arresto domiciliario (como son los casos de Keiko Fujimori y Jaime Yoshiyama por ejemplo) para que una vez libres, intenten reorganizar a la mafia homicida que había quedado descabezada para darle el tiro de gracia al improvisado populista de Martín Vizcarra, quien se hunde en sus propios errores a la vista de todos. Como si ello no fuera suficiente, utilizando la misma estratagema, pretendían que el siguiente ‘beneficiado’ sea el mismísimo Kenyo Fujimori - aquel despreciable genocida condenado en un proceso ejemplar a 25 años de prisión por Crímenes de Lesa Humanidad - pero fracasaron miserablemente en su intento, ya que el Poder Judicial desbarató la intentona, al rechazar esta semana el pedido de excarcelación solicitado por sus hijos, Como sabéis, Hiro y Sachie Fujimori Higuchi habían presentado el pasado 3 de mayo ante el Poder Judicial un recurso de hábeas corpus con el objetivo de lograr la liberación de quien está recluido en la DIROES, en una celda de tres ambientes, donde entre otros privilegios, recibe numerosas visitas semanalmente, contando con asistencia médica durante todo el día y donde por cierto, es el único reo. Esta vez, el risible argumento del recurso constitucional era el riesgo de que su padre “pueda contraer el nuevo Coronavirus”, lo cual según aseguran, “amenazaría su vida ya que se trata de una persona de avanzada edad con problemas de salud”. Para tal efecto, Sachie Fujimori tuvo que admitir de mala gana que si bien el condenado no se encuentra en condiciones de hacinamiento, “corre riesgo de contagio debido a que hay personal que entra y sale periódicamente del penal”, aunque no dice nada que ello se debe a las continuas e ilegales visitas que recibe a toda hora por parte de sus partidarios, donde coordinan las campañas de la mafia homicida. Al respecto, luego de haber leído con detenimiento el contenido del hábeas corpus presentado y también al informe médico sobre el actual estado de salud del genocida, se notaba claramente su intención política, por lo que no nos sorprendió que finalmente haya sido rechazada, pero aun así vale la pena detallar los puntos más saltantes de la interesada argumentación presentada en el documento, para darse cuenta de lo deleznable que es ¿vale?: 1.- El objetivo del hábeas corpus. En el documento se señalaba faltando a la verdad de que el fin del recurso constitucional era ‘corregir’ la detención de Fujimori que según aparece escrito “ha devenido en inconstitucional por cuanto el establecimiento penal de la DIROES no puede eliminar totalmente la amenaza del contagio del Coronavirus”, indicando por ello la inmediata libertad del condenado de 81 años “al no estar garantizado el pleno ejercicio del derecho a la salud, la vida y conexidad a la libertad personal en razón a la imprevisibilidad del contagio”. Cuanta falsedad en tan pocas líneas. Además, dice que a pesar de que la autoridad penitenciaria está aplicando las medidas sanitarias recomendadas para evitar que se contraiga el Coronavirus “no era posible garantizar que aquello se vaya a lograr”; 2.- Enfermedades y alto nivel de riesgo. En el hábeas corpus se indicaba que siendo el sentenciado una persona de avanzada edad “con graves problemas de salud” la posibilidad de que pueda contagiarse y poner en riesgo su vida “es muy alta”. El documento da cuenta además de un listado de enfermedades crónicas que “padece” el sátrapa. Entre ellas figuraban fibrilación auricular paroxística con alto riesgo embólico, enfermedad coronaria obstructiva crónica, hipertensión arterial crónica, quiste pancreático, estrés, ansiedad e insomnio recurrente que - aseguran - “podría agravar la debilidad del sistema inmune generando un contagio inminente”. El recurso expresaba que “a todo lo anterior se debe sumar el hecho de que hay personas que han contraído el virus y que siendo asintomáticas han podido contagiar a otras que resultan vulnerables, por lo que eso podría suceder con Fujimori”; 3.- Antecedentes quirúrgicos. En el documento también se consignaban los anteriores males e intervenciones quirúrgicas que ha tenido desde que se encuentra cumpliendo su condena. Se menciona que fue operado “de un carcinoma epidermoide medianemente invasivo de lengua en tres oportunidades”, entre el 2009 y 2019. Decía además, que su historia clínica “registra lesiones epidermoides de la cavidad oral por la que ha tenido varios ingresos al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas”. Igualmente, “ha evidenciado antecedentes clínicos de carcinoma en la lengua. Por ello fue intervenido cinco veces por los carcinoides invasivos que mantenía”, según refiere el tendencioso documento, pero no aclaran que es benigno y por lo tanto no representa ninguna amenaza para su vida; 4.- Derecho a la salud. En su argumentación para fundamentar el pedido de libertad, se indicaba que “el derecho a la libertad individual como derecho fundamental es materia de protección del hábeas corpus”. Se agregaba que ello engloba una serie de derechos de primer orden como la integridad, la vida y el derecho a la salud que ahora se invoca. Recalcaba que la Constitución reconoce en su artículo 7 el derecho que tiene toda persona a la protección de su salud y a la vida, y también el deber que tiene el Estado de garantizar esos derechos, “más aun respecto a las personas cuya libertad se encuentra limitada como es el caso de Fujimori” pero se cuidan de decir que durante su sangriento régimen violo flagrantemente todos esos mismos derechos de sus miles de victimas; 5.- Informes médicos como medios probatorios. Al documento presentado al juez de turno especializado en lo penal de la Corte de Justicia de Lima se adjunto dos informes médicos evidentemente parcializados. Uno emitido por la Clínica Centenario sobre la patología cardiovascular del 12 de diciembre del 2018. También un segundo informe elaborado por el médico cirujano del establecimiento penal de Barbadillo que estaba fechado el 13 de abril del presente año. En este se acreditaba las enfermedades preexistentes que padeció el recluso. En este informe se dio cuenta además de todas las atenciones médicas realizadas a Fujimori desde su internamiento en el penal hasta la fecha. Sobre su estado actual, el sesgado documento manifestó que “el interno presenta síntomas frecuentes de dolor en la región lumbar, cambios en el estado de ánimo, episodios de taquicardia, cansancio, hipertensión, estrés e insomnio recurrente que se intensifica con el tiempo” lo cual es propio de la edad que tiene y no por estar en una ‘cárcel dorada’ que ya quisiera disfrutar cualquier otro reo. No obstante, el informe se ve obligado a agregar - para aparentar ser ‘imparcial’ - que a la fecha Fujimori se encuentra “clínicamente estable con evolución estacionaria, pronóstico reservado, recibiendo medicación habitual de manera estricta y supervisada, recibiendo evaluación médica diaria y monitoreo de enfermería constante las 24 horas”, todo por cierto a costa del Estado, a diferencia de miles de criminales de su misma condición en las cárceles del país que mueren sin recibir atención médica. En fin, se trata de una suma de medias verdades y groseras mentiras con los cuales pretendió salir en libertad sin tener derecho alguno a ello. Cabe destacar que hace algunas semanas el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Fernando Castañeda, había asegurado que Fujimori no corre riesgo alguno de contraer el Coronavirus en el espacio privilegiado que ocupa en el penal de la DIROES, ya que es el único presidiario que se encuentra recluido allí. “El espacio donde se encuentra recluido el condenado es un espacio donde se encuentra solo, entonces, por obvias razones no existe el factor de hacinamiento y por lo tanto, no está en los supuestos que puedan ser factores de riesgo de una afectación por el COVID-19”, comentó en aquella oportunidad, desbaratando así los argumentos de la mafia y que también fue valido ahora para negarle su absurda petición. Como recordareis, Fujimori fue condenado el 7 de abril del 2009 tras su captura en Chile y consiguiente extradición al Perú. Sin embargo, el 24 de diciembre del 2017 el conocido lobbysta y Traidor a la Patria Pedro Pablo Kuczynski lo indulto ilegalmente como parte de un canje de favores con su hijo Kenji para evitar ser destituido en el Congreso por sus comprobadas conexiones con Odebrecht. Sin embargo, tras el escándalo que ocasiono semejante arbitrariedad, esta medida fue anulada por el Poder Judicial el 3 de octubre del 2018 y Fujimori volvió a la cárcel el 22 de enero del 2019 tras permanecer internado varios meses en la clínica Centenario de Pueblo Libre, siguiendo el mismo libreto viejo y desgastado acerca de su “delicado estado de salud” lo cual es completamente falso y que se ha comprobado hasta la saciedad que todo es un burdo engaño en busca de la impunidad de sus delitos. Fracasado todos sus intentos legales para salir de prisión, ya que debido a sus delitos de Lesa Humanidad, no puede gozar de beneficios penitenciarios y está obligado a cumplir la totalidad de la condena, lo que terminaría de hacer en el 2033 a los 95 años, recurrió al Coronavirus para ver si esta vez lo lograría tal como sucedió con su hija Keiko y otros cómplices de fechorías de la mafia, pero ello no ocurrió. La gravedad de sus crímenes cometidos amerita que cumpla íntegramente toda su condena tras las rejas y que por el contrario debe agradecer no haber sido recluido en Lurigancho, Yanamayo, Challapalca o El Frontón, que es donde merece estar. Con la mafia no se negocia ni ahora ni nunca (A ver si se enteran que criticar con dureza al incapaz de Vizcarra no lo hace a uno “fujimorista” como imaginan ciertos descerebrados…. A mi me van a dar lecciones) :)